1.- Introducción
Con este relato queremos unir nuestros sentimientos a los de millones de seres humanos que se manifiestan en diferentes lugares del mundo contra el genocidio que está cometiendo el Estado Sionista de Israel contra el pueblo palestino. Estos asesinatos despiadados de hombres, mujeres y niños se realizan gracias al interés y el apoyo material, intelectual y moral que el imperialismo norteamericano y gran parte del mundo occidental vienen prestando al estado sionista una vez que se produjo la retirada británica de aquellos territorios. Desde ese mismo instante, el Estado de Israel comenzó a apoderarse de la mayoría de los que componen la Palestina histórica, negando la existencia del país, desmantelando y destruyendo ciudades y pueblos y aniquilando a su población originaria.
2.- Algunas de las expresiones materiales del Imperialismo
El imperialismo no es nada abstracto, se materializa mediante acciones políticas, militares, económicas, culturales, ideológicas que repercuten en nuestras vidas, que nacen en las decisiones de una pequeña camarilla de hombres y mujeres que dominan la economía mundial y que ambicionan que sus empresas y negocios obtengan los máximos beneficios al margen de las necesidades vitales de las mayorías sociales. Esta ambición por la acumulación de beneficios y de capitales no se detiene ante nada, aunque sea esclavizando y sacrificando a millones de seres humanos con invasiones, guerras, golpes de Estado, colonizaciones y saqueos. La expresión más brutal y bárbaro estos intereses es la matanza de seres humanos que están haciendo en Palestina. El imperialismo se expresa en las acciones de las grandes empresas que se lucran con la producción de armamentos, y la militarización de los estados. En nuestro caso concreto, el Estado español está destinando gran parte de sus fondos presupuestarios al rearme militarista que le obliga la OTAN, con consecuencias negativas para la población. Los recortes de servicios públicos, la degradación de la sanidad, el crecimiento de miles de personas en las listas de espera, el abandono de centros hospitalarios que carecen del adecuado número de profesionales suficientes, el enorme déficit de centros residenciales necesarios para atender a nuestros mayores y dependientes, etc. son el lastre de un gobierno que se llama defensor de la democracia.
Los estados occidentales y las grandes multinacionales representan el imperialismo que da lugar a multitudinarias inmigraciones de seres humanos que buscan para sus vidas otros horizontes diferentes al horror provocado por las guerras, las persecuciones políticas y las miserias de sus países. El imperialismo viene personificado en los grandes fondos de inversión, propietarios accionariales de las entidades financieras desde las que manejan el mundo de los préstamos, las hipotecas, desahuciando a familias, imponiendo a continuación unos precios de alquiler insoportables, saltándose todas las normas y leyes que aprueban los gobiernos denominados progresistas. Las acciones imperialistas las realizan las grandes empresas que controlan la energía, el gas y el petróleo, que practican la rapiña y el robo de países dominados colonial o económicamente, y luego venden esos bienes con enormes ganancias empobreciendo las economías de las clases populares de los países occidentales. En nuestros pueblos, como territorios colonizados, la pequeña burguesía extremeña, a la par que empresas nacionales e internacionales, en el sector de la hostelería, de la agricultura, de la producción de derivados de vidrio y del aluminio, industrias hortofrutícolas, con el apoyo de los gobiernos locales y regionales que ponen a su disposición terrenos gratuitos y subvenciones públicas se lucran a costa del pueblo trabajador empleando a miles de trabajadores con salarios precarios, y horas interminables de trabajo que no se pagan. El imperialismo genera la cultura fascista, la xenofobia y el racismo, que de manera refleja domina las mentes de las personas, penetrando en todos los rincones de la sociedad, alcanzando los ambientes más embrutecidos, pero también a los más cultos e intelectuales. La dirección de un centro universitario nos prohibió la colocación de los mencionados carteles porque en ellos anunciábamos la concentración CONTRA EL FASCISMO. Nos dijeron que ellos no permitían carteles que fueran contra algo o contra alguien.
3.-La intensificación de los crímenes
Lo que viene sucediendo en Gaza desde octubre es sólo la intensificación momentánea de los asesinatos que el sionismo lleva ejecutando de manera sistemática desde hace más de 76 años. La cuestión más importante hoy día es poner fin al genocidio, sin olvidar que además de alcanzar un alto al fuego hay que asegurar la eliminación definitiva de la apropiación de territorios y el continuo aniquilamiento de seres humanos. La teoría de los dos estados es una vaga hipótesis sin fundamento, cuando uno de los estados se ha constituido por la invasión y apropiación de un territorio que no es suyo, con la masacre de miles de seres humanos. La broma demagógica que proponen los estados occidentales vendría a ser algo así: Israel invade y se apodera de la casa palestina, construye su estado y una vez dentro, cede una pequeña parte de la casa para que Palestina cree allí su estado.
4.- Un único estado palestino
La paz en Palestina va ligada a una serie de cuestiones que impidan la repetición de lo que viene sucediendo durante 76 años: la expansión territorial de Israel y la aniquilación de hombres, mujeres y niños palestinos. La solución final sólo llegará cuando desaparezca el Estado Sionista de Israel y haya un solo Estado Palestino en el territorio histórico de Palestina, en el que convivan todos los seres humanos que habitan esas tierras ya sean árabes, judíos u de otros pueblos diferentes. La paz para Palestina pasa por el aislamiento del estado colonialista de Israel. España debe romper relaciones comerciales, diplomáticas y de todo tipo con el Estado Sionista. Además, debe pasar por el debilitamiento de los estados imperialistas occidentales y la OTAN que le dan protección y cobertura, con armas para que siga eliminando físicamente a la población palestina.
5.- La resistencia armada
La Paz para Palestina pasa por la lucha y el fortalecimiento de su resistencia armada. Un pueblo que está siendo aniquilado y expulsado de sus territorios tiene derecho a su defensa, tiene derecho a hacer la guerra defensiva contra quienes quieren eliminarlo. Por eso, la paz para Palestina, finalmente, es impensable si no la pelean y defienden los propios Palestinos. La lucha armada es algo a la que no puede renunciar un pueblo oprimido y vejado, es una línea roja que no pueden ceder ante un ejército invasor. Los palestinos tienen derecho a resistir. La paz ordenada y el diálogo que piden los partidos progresistas de los países imperialistas no es paz de ningún tipo, es conseguir que todo se calme para que en poco tiempo el gobierno sionista recurra nuevamente a la guerra y al asesinato de hombres, mujeres y niños. Es urgente el fin de las hostilidades, pero no para dejar las cosas como están. Es necesario detener el genocidio, pero a su vez la desaparición del Estado de Israel.
6.- La barbarie es una necesidad del capitalismo
La expresión más salvaje que adopta actualmente el capitalismo es el crimen de Palestina. El sionismo es un engendro del capitalismo, es una expresión de barbarie más extrema que tiene el sistema capitalista, un sistema basado en la desigualdad, en la colonización, en la guerra y el empobrecimiento de las grandes mayorías. En definitiva, el capitalismo va asociado a la destrucción de la Vida. El imperialismo necesita la expansión territorial de Israel para asegurar la economía y compensar las crisis capitalistas, por eso, el sionismo tiene el visto bueno del occidente colectivo para arrasar Palestina, y a todos los países de la zona. El estado sionista basa su impunidad e inmunidad en el poder que le da la aceptación, el silencio y la complicidad del mismo campo internacional que propició su creación y permite su existencia en el tiempo. El capital para compensar en alguna medida su enorme crisis necesita y quiere el control de la zona. En este entramado de intereses, Israel es fundamental como plataforma militar para controlar las riquezas de toda la zona, los mares y estrechos que permiten el transporte más económico y fácil de estos bienes al mundo occidental.
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