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El festival de la risa de Bilbao

Fuentes: Rebelión

Jaaaaajajaja, jaaaaaaajajajaja, jaaaaaaaajajajajajaja…. Es tal y tanta la alegría que almacenamos en la tripa los bilbainos que, jo, este año hemos organizado la primera semana internacional de literatura de humor y humor gráfico de Bilbao. No hay nada que se le parezca en toda Europa, es como la Oktoberfest de Munich pero sin cerveza, como […]

Jaaaaajajaja, jaaaaaaajajajaja, jaaaaaaaajajajajajaja….

Es tal y tanta la alegría que almacenamos en la tripa los bilbainos que, jo, este año hemos organizado la primera semana internacional de literatura de humor y humor gráfico de Bilbao. No hay nada que se le parezca en toda Europa, es como la Oktoberfest de Munich pero sin cerveza, como una diarrea sin papel. Tenemos paro, mucho, la policía zumba de lo lindo, la tasa de pobreza crece en nuestras calles…, pero reír, lo que se dice reír… no paramos. Risas a las mañanas, a mediodías, por las noches, risas ante la desgracia y la muerte, ante las notas y enfermedades de los hijos, ante los sueldos de miseria y los agobios. ¡Pero, oye, una risa, una risa…!

Oí tres chistes…, pero qué chistes…, qué gracia…, qué salero…

Primer chiste:

«El Ayuntamiento de Bilbao ha apostado desde siempre por la excelencia en las relaciones con los ciudadanos, la transparencia de su actividad y el uso del progreso tecnológico al servicio público».

¡Oye, una risa…! La puerta principal lleva cerrada años.

Segundo chiste:

No sé quién contó que al alcalde de un pueblo, Asier Agirre de Aramaio, un juez de Vitoria le ha condenado a siete años de inhabilitación para empleo o cargo público, acusado de un delito de «prevaricación administrativa» por la convocatoria de una encuesta el 2007 entre su gente sobre el Tren de Alta Velocidad, que les joroba el pueblo.

¡Jo, una juerga, unas risas…!

y el tercero

El 14 de julio la ertzaintza entró como caballo desbocado en un bar de Bilbao con sabor abertzale y la lió parda a porrazos: heridos, contusionados, roturas de muebles y vasos. Varios ingresos en hospital, cortes profundos en la cabeza con porrada de grapas y puntos…, escenas de sonrojo, de venganza, de inhumanidad…, vaya, una escabechina sin comerlo ni beberlo. ¡Una razzia policial de las suyas en toda regla!

¡Qué risa, de escándalo, pero grande, grande…! Pero lo verdaderamente grande viene ahora: ¡A cinco de ellos acusa la ertzaintza por desobediencia a la autoridad!

Es la alegría de ser bilbaino.