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El legado de la señora B.

Fuentes: Rebelión

No sé quién es más canalla, si la Concertación por la Democracia ya fenecida y hoy ahornada Nueva Mayoría que huele a muertos que, sembró falsas expectativas que, manipuló y mintió al alero de la derecha oligárquica e hipócrita, de la iglesia Católica, pacata y coludida con el conservadurismo; político, social y económico, y del […]

No sé quién es más canalla, si la Concertación por la Democracia ya fenecida y hoy ahornada Nueva Mayoría que huele a muertos que, sembró falsas expectativas que, manipuló y mintió al alero de la derecha oligárquica e hipócrita, de la iglesia Católica, pacata y coludida con el conservadurismo; político, social y económico, y del Departamento de Estado de Estados Unidos de Norteamérica, o la derecha cavernaria, asesina y retrograda que hoy goza del poder entregado por parte de un pueblo desclasado que, ha sido capturado por el mercado que, besa el látigo que lo azota, pensando que alguna migaja egoísta le caerá de la mesa de los satisfechos de siempre, de los cicateros, homofóbicos, racistas, discriminadores, segregadores, explotadores, de los dueños del poder, de los astutos y tramposos con licencia, inmunidad y apellidos, cuello blanco y corbata.

Bien sabe la señora B que, la mano izquierda no tiene porque saber lo que hace la mano derecha, tiene asegurado su futuro y el de su hijo bribón.

La Señora B no tocó lo más sensible del poder heredado del sátrapa de Pinochet: tener una nueva Constitución, terminar con el robo de la AFP, renacionalizar nuestra riqueza básica; el cobre y la tierra, devolver el agua como un bien nacional, terminar con la privatización del mar, de las carreteras, dejar de ser el «tonto útil» de los gringos.

La señora B que se enojó por la filtración de fotografías que el diario La Tercera de la Hora en su columna de reportaje: Piñera-Bachelet: 10 episodios de una conversación forzada (no sé hasta dónde) publico este 11 de marzo de 2018 bajo el epígrafe de: «Encuentro en Caburga durante el 2005: asado de cordero, risas y guitarras __»Señora Bachelet, ¿un asadito?, le gritó el negro Piñera. __Si claro, respondió ella». «Ella era la que más cantaba, la que más tomaba, la que más celebraba…»

La señora B, socialista, se olvidó de la integración latinoamericana, se puso al lado de la misma derecha, del imperio estadounidense que participó en el derrocamiento y asesinato del presidente Allende con su secuela de infracciones, persecuciones y de los flagrantes y criminales atropellos a los derechos humanos.

La señora B, cabeza visible de los «renovados» que en el exilio, consideraron una ofensa tener que trabajar como un obrero más en la antigua RDA. Ellos pensaron en un «exilio dorado», después de esa ofensa proletaria, se refugiaron en España, al alero del nuevo socialismo (PSOE), estirando la mano limosnera para recaudar sin ningún tipo de pudor ingentes cantidades de dinero que nunca llegaron a los que, nos quedamos en Chile, por principios, por esas viejas utopías, de la que hoy ya casi nada queda, «pelando el ajo» como dice el viejo refrán, a pesar de la dictadura genocida, a poner la cara, a dar la batalla de Chile, honesta y sin pedir nada a cambio, para que una vez restablecida la «democracia» volvieran los mismos «héroes» que a espaldas del pueblo se repartieran todas la granjerías que otorga el poder.

No solo los socialistas tienen que responder por ese dinero recolectado en Europa, sino que también el partido comunista que bien sabe acomodarse en la nomenclatura del poder capitalista.

¿Qué esperamos para Chile?, después del fraude de la Nueva Mayoría, citando a Miguel de Unamuno: «Venceréis, pero no convenceréis», una auténtica izquierda, combativa y con un proyecto propio, donde, niños, jóvenes, hombres, mujeres y adultos mayores que, caminando con los pies bien puesto sobre la tierra transitemos con paso firme y decidido hacia un solo objetivo: ponerle el cascabel al gato y a construir al «hombre nuevo, libertario y auténticamente solidario.

Jorge M. Villalobos Gálvez, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociale, Puente Alto, Chile.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.