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Entrevista a Clara Valverde Gefaell sobre "Desenterrar las palabras" (IV)

«El Estado español es uno de los sitios en los que menos se ha tratado el tema del impacto transgeneracional de la violencia política»

Fuentes: Rebelión

Profesora de enfermería jubilada por la Encefalomielitis Miálgica (Síndrome de Fatiga Crónica), enferma rebelde , activista de y en el 15M, firme defensora de la sanidad pública, escritora sobre biopolítica y resistencia, luchadora de amplio y largo recorrido, Clara Valverde Gefaell es coordinadora del Equipo Aquo de Formación en la relación terapéutica, trauma generacional y […]

Profesora de enfermería jubilada por la Encefalomielitis Miálgica (Síndrome de Fatiga Crónica), enferma rebelde , activista de y en el 15M, firme defensora de la sanidad pública, escritora sobre biopolítica y resistencia, luchadora de amplio y largo recorrido, Clara Valverde Gefaell es coordinadora del Equipo Aquo de Formación en la relación terapéutica, trauma generacional y activismo. Entre sus numerosos artículos y libros, cabe destacar No nos lo creemos. Una lectura del lenguaje neoliberal (Icaria, 2011)

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El segundo capítulo está escrito al alimón con Elena Álvarez Girón. ¿Nos presentas a tu compañera?

CV: Elena es grupoanalista y profesora de enfermería. Tiene una mente privilegiada. Su capacidad de oír en cada paciente, en cada estudiante, sus dificultades, su historia y su inconsciente, es admirable. También tiene una gran riqueza teórica. Ve y oye lo que la mayoría de los profesionales de la salud mental no pillan. Es una suerte poder colaborar con ella en todos los temas que tratamos, pero sobre todo en este. La psicología de las dinámicas familiares y de la historia es algo sobre lo que Elena ha estudiado mucho.

El título de este segundo capítulo: «¿Qué es la transmisión generacional?». ¿Qué es te pregunto? ¿Por qué es tan importante?

CV: La transmisión generacional es el material inconsciente que se pasa de una generación a la próxima. En el Estado español es muy importante porque hemos tenido un siglo XX muy violento, que tanto daño hizo a nuestros abuelos y padres.

Como sabes bien, lo consciente, lo que sabemos de lo ocurrido en el siglo XX en el Estado español, se ha intentado y se intenta aún tapar y callar. Con lo cual, imagínate lo inconsciente!

Lo transmitido inconscientemente nos afecta en nuestros comportamientos colectivos e individuales. Y los teóricos, desde hace más de 50 años por todo el mundo, han demostrado que los nietos de la violencia política tienen dificultades para enfrentarse al poder, para manejar el miedo, la rabia, etc.

¿Por qué daña tanto «el silencio cargado de emociones»?

CV: Si a las emociones no se les ponen palabras, duelen mucho y crean problemas. Todos tenemos esa experiencia. Por ejemplo, si uno está triste, si puede hablarlo, se alivia algo esa tristeza pero si no, se agranda y daña la mente. Lo mismo con las otras emociones.

Somos seres de palabra. Somos seres colectivos. Necesitamos compartir nuestras penas, nuestras alegrías, nuestras rabias.

El sufrir en silencio hace que el dolor se cronifique, crea depresiones y otros problemas.

Los hijos ven lo emocional en los silencios de sus padres, y si no se les enseña que lo emocional se puede nombrar, harán interpretaciones raras y nocivas de lo emocional.

Nombrando las cosas de forma directa y sencilla, se pueden abordar.

Si un niño ve que, por ejemplo, la tristeza se puede nombrar, verá que no es el fin del mundo, que no mata. Y que se puede convivir con las emociones.

Citas en varias ocasiones a Lacan. ¿No es un pensador un pelín oscuro-más-que-oscuro?

CV: No estoy segura qué quieres decir por «oscuro» en este caso. Sin duda Lacan no es fácil de estudiar y entender. Requiere mucha formación… ¡más de la que tengo yo! Pero lo que sí entiendo de Lacan sobre la importancia del inconsciente, es muy relevante en la transmisión generacional. Su frase: «No sabemos que sabemos» explica muy bien el inconsciente.

¿Cómo, inconscientemente, dan tareas los padres a sus hijos que deben llevar a cabo? ¿No hay numerosos hijos e hijas que desatienden esas supuestas tareas encomendadas?

CV: Bueno, la palabra «tareas», en este contexto, debería ir entre comillas porque no son deberes que se piden ni se hacen. Más bien son estados mentales. A ver si me explico con un ejemplo:

Sin darse cuenta, un padre que vivió humillación y represión podría pasar, inconscientemente, la «tarea» de vengarse a su hijo. El hijo ha heredado o «absorbido» la «tarea» si en su mente está obsesionado y no puede controlar ese deseo o pensamiento. En este caso no puede decidir: es como si estuviera poseído por ese odio y no puede decidir qué quiere hacer.

Esto es muy diferente de cuando alguien piensa conscientemente que quiere denunciar lo que hicieron a su padre o abuelo y, por ejemplo, participar en la querella argentina, o buscar a su abuelo desaparecido.

La diferencia es que cuando uno «hereda» o «absorbe» ese mandato o «tarea», uno no es consciente y se convierte en una obsesión.

Lo más sano sería elaborar, darnos cuenta de qué «tareas» arrastramos y, poco a poco, por la palabra, liberarnos de ellas. Hacer consciente lo inconsciente. Y luego decidir conscientemente qué queremos hacer sobre el pasado, el presente y el futuro.

Pero creo que todos llevamos algunas «tareas» sin darnos cuenta. Algunos llevan muchas y sufren mucho.

Titulas un apartado: «Pero yo no veo el inconsciente». Ni tú ni nadie. ¿Cómo te aproximarías a ese concepto tan impreciso en ocasiones? ¿La parte visceral de nuestra mente? ¿Qué es eso? ¿Cómo percibimos, cómo se puede percibir el inconsciente?

CV: Bueno, no se «ve» como objeto físico, pero sí se percibe, se nota. Todos lo hemos notado. Es toda esa energía, esas emociones, palabras y comportamientos que no entendemos de nosotros mismos. Ese «tropezarnos con la misma piedra» una y otra vez. Por ejemplo, aunque yo me diga que voy a ser más razonable con mi salud y energía y voy a escribir menos, pues no puedo. Es como algo que es más fuerte que yo. No lo puedo controlar. Aunque sean comportamientos que a lo mejor son dañinos.

¿Cuántas veces hemos oído a algún amigo decir, «siempre me enamoro del mismo tipo de persona y acaba igual la historia»? ¿Por qué nos atraen ciertas personas aunque, conscientemente, sabemos que no nos convienen?

Las obsesiones y lo incomprensible están en el inconsciente. Y también los sueños, los complejos y mucho más.

El inconsciente no es un concepto impreciso. Hace más de 100 años que se habla y se investiga sobre el inconsciente. En otras culturas, a esa parte menos accesible de la mente, se le llama de otras maneras. Pero es lo mismo.

Creo que la mayoría de los seres humanos se dan cuenta de que hay gran parte de la mente que es no consciente ni controlable. Aunque no tengan una palabra para definirla.

 

Cuando no puede hacerse el duelo, este queda congelado y eso impide cambiar, crecer, sentir nuevas emociones, etc. Si es así, pensando lo ocurrido en nuestro país, ¿no hay mucha «congelación»? Por cierto, ¿a qué llamas duelo congelado?

CV: Un duelo está «congelado» cuando una pérdida no ha sido elaborada con emociones y palabras. Cuando se intenta no hablar y sentir una pérdida, se «atasca», se «congela».

Sí, los países, regiones y grupos grandes que han vivido traumas políticos y no han podido hacer el duelo, son sociedades «congeladas». En este momento, el Estado español es uno de los sitios en los que menos se ha tratado el tema del impacto transgeneracional de la violencia política.

El que seamos el segundo país del mundo con más fosas comunes sin abrir dice mucho y tiene una gran repercusión.

Nuestros abuelos no pudieron hacer el duelo de lo perdido en la violencia política de sus tiempos por la represión y también porque lo que vivieron les desbordó. Sus hijos, nuestros padres, tampoco porque aprendieron de sus padres que las emociones mejor no expresarlas. Y nosotros que hemos heredado comportamientos, conscientes e inconscientes de esas dos generaciones, ¿hemos hecho el duelo de la violencia del siglo XX, de nuestros 100,000 abuelos que aún están en las fosas?

Te pido un comentario sobre un testimonio que introduces en el relato: «Mi abuelo, cuando iba al barbero a cortarse el pelo, se equivocaba y decía «me voy a cortar la cabeza». Nosotros intentábamos no reírnos.. pero él no se daba cuenta de lo que había dicho». Es una reflexión de una mujer de 59 años.

CV: Esa es una reflexión sobre un lapsus. Un lapsus es algo que decimos que no queríamos decir, una «equivocación», palabras y expresiones que nos salen sin querer, que salen del inconsciente. Los posibles significados del lapsus del abuelo de esta mujer es algo que no se puede hacer fácilmente solo sabiendo una frase que dijo. Pero la incluí para tocar el tema de los lapsus. Yo creo que todos reconocemos, de vez en cuando, nuestros lapsus, y los lapsus que hemos oído en nuestras familias, en nuestro entorno.

Por cierto, hay más, hay muchos más testimonios de mujeres que de hombres. ¿A qué es debido?

CV: Más mujeres que hombres han participado en nuestros talleres sobre la transmisión generacional. ¿Por qué? No estoy segura. A lo mejor las mujeres están más dispuestas a indagar en sus mentes y sus familias. Pero eso es una suposición mía. Las teóricas que están trabajando en el tema del género en la transmisión generacional hablan del rol clave que las mujeres juegan en la narrativa de las familias. Pero aún queda mucho por investigar en este sentido.

Cito a Gabrielle Schwab: «El dolor deja su memoria más profunda en el inconsciente». ¿Por qué en el inconsciente? ¿No somos acaso conscientes de muchos de los dolores que nos envuelven?

CV: El consciente no puede con todo! Hay muchísimo que el consciente tarda tiempo en elaborar, en dar sentido… En la infancia absorbemos muchas emociones y hacemos interpretaciones de las cuales no somos aún conscientes. De mayores somos conscientes de algunos dolores. De otros, no. Y si no elaboramos, no intentamos hacer consciente algo del inconsciente, pues ahí sigue.

[*] La primera, segunda y tercera parte de esta conversación puede leerse en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=184575, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=184931 y http://www.rebelion.org/noticia.php?id=185274

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