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El gran capital chileno no quiere desaprovechar su oportunidad

Fuentes: Rebelión

Es notorio que los grandes empresarios chilenos, en conjunto con el capital extranjero que opera en el país, no quieren perder su oportunidad de salir fortalecidos de la crisis que afecta al sistema capitalista. Tal como afirma el autor norteamericano Immanuel Wallerstein el sistema-mundo capitalista se encuentra inmerso en una crisis de carácter relevante, pero […]

Es notorio que los grandes empresarios chilenos, en conjunto con el capital extranjero que opera en el país, no quieren perder su oportunidad de salir fortalecidos de la crisis que afecta al sistema capitalista. Tal como afirma el autor norteamericano Immanuel Wallerstein el sistema-mundo capitalista se encuentra inmerso en una crisis de carácter relevante, pero el resultado de esta crisis es incierto en relación a su desarrollo. Los diferentes grupos sociales que ocupan distintos roles en el proceso productivo trataran de influir en el curso que ella tome a fin de obtener beneficios una vez sea superada. Por un lado, el mayoritario de estos grupos -los trabajadores del país- debiesen orientar su acción para incidir en que se transite a un sistema más democrático en el sentido «real» del término; es decir igualdad económica y de posibilidades de acción política efectiva para la mayoría de la población. Por el otro lado tendremos al grupo minoritario, el gran empresariado, tratando de inclinar el sistema a su propio beneficio. Aumentando aún más sus escandalosas tasas de ganancia en desmedro de las remuneraciones de sus trabajadores, como también, de la quiebra o precaria condición de las PYMES; las que como es sabido proporcionan cerca del 80% de la oferta de trabajo existente en el mercado laboral.

En este último sentido el gran capital ya está movilizando su maquinaria para incidir en la posición que adopte el gobierno que por el momento controla el Estado chileno. Hemos visto como se han reunido a dialogar amistosamente en la ENADE (Encuentro Nacional de la Empresa) 2008 de semanas atrás (fines de noviembre), ocasión donde el gran empresariado ha abogado nuevamente por la flexibilización (aún más) de la legislación que pretende regular el mercado del trabajo. A modo de ejemplo citamos a Alfredo Ovalle -presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC)- quien señaló que «Chile requiere de políticas que mejoren la empleabilidad y no sobre-regulen ni rigidicen el mercado laboral […]. Necesitamos con más fuerza flexibilidad y adaptabilidad en el mercado laboral» [1] .

Esta última semana el gobierno ya parece haber hecho oído a sus reclamos puesto que ha señalado la posibilidad de discutir indicaciones a la ley que igualaba el salario base del trabajador con el salario mínimo. Lo anterior ante las demandas de flexibilizar el mercado laboral que viene haciendo hace tiempo el empresariado bajo el ambiguo argumento de que «perjudica el empleo». Se referirán a que perjudica sus posibilidades de extracción de plusvalía puesto que evidentemente para el trabajador no «perjudica su empleo» sino que simplemente lo hace sólo un poco más digno.

La CUT ya ha hecho declaraciones de que existirán movilizaciones en caso de que el gobierno opte por incluir las indicaciones propuestas desde la vereda del gran capital. El conflicto ya es manifiesto en esta materia, lo importante ahora es estar atentos a las acciones que efectuará el gobierno. ¿Se pondrá de lado de los trabajadores, o por el contrario, se acercará una vez más al gran empresariado? Existe la posibilidad de hacer al menos un guiño a los trabajadores demostrando que considera sus demandas y está por el mejoramiento de sus condiciones de vida y no exclusivamente en privilegiar el desarrollo del gran capital. También cabe preguntarse, en caso de que los trabajadores se movilicen, ¿Cuál será la respuesta del aparato estatal? Se escucharan las demandas planteadas, o por el contrario, se reprimirá el movimiento. Esperemos que no sea lo que suceda, mejor aún, que ni siquiera se llegue a este punto y que el gobierno se ponga los pantalones de una vez por todas manifestándose del lado de los trabajadores sin ambigüedades (como ha sido la tónica hasta el momento). Veremos que pasa.



  El autor es miembro del Grupo de Investigación en Ciencias Sociales y Economía (GICSEC), Universidad Academia de Humanismo Cristiano. [email protected]

[1] Fuente: El Mercurio, Sección B Economía y Negocios del Viernes 28 de Noviembre, 2008.