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El Gobierno de Bachelet reprime violentamente a los estudiantes

Fuentes: Rebelión

Desde hace varias semanas en las ciudades mas importantes del país, los estudiantes secundarios y universitario vienen desarrollando una serie de movilizaciones con el objeto de exigir la derogación definitiva del marco legal de educación creado por la dictadura, conocido como la LOCE, y también por la nueva propuesta de ley del gobierno de la […]

Desde hace varias semanas en las ciudades mas importantes del país, los estudiantes secundarios y universitario vienen desarrollando una serie de movilizaciones con el objeto de exigir la derogación definitiva del marco legal de educación creado por la dictadura, conocido como la LOCE, y también por la nueva propuesta de ley del gobierno de la Concertación, que ha consensuado con el pinochetismo representado por la Alianza por Chile.

La nueva Ley General de Educación que ha generado el gobierno neoliberal de la Concertación, beneficia directamente a las mafias empresariales que tienen bajo su control el negocio de la educación en Chile. El lucro y la comercialización de la enseñanza en el país del cono sur, es manejado por militantes de la Democracia Cristiana, por el Pinochetismo (UDI-RN), la Santa Iglesia Católica, el Opus Dei y otros engendros que forman parte del negocio de la educación en Chile.

La camaleónica presidenta Michelle Bachelet, que suele hacer gárgaras con la participación, la inclusión, el respeto a los derechos humanos, etc. A través del ministerio del Interior, dio la orden de desatar una fuerte represión ante las movilizaciones estudiantiles, que las últimas semanas ha significado la agresión brutal y despiadada en contra de un reportero grafico de la Agencia EFE,

que casi ha perdido un ojo, y el permanente hostigamiento a los profesionales de la prensa que cubren las informaciones relacionadas con las protestas estudiantiles. Cientos de estudiantes han sido detenidos en las diversas movilizaciones, los que además suelen ser amedrentados y vejados en los recintos policiales de la jauría represiva del Estado chileno.

Los esbirros de los aparatos represivos del estado chileno y que reciben ordenes directa del Ministerio del Interior, suelen ensañarse con los estudiantes que participan de las movilizaciones que exigen la derogación de la LOCE y el nuevo engendro de ley de educación que se pretende imponer al país, a través de un contubernio entre un sector del gobierno de la Concertación encabezado por la primera mandataria y sus amos de la Alianza por Chile, con los cuales cogobiernan el país.

La nueva Ley general de Educación (LGE), no resuelve en nada el problema de la calidad de la educación chilena, el derecho a la educación establecido por los acuerdos internacionales en esta materia, y ésta continúa optando por la comercialización y el lucro en el sistema educacional de este país, generando así una educación para pobres y otra para rico. La privatización y creación de establecimientos educacionales manejados por los actuales sostenedores o empresarios de ese «producto llamado educación», tampoco ha significado un mejoramiento cualitativo del sistema educacional chileno, aún en las escuelas para niños y jóvenes de familias con altos ingresos, ésta no se encuentra en los niveles de calidad de los países mas industrializado.

Las mafias que operan con el sistema educacional chileno, solo les interesa la rentabilidad de su producto y los subsidios millonarios que le entrega a estos el Estado chileno, para un enriquecimiento y lucro cada vez mayor en el plano de la educación. De allí que no es raro que Chile, conocido como el «jaguar con arestín» de Latinoamérica, se este convirtiendo en un país de semianalfabetos, mediocres, incultos, faranduleros, alienados por el consumo, superficiales, apolíticos, y en donde una elite pequeñísima (10%) hace uso y abuso del resto de los chilenos, a través de la manipulación, la mentira, y la imposición de sus políticas al servicio de los grandes empresarios y la casta política corrupta del país (Concertación-Alanza por Chile).

Cabe destacar que los dirigentes de la Democracia Cristiana, que se encuentran involucrados en el negocio de la educación, han llamado a respetar los acuerdos de imposición de la nueva LGE, ante las diferencias de opinión surgidas en parlamentarios socialista y los radicales.

La opinión y las propuestas de los estudiantes, de los profesores, funcionarios de la educación, de los padres y apoderados, como suelen decir en Chile, «vale callampa». En la democracia heredada de la dictadura todo lo que huela a cambio a favor de los estudiantes, de la clase trabajadora, de los sectores populares, de las capas medias empobrecidas, «vale callampa», o sea no vale nada. De allí que la presidenta Bachelet busca desesperadamente imponer su engendro de nueva Ley General de Educación, y como siempre «a espaldas de la mayoría de los chilenos».

Ahora las organizaciones de los estudiantes secundarios y universitarios, dentro de sus reivindicaciones más importantes, están solicitando la salida del nuevo títere que pusieron como ministro de Educación, Mónica Jiménez, que es una fanática del neoliberalismo, el lucro y la comercialización de la educación. La anterior ministra del ramo, Yasna Provoste, fue destituida constitucionalmente por el desorden administrativo y económico que existía en la cartera.

Las demandas de los estudiantes en lucha y movilización, exige entre otras cosas el congelamiento real de aranceles para todas las universidades del Consejo de Rectores.

La creación de un mecanismo de aporte fiscal que permita terminar con el autofinanciamiento de las universidades y eliminación del Aporte Fiscal Indirecto (AFI).

Derogación del engendro educacional de la dictadura la LOCE y un veto inmediato a la LGE, que forma parte del contubernio de la presidenta Bachelet, con la Democracia Cristiana, el pinochetismo (UDI-RN) y la casta política neoliberal de la Concertación.

Los estudiantes exigen el fin al lucro en la educación y un mejoramiento ostensible, desde el punto de vista de la calidad de la educación chilena.

Gratuidad en la obtención de la Tarjeta Nacional Estudiantil (símil del pase escolar), más aún cuando hay una crisis económica ad portas que va creciendo gradualmente, que afecta a los sectores de menores ingresos de la población y en especial a los estudiantes que provienen de esos estratos sociales.

La única respuesta que hasta ahora han encontrado los estudiantes en su proceso de movilización y lucha por sus demandas, de parte del gobierno de la Concertación, la primera mandataria y la ministra de educación, no ha sido otra, que más y más represión y no solución real a los problemas de la educación chilena y las reivindicaciones más sentidas de los estudiantes del país.