Recomiendo:
0

El modelo no toma vacaciones, ¿y dónde está la CUT?

Fuentes: Rebelión

El dinero nunca duerme y tampoco la avaricia de quienes lo acumulan desmedidamente en desmedro de los demás, porque el modelo neoliberal no toma vacaciones. En este verano se mantienen elevadas las cifras rojas del desempleo, el sobreendeudamiento y la pobreza, al igual que todos los días de todos los meses del año. Salga el […]

El dinero nunca duerme y tampoco la avaricia de quienes lo acumulan desmedidamente en desmedro de los demás, porque el modelo neoliberal no toma vacaciones. En este verano se mantienen elevadas las cifras rojas del desempleo, el sobreendeudamiento y la pobreza, al igual que todos los días de todos los meses del año.

Salga el sol o suba la temperatura, llueva o truene, el sistema socioeconómico que viene de la dictadura permanece omnipresente. A través de sus principales arietes, la desigualdad y la discriminación, embiste implacablemente y sin tregua a las mayorías vulnerables carentes de protección social, indefensas y precarizadas.

Por los difíciles momentos actuales, el pueblo no puede aflojar o relajarse, ni ceder ni flaquear. No es tiempo de dejar de lado sus demandas, porque darse asueto veraniego significaría borrarse del mapa y dejar el campo libre para que la derecha empresarial en el gobierno aparente que han llegado los «tiempos mejores».

Allí está el júbilo de La Moneda ante la creación de 132 mil empresas en 2018, lo que permite al ministro de Economía resaltar que nunca había habido tanto «espíritu emprendedor». Desde las Pymes se aclara que ello no representa necesariamente más empleo: en 2017 se crearon cerca de 120 mil empresas, y la cesantía se agudizaba.

El ministerio de Hacienda lanzó el «plan billetera responsable» que apunta desde la perspectiva oficialista a la educación financiera en un país que tiene 13 millones de tarjetas de crédito y donde la población con más deudas es la de los jóvenes y los adultos mayores, haciendo hincapié en que la clave es incentivar el ahorro. En realidad, los menores de 30 y los mayores de 65 años no ahorran porque no pueden, los jóvenes carecen de oportunidades y la tercera edad sobrevive a duras penas con jubilaciones miserables. La verdadera clave está en mejorar los ingresos, salarios y pensiones.

Al poner en marcha el proyecto de la modernización de la carrera militar, el piñerismo mantuvo intacto uno de los más preciados privilegios de las FF.AA.: el régimen previsional exclusivo, el que el jefe del Ejército llamó a defender con dientes y muelas, y en el que el Estado gasta cuantiosos recursos que anualmente llegan a los 2.600 millones de dolares. Las administradoras privadas, las que se enriquecen esquilmando a sus afiliados, quedan para los civiles, aquellos que no ostentan galones ni charreteras, ni disponen de armas para salvaguardar sus prerrogativas.

Regocija al actual gobierno lo que llama «el círculo virtuoso que vive la economía chilena que crece con una inflación controlada», según lo destaca con descaro, y lo refocila el número histórico de ventas en el sector automotriz. Pero no dice media palabra sobre los miles de despidos que se han venido produciendo, empresas que están cerrando, negocios tradicionales que desaparecen y hasta universidades que no pueden seguir funcionando.

Tampoco La Moneda se pronuncia sobre la anunciada salida de 500 trabajadores de la ENAP a causa de la desastrosa administración de esta empresa que es una de las últimas estatales. Las consecuencias de ello es que está prevista la reducción del 13% de la dotación total. La incertidumbre también está en los pescadores artesanales severamente castigados desde la promulgación de la Ley de Pesca (Ley Longueira) emblema de la corrupción legislativa.

El presidente y su equipo gubernamental, administradores del modelo, no ven más allá de sus narices o hacen lo posible por ignorar lo que ocurre en la calle. Con una persistencia digna de mejor causa el mandatario clama por la «unidad nacional», desconociendo que primero hay que superar las profundas desigualdades que se acentúan en cuanto a los ingresos, las oportunidades, las influencias y las expectativas.

Cuesta admitir que la CUT no asome por ninguna parte, entrampada en su propia burocracia, inmovilidad y desinterés por la clase trabajadora. En su actitud conciliadora, su rutina anticipa que reaparecerá el próximo primero de mayo con una marcha de militantes de los partidos que la sustentan, ocasión en que su dirigencia hablará fuerte y golpeado, y luego volverá a la modorra que la acompaña 364 días al año.

Fuera de su órbita, sin embargo, hay muchos sindicatos y organizaciones laborales, movimientos populares, la coordinadora No + AFP, federaciones de estudiantes, el mundo poblacional, los sin casa y otros innumerables actores sociales estafados por el modelo que no pueden seguir de brazos cruzados marcando el paso. No es el momento de esperar la llegada de marzo o abril: las movilizaciones de los perdedores de siempre y las presiones masivas en busca de soluciones, hay que reanudarlas cuanto antes.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.