A los 86 años murió el cardenal italiano Pío Laghi, quien fuera durante los años de la dictadura militar el titular de la nunciatura apostólica. Importante figura de la diplomacia católica, intervino en la mediación para evitar la guerra entre Argentina y Chile por el canal de Beagle, en 1978, y también fue señalado como […]
A los 86 años murió el cardenal italiano Pío Laghi, quien fuera durante los años de la dictadura militar el titular de la nunciatura apostólica. Importante figura de la diplomacia católica, intervino en la mediación para evitar la guerra entre Argentina y Chile por el canal de Beagle, en 1978, y también fue señalado como «cómplice» del silencio eclesiástico frente a las miles de denuncias de desaparición de personas cometidas por el terrorismo de Estado.
Ángela «Lita» Boitano, madre de dos desaparecidos italo-argentinos, no vaciló en afirmar que el fallecido cardenal Pió Laghi fue «más brutal que los militares» en su trato con ella y otros familiares cuando, en 1979, lo entrevistaron buscando verdad y justicia.
Boitano recordó a ANSA (edición del 11 de enero del 2009) que ella y otras cinco madres, todas con hijos desaparecidos en 1976, tras el golpe militar del 24 de marzo en Argentina, se entrevistaron tres años después con Laghi en Puebla, México, durante la Tercera Conferencia Episcopal Latinoamericana.
«Todas nosotras, igual que los demás familiares, católicos o no, habíamos denunciado el secuestro de nuestros hijos a la Nunciatura argentina, que estaba a cargo de Laghi. En vano le habíamos pedido audiencia en Buenos Aires, pero recién nos recibió en Puebla, en oportunidad de la visita de Juan Pablo II», recordó Boitano en diálogo con ANSA.»Laghi nos escuchó y sólo respondió: ‘tres años es mucho tiempo, y si están muy torturados los militares no los van a dejar en libertad'», dijo la madre.»¡Un militar no hubiera sido tan brutal! Además no había duda alguna de que la jerarquía de la Iglesia tenía pleno conocimiento de lo que estaba sucediendo y de su complicidad con la dictadura» castrense (1976-83), opinó con dolor.
La figura de monseñor Pío Laghi ha sido cuestionada a raíz de su desempeño dentro de la Iglesia católica durante la última dictadura militar. «La Iglesia fue uno de los primeros lugares en saber sobre los desaparecidos», explicó el historiador Lucas Lanusse. «En el año 77, hubo muy pocos actores que se le animaron al proceso. Por eso, el rol del Episcopado ha sido muy criticado. Era una Iglesia a la que se veía aliada al poder», añadió.
«El régimen militar que secuestraba y mataba por izquierda, lo hacía en nombre de Cristo. Decía defender un orden occidental y cristiano. Y (la dictadura) necesitaba la legitimidad de la Iglesia, y si bien aparecían algunos documentos críticos, rápidamente quedaban diluidos por otros mucho más ambiguos e inclusive por cantidad de actos, fotos, misas, ceremonias de todo tipo donde el Episcopado aparecía mano a mano con (Jorge Rafael) Videla, (Emilio) Massera, (Orlando) Agosti. Y eso no sólo sucedió en los 70 sino también en los 80, donde ya se sabía muy bien lo que estaba pasando», señaló Lanusse. «Visto desde hoy, su actitud deja muchísimo que desear. De parte de la Iglesia institucional no hubo una reacción contra, por ejemplo, la desaparición de las monjas francesas, Alice Domon y Leónie Duquet o de los curas palotinos», dijo Lanusse a Clarín en su edición del 10 de enero del 2009.
El premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, recordó que la Iglesia católica argentina nunca respondió a sus reclamos de ayuda para hallar a desaparecidos de la pasada dictadura y señaló que en un encuentro con Juan Pablo II, cuando fue a exponerle estas situaciones, el Papa le aconsejó que se ocupara de «los chicos de los países comunistas».
En Paris el 19 de marzo del 2008 se ha realizado el seminario «Terrorismo de Estado y rol de la Iglesia Católica «Orígenes, intereses y complicidades». Adolfo Pérez Esquivel, ha enviado una interesante ponencia sobre la complicidad de la Iglesia, que el Observatorio SELVAS difunde para profundizar el debate.
«Los interrogantes son muchos y debiéramos preguntarnos ¿Cuando comenzó todo lo vivido y sufrido por el pueblo argentino? Pregunta central para comprender las causas y no quedarnos en los efectos y el dolor de un pueblo. La tragedia no comenzó el 24 de marzo del 1976, los fundamentos y base de dominación impuestos a los pueblos del continente surgen desde varias décadas atrás, con la Doctrina de Seguridad Nacional y la aplicación del Plan Cóndor. Más de 80 mil militares latinoamericanos recibieron formación en la Escuela de las Américas en Panamá y las Academias militares de los EE.UU., donde se desarrolló dicha doctrina basándose en la experiencia de la guerra de Vietnam y la guerra de Argelia; en la aplicación de metodologías como las torturas, el secuestro y desaparición forzada de personas.
Quiero recordar que aquí, en el Senado de Francia en el año 1981 se realizó el 1er. Coloquio sobre la Desaparición forzada de personas.
Fue un avance significativo en determinar ese delito y elevar sus resultados a las Naciones Unidas. Es necesario hacer memoria, para que nos ilumine el presente y nos permita construir el futuro que depende de las huellas que deje el caminar de los pueblos. Tengamos presente que los militares nunca pueden dar un golpe de Estado solos, necesitan del apoyo y complicidades e intereses de sectores empresariales, políticos, religiosos, sindicales; de los medios de comunicación, como del apoyo externo dado por los EE.UU. y varios países europeos y de empresas multinacionales a las políticas impuestas por de organismos internacionales como el FMI , BM y el BID que otorgaban créditos a las dictaduras, a pesar de saber que violaban los derechos humanos aplicando el terrorismo de Estado. No podemos hacer una lectura lineal de lo sucedido y vivido en la Argentina y en todo el continente latinoamericano. Muy brevemente quisiera señalar algunos ejes que nos permita profundizar y comprender los caminos de dolor y sufrimiento; como de la resistencia en la esperanza en la lucha por la vida, la libertad y dignidad de los pueblos.
Es necesario recordar la dictadura del General Juan Carlos Onganía que impone en el país la Doctrina de Seguridad Nacional. La represión desatada en 1968 en la «Noche de los Bastones Largos», donde el ejercito y la policía invade y destruye los centros de investigación científica de la Universidad de Buenos Aires y de otras Casas de Altos Estudios en el país Para desmontar y destruir el pensamiento nacional y la oposición al proyecto de dominación impuesto.
Al golpe militar en Brasil en el año 1964, se van sumando en otros países como Chile en 1973 por el general Augusto Pinochet en el golpe de Estado contra el Presidente Salvador Allende y la intervención de los EE.UU.
Otros países en el continente van cayendo en manos de dictaduras que marca las décadas del 60 y70.
El regreso del general Perón en 1974 a la Argentina , después de su largo exilio y sucesivas dictaduras, marca una etapa y aumento de la violencia, como fue su llegada a Ezeiza y el conflicto se agudiza y desemboca en la Plaza de Mayo con la ruptura con el movimiento Montonero que vuelven a la clandestinidad.
Con la muerte de Perón aumenta la represión y violencia de grupos armados para-policiales y para-militares de las Tres A (AAA), liderada por el ministro del gobierno peronista de Isabel Perón, López Rega.
El deterioro del país se va acentuando hasta la caída y derrocamiento de Isabel Perón el 24 de Marzo de 1976.
La resistencia social surge frente a la grave situación que vive el continente. Algunos sectores lo hacen a través de la lucha armada; otros en la resistencia social no-violenta; que marcan y agudizan la situación de conflicto en el continente. La Revolución Cubana en 1959, es un punto de inflexión en el continente y alienta a grupos en su mística revolucionaria. Me han pedido en éste Coloquio hablar sobre el Terrorismo de Estado y el rol de la Iglesia Católica.- Orígenes, intereses y complicidades. La década del 60 marca opciones en la vida de los pueblos y movimientos sociales, como en la Iglesia latinoamericana que agudiza sus contradicciones internas.
Dos grandes ejes son signos de esperanza y renovación de la Iglesia, como fue Vaticano II que, como bien lo señalaba Juan XXIII, es necesario abrir las puertas y ventanas de la Iglesia para sacudir el polvo de los siglos y que entre la Vida, para su renovación a la luz del Evangelio.
Inspirados en ese espíritu se realiza el Encuentro del CELAM en Medellín Colombia en 1968 y ahí sopla el espíritu la renovación que marca fuertemente a la Iglesia Latinoamericana. La opción preferencial por los pobres, La lucha contra la pobreza, la marginalidad, la iglesia no puede ser indiferente ante el sufrimiento de los pueblos, debe comprometerse y asumir su rol profético desde la fe y el compromiso junto al pueblo. Surge con fuerza la Teología de la Liberación, los Curas del Tercer Mundo. Muchas comunidades religiosas van a compartir la vida con los pobres en las villas miserias, en las favelas. Los cristianos asumen la rebeldía de compartir el pan y la libertad junto a sus pueblos.
Hacer vivo aquello que el Mártir de los Llanos riojanos. Monseñor Enrique Angelelli decía: «hay que poner un oído en el Pueblo y otro en el Evangelio, para saber para donde ir»
Así muchos dan su vida para dar vida, no puedo dejar de señalar a Monseñor Romero en el Salvador.
Quiero recordar aquí, que el 12 de Agosto de 1976 estábamos en el Ecuador, en Riobamba en la diócesis del Obispo Mons. Leonidas Proaño, en la Casa de la Santa Cruz en la montaña, junto a 17 obispos latinoamericanos y 4 norteamericanos cuando un batallón ecuatoriano invade la Casa de Retiro y nos llevan a todos presos a Quito y somos expulsados del país.
El Operativo Cóndor, la internacional del terror, se puso en marcha y no les importaba que en esa reunión estuvieran tantos obispos latinoamericano y de otros países. Entre ellos un obispo argentino Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zaspe, compañero de prisión.
A esa reunión de Pastoral social, no pudo llegar Mons. Enrique Angelelli, asesinado el 4 de agosto en la Rioja.
Es necesario comprender la situación de sectores de la jerarquía de la iglesia católica en Argentina. No es posible hablar del episcopado como un solo pensamiento- Existen fuertes contradicciones y opciones, algunos obispos fueron cómplices de la dictadura militar, como algunos sacerdotes que apoyaron y traicionaron al pueblo y al Evangelio. Podríamos señalar a obispos como Plaza, Bonamin, Tortolo, el Cardenal Antonio Quarracino; sacerdotes cono Von Wernik, recientemente juzgado y condenado por crímenes de lesa humanidad.
Otros fueron la masa gris, sin criterio propio y manejables, como aquellos que dicen, «la Iglesia no se mete en política «. Pero deja hacer terminando siendo cómplices por omisión.
Luther King decía «que, lo que más le dolía, era el silencio de los buenos».
Recuerdo a mi encuentro con el Capitán de la Marina Adolfo Scilingo, cuando me dice que participó de dos vuelos de la muerte, donde arrojaron al mar 30 prisioneros vivos y al regreso a la base, los recibía el capellán militar y les daba misa, los bendecía y decía que lo que habían hecho era para salvar al país de las garras del comunismo internacional. Que lo hecho fue darles una muerte cristiana en bien de la Patria. Un cinismo macabro.
Soy un sobreviviente de los vuelos de la muerte, a que fui sometido el día 5 de mayo del año 1977, cuando me trasladaron al aeródromo de San Justo y me sacaron de la Superintendencia de Seguridad Federal donde me encontraba detenido y encadenado en un avión y volar durante más de dos horas sobre el Río de la Plata y el límite con el mar. Hasta que llega una orden al piloto para que el avión se dirija a la Base Aérea de Morón en el Palomar. La fuerte intervención y solidaridad internacional salvó mi vida. A pesar del tiempo transcurrido no puedo dejar de pensar en ese momento cuando los dictadores decidían sobre la vida o la muerte de los prisioneros.
Recuerdo los encuentros que tuve con el Nuncio Apostólico en Argentina, Monseñor Pío Laghi en la Nunciatura , las discusiones tensas y en particular una de ellas; cuando le reclamo que intervenga por los desaparecidos ante la Junta militar y el Vaticano. Dice- ¿ Qué quiere que haga?. Anoche estuvieron aquí, en éste mismo salón los comandantes militares, yo les digo y reclamo por las violaciones de los derechos humanos, por los desaparecidos. A todo dicen que si, pero después no lo hace.- ¡Que quiere usted que yo haga?-No puedo hacer, lo que los obispos argentinos no quieren hacer.
La primera reunión con Juan Pablo II en el Vaticano en 1981, estuvo señalada por el maltrato y las dificultades para la reunión. Me acompañaron a ese encuentro el Padre Michel Grolleaud, de la Misión de Francia, Jim Forest de IFOR de los EE.UU. y Amanda, mi esposa. La reunión fue tensa y los cardenales que acompañaban al Papa hicieron todo lo posible para que el encuentro se limite a un saludo protocolar.
Rápidamente tuve que informar al Papa y entregarle un dossier con fotos de 84 niños secuestrados y desaparecidos en la Argentina. Diciéndole que esa información se la había enviado por tres canales distintos. El Papa me respondió: No,…no, yo no conozco nada de esto. Nunca llegó a mis manos.- ¿ Está bien…. esto queda conmigo!- Después me dice: ¿ Usted tiene que ocuparse también de los niños en los países comunistas!- Lo cual me sorprendió ese reclamo. Mi respuesta fue- Los niños del mundo no tienen fronteras ni ideología, debemos defenderlos en cualquier parte del mundo.
Este informe que le entrego es de 84 niños secuestrados y desaparecidos en la Argentina por la dictadura militar. Algunos de ellos han nacidos en cautiverio, siendo sus madres capturadas embarazadas. Ese dossie fue preparado por algunas abuelas, como Chicha Mariani que en 1982 fue la primera presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Le digo al Papa. Los dictadores violan los derechos humanos y dicen ser los defensores de la Civilización Cristiana y Occidental. Eso es anti- evangélico. Le pido que actúe, es urgente su palabra para salvar vidas. Ahí terminó la entrevista.
A la semana el Papa por primera vez hace mención a los desaparecidos en la Argentina desde el balcón del Vaticano en la Plaza de San Pedro. Hubo complicidades, mala fe, instigación de sectores de la Iglesia Argentina que apoyaron la dictadura. Pero también hubo testimonios de vida. De luchas, esperanzas y acompañamiento de otros sectores de la Iglesia que dieron su vida para dar vida.
Es necesario rescatar los testimonios de una Iglesia profética y comprometida con el pueblo, como los sacerdotes Carlos Muria y Gabriel Longueville, misionero francés, asesinados en el Chamical, en la Diócesis de la Rioja.
Y el posterior asesinato de Mons. Enrique Angelelli, por la dictadura militar. Las religiosas francesas Alice Dumond y Leonil Duquet, secuestradas y desaparecidas de la Casa de Nazareth en Bs. As. El asesinato de 5 sacerdotes y seminaristas Palotinos. Es una larga lista de cristianos encarcelados, torturados y asesinados. Otros fueron exiliados. Laicos que sufrieron la persecución, esos hombres y mujeres comprometidos desde la fe con el pueblo. Obispos y sacerdotes que acompañaron y caminaron junto al pueblo. Debo señalar a compañeros de ruta, de luchas y esperanzas. Mons. Jaime de Nevares, Obispo del Neuquén, Mons. Jorge Novak, de Quilmes, Miguel Hesayne de Viedma, Río Negro, Mons. Alberto Devoto, de Goya, Corrientes.
La comunidad de los Pasionistas que desde la Casa de Nazareth fueron siempre un apoyo solidario inclaudicable. Como lo fue la Facultad Teológica Evangélica y el Rabino Marshall Meyer, de la Comunidad Beth.
Es un largo camino entre luces y sombras. Es necesario reflexionar y comprender para separar la paja del trigo.
Nada de lo ocurrido fue improvisado y la locura de unos pocos, son políticas de dominación aplicadas a nivel continental.
La ideología de la Guerra Fría se traslada y calienta en América Latina, responde a los intereses y poder hegemónico impuesta por los EE.UU. a través de la DSN, en la polarización entre Este y Oeste. Por un lado la llamada defensa de la Civilización Cristiana y Occidental y por otro lado, la URSS, el comunismo y todo aquello que se oponía al sistema dominante era considerado subversivo y terrorista. Los acuerdos de Yalta, después de la II Guerra Mundial, marcaron la vida de los pueblos bajo los intereses y políticas de dominación de las dos grandes potencias. Si tenemos que ver la DSN en la actualidad, tengo que decir que no desapareció, es como el camaleón, cambió de color pero no de forma. Continúa con la misma concepción ideológica, simplemente que después de la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética ha cambiado los nombres de las hipótesis de conflicto. Hoy todo opositor real o potencial es acusado de terrorista y narcotraficante. Se ha inventado las «guerras preventivas», para violar el derecho internacional y la soberanía de los pueblos.
Ya no pueden echarle la culpa al comunismo. El sistema para sostenerse necesita crear enemigos, reales o imaginarios. Sostener los mecanismos implantados de dominación y condicionamiento de los países; como fue las políticas de ajuste, capitalización y privatizaciones. La deuda externa que se ha transformado en la deuda eterna, que agobia la vida de los pueblos y los somete a la pobreza, la mortalidad infantil, a la destrucción de la capacidad productiva. Los gobiernos continúan pagando una deuda manchada con la sangre del pueblo. Hoy se está negociando pagar la deuda al Club de París, sin realizar una auditoria y poder determinar la deuda legítima de la ilegítima. Los gobiernos hacen abstracción y quieren separar la deuda externa, de la represión y violaciones de los DD.HH. y continúa con su política suicida que se reduce a: «más pagamos, más debemos y menos tenemos».¿ Hasta cuando seguir hipotecando el presente y el futuro del pueblo?
América Latina fue el escenario para imponer la dominación global, los hechos lo confirman hasta nuestros días. La política hegemónica continúa. Lo ocurrido recientemente de generar un conflicto regional entre países hermanos como Ecuador, Colombia y Venezuela, los intentos de desestabilización que sufre Bolivia, Los ejes de control continental marcados por el Plan Puebla-Panamá-. El Plan Colombia y la Triple Frontera, con tropas norteamericanas en Paraguay. Marcan claramente que la política de dominación no terminó con las dictaduras militares. La Iglesia Católica, como todas las religiones tienen que optar, entre ser sometidas y sojuzgada al poder de turno o que el mensaje sea liberador y protagonista en la construcción de nuevas esperanzas y realidades junto a los pueblos. Como cristiano comprometido desde la fe en la liberación, vivo la esperanza que es posible la conversión dentro de la misma iglesia. Tenemos que tener una mirada profunda, saber ver la semilla de vida que aquellos que viven y luchan por un mundo mejor», concluye Adolfo Pérez Esquivel.
FUENTE: http://www.serpajamericalatina.org/secretariados/adolfo/terrorismodeestado.doc
Los límites de la decencia y la complicidad de Berlusconi
Madres, abuelas y familiares de desaparecidos se manifestaron «ofendidas» por declaraciones del jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, reportadas por medios de prensa locales, según los cuales el premier bromeó sobre los vuelos de la muerte cometidos durante la dictadura militar argentina (1976-83).
Estela Carlotto, Angela «Lita» Boitano y Vera Jarach, todas ciudadanas italianas y madres de desaparecidos, manifestaron en diálogo con ANSA del 18 de febrero que se sentían «ofendidas» por los dichos de Berlusconi que, según el diario L’Unita’ de Roma reproducidos hoy por Clarín de Buenos Aires, pronunció este fin de semana en el marco de una campaña electoral de Cerdeña. «Eran hermosos días… Los hacían descender de los aviones», habría dicho Berlusconi según esas fuentes, aludiendo a los vuelos con que los militares arrojaban vivas a las aguas del Río de La Plata a personas secuestradas en campos de tortura y exterminio, en particular la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). «No podemos admitir que se bromee sobre los desaparecidos y los vuelos de la muerte, es decir, delitos de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado» destacó Vera Jarach, nacida en Italia y cuya hija Franca fue víctima de la dictadura cuando tenía 18 años.
El maestro Horacio Verbitsky comenta en Pagina 12 del 19 de febrero que «la nota del diario italiano L’Unità se publicó el sábado 14 de febrero: el jefe de gobierno Silvio Berlusconi bromeaba sobre los desaparecidos argentinos, arrojados al mar desde aviones navales. Aun para quienes estábamos acostumbrados a la prosa ligera del ex presidente Carlos Menem nos resultaba demasiado como para creerlo sin más. Sobre todo porque la nota de Marco Bucciantini encomillaba la frase sobre una invitación a bajar de los aviones pero no el sujeto al que Berlusconi se refería. ¿Pudo tratarse de una confusión del periodista, acaso el magnate de la televisión y el fútbol se refería a la deportación de extracomunitarios, que su gobierno practica y propone como política europea frente a la crisis global? Citado por la cancillería para comunicarle el disgusto del gobierno argentino, el embajador Stefano Ronca dijo que no estaba al tanto y que debía verificar los dichos del presidente del Consejo de Ministros. El video con la frase completa, pronunciada por Berlusconi durante la campaña electoral en Sardeña, donde el candidato de Forza Italia Ugo Cappellacci venció al gobernador democrático Renato Soru, no deja lugar a dudas. La trascripción en castellano, con la sintaxis del propio Berlusconi, es la siguiente: «Sin ironía, sin la capacidad de sacar algo bueno de todo lo malo, no se llega a ningún lado. De verdad, yo nunca he insultado a nadie. No sólo al señor Soru, a nadie. Sólo me burlo un poco, dentro de los límites de la decencia. He recibido muchos insultos, pueden verlo en los diarios. Parece que para la izquierda es un deporte nacional el tiro al blanco sobre el presidente del Consejo de Ministros. No hacen otra cosa. Cada uno se acuerda de lo que le duele. Los señores de la izquierda han dicho cualquier cosa de mí. Que soy como Hitler, que soy como Mussolini, que soy como aquel dictador argentino que mataba a sus opositores llevándolos en avión con una pelota, después abrían la portezuela, toma la pelota y dice: Hay un lindo día afuera, por qué no van a jugar un poco». Cuando Berlusconi dice esta frase siniestra, se escuchan risas de su audiencia y el histrión agrega: «Hace reír, pero es dramático». El video fue distribuido en Italia por la agencia virtual Qui News, cuyo director, Carmelo Sorbera, lo acompañó con pocas contundentes palabras sobre la vergüenza que le produce ser representado en el mundo «por el artífice de todo lo más vil que pueda imaginarse». Invocando «la responsabilidad moral de formar parte de la Nación Italiana, pido disculpas a todos los argentinos y a todas las personas involucradas en la tragedia de los desaparecidos y de los años oscuros de la dictadura». Quien aún tenga dudas sobre tamaña vileza puede ver y oír a Berlusconi, en
http://www.quinews.it/2009/02/18/berlusconiironizzasuivolidellamorte/
Gabriele Andreozzi – Fundación «Lelio Basso» de Roma ha lanzado un llamado: «las palabras de Berlusconi suenas como una ofensa a la memoria de las victimas de los vuelos de la muerte. Es necesario una acta forma de excusas por parte del Gobierno Italiano para todas las victimas de la dictadura, que podría concretizarse en la ratifica de Italia de la Convención Internacional de protección de las personas frente a las desapariciones forzadas».
El Observatorio SELVAS ha acompañado directamente el ultimo proceso a los desaparecidos de origen italiana en Roma (lea http://www.mclink.it/com/inform/art/07n05239.htm); ha escrito con el especialista Luigi Cancrini el articulo «DESAPARECIDOS, QUIEN NO QUIERE LA VERDAD» en el importante diario italiano UNITA’ del lunes 20 de febrero del 2006 (lea http://alainet.org/active/10575〈=es ); acaba de publicar la nota Foro Social Mundial y Plan Condor (http://www.alainet.org/active/28838〈=es).
Cristiano Morsolin, operador de redes internacionales para la defensa de los derechos humanos. Trabaja en Latinoamérica desde 2001. Co-fundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS.