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Entrevista al Presidente de la Confederación General de Trabajadores, Manuel Ahumada

«El principio debe ser: defender los derechos irrenunciables de la clase»

Fuentes: Rebelión

Dinámico, energético, vital, con mucho humor y extraordinaria capacidad de comunicar. Así es el Presidente de la Confederación General de Trabajadores de Chile, CGT, Manuel Ahumada, o «Negro Ahumada», como es más conocido, ex miembro de la Comisión Política y el Comité Central del Partido Comunista. A sus 51 años, este trabajador del sector gastronómico […]

Dinámico, energético, vital, con mucho humor y extraordinaria capacidad de comunicar. Así es el Presidente de la Confederación General de Trabajadores de Chile, CGT, Manuel Ahumada, o «Negro Ahumada», como es más conocido, ex miembro de la Comisión Política y el Comité Central del Partido Comunista. A sus 51 años, este trabajador del sector gastronómico dirige una organización que conjunta 130 sindicatos activos y más de 17 mil trabajadores de todo el país. Son agremiados de la locomoción colectiva, textiles, metalmecánicos, la madera, institutos profesionales, la Fundación Integra, supermercados, gastronómicos y hoteleros, de turismo, alimentación y servicios. La organización vio la luz en 1981, a propósito de la derogación pinochetista de la ley de porcentaje legal, la cual garantizaba un pago obligado en materia de propina para los trabajadores ligados al territorio laboral hotelero y gastronómico.

¿Qué define al sindicalismo chileno en la primera década del siglo XXI?

«Lo que caracteriza al sindicalismo chileno es su dispersión. Yo creo que si congregamos a todos los dirigentes sindicales a plantearse este tema, en ese espacio van a salir todas las incapacidades que impiden la obligada unidad de los trabajadores. Yo creo que estamos viviendo en una falsa burbuja en cuanto a la real gestión sindical, y que ella es, en general, mala. Parece que se entiende como buen sindicalista, tener un grandilocuente discurso despectivo respecto de la contraparte, el capital; ser muy revolucionario entre los pares, pero creerse poseedor de la verdad absoluta. Aquí hay un problema de falsedad permanente. Muchos hablan de controlar agrupaciones de decenas de miles, cuando no es cierto. Aquí hay un claro doble discurso. Ofrecen datos que no corresponden a la realidad; y a veces hasta desconocen el ABC de la gestión sindical, que consiste en ayudar al trabajador a perder la ignorancia y que sepa que pertenece a una clase con tales y cuales características.»

LA IMPORTANCIA DE LA INDEPENDENCIA DE CLASE

¿Cuál es la relación que adviertes entre el partido político y el movimiento de los trabajadores?

«Por mucho tiempo ha regido el principio de que las organizaciones sociales pertenecen a los partidos políticos. Yo creo que los partidos deben servir a las organizaciones. Hay una utilización vergonzosa de los partidos respecto del rol que deben jugar las organizaciones sindicales. Yo no comparto la posición de que la clase necesita un solo partido que la llevará a la victoria. Existe una relación conflictiva entre las organizaciones sociales, los partidos y el Estado. Esto provoca la carencia total de independencia; entendiendo la independencia como el derecho de la organización a realizar lo que decidan sus bases. Ser autónomo no es ser «choro», porque hay muchos «autónomos» que, a espaldas de todo el mundo, igual reciben órdenes y les «tiran la línea», lo que es aún más vergonzoso. Pero que quede claro: yo no estoy contra la militancia política. «

¿Cuáles son las cifras del «sindicalismo real» desde tu perspectiva?

«Existe una curva descendente desde el año 1973, donde los trabajadores organizados llegaron a un pick histórico, con un millón y medio de asociados, y un promedio de 150 trabajadores por sindicato (en un país de menos de 9 millones de habitantes); es decir , un tercio de la fuerza laboral del país. En el 2006 hay 19 mil sindicatos con un promedio de menos de 45 trabajadores por organización. Las cifras oficiales hoy hablan de un 12 % de sindicalización, pero yo creo que el «sindicalismo real» no supera el 5 %; es decir, trabajadores auténticamente organizados y que demandan sus derechos. Hay una alta participación de trabajadores del Estado, y por otra parte, un sector de trabajadores de contratistas y subcontratistas. Lo que resta es bastante poco.»

¿Por qué nace la CGT ?

» La CGT surge por un problema concreto. Aquí dentro de la organización hubo una intervención ridícula de los partidos políticos: había 5 dirigentes que representaban a 5 partidos distintos. Salvo los comunistas, que eran realmente bastantes. Esto duró varios años y se expresó en un crecimiento miserable. Entonces nos juntamos un grupo de cabros que, siendo militantes del PC, no compartimos desde un principio que el partido «mandara» la gestión sindical. Así empezamos a atacar lo que nosotros llamábamos la «burocracia sindical». Entre 1983 y 1984 comenzamos a fabricar unos paneles en homenaje a Neruda y Gabriela Mistral, para ponerlos en la calle, y nos dimos cuenta que la gente se detenía a mirar. Organizamos un grupo que conversaba con los transeúntes. En 1988, el Presidente de la Confederación de entonces, salió con licencia, y el grupo de jóvenes al que yo pertenecía aprovechamos de sacar a toda la «burocracia» y empezamos a crear equipos de muchachos asociados a prácticas culturales. Nosotros tomamos la organización con 21 sindicatos y 400 socios, y en 6 meses ya éramos 40 sindicatos y 1200 socios. Cambió tanto la fisonomía del sindicato, que el Presidente retomó su trabajo antes de que terminara la licencia. Aunque nosotros aparecíamos como rebeldes ante el PC, el partido constató que estábamos entregándole a la gente lo que demandaba. De esta manera, presentamos un proyecto a los dirigentes, y en un ampliado e inmediatas elecciones, los jóvenes ganamos 11 contra 10. Así, resolvimos que la organización ya no sólo debía agrupar a trabajadores de la empresa gastronómica y hotelera, sino que tenía que ampliarse a la industria alimenticia, la construcción y los servicios. Desde 1989 el ascenso ha sido permanente, porque nunca hemos cambiado nuestro principio rector: el trabajador es el actor fundamental de la organización. No hay directivas infalibles, no hay contactos con ministros, no hay asesores imprescindibles.»

¿Cómo funcionan?

«Internamente tenemos un Consejo Directivo de 15 miembros que se elige cada 3 años. El sindicato base vota por los miembros del directorio y mandata a sus dirigentes para que en el Congreso Nacional de la CGT repliquen la votación. El 2004 se decidió que sería la última vez que los dirigentes eran elegidos en el Congreso, sólo por los delegados. Así, se conformó un Tribunal Calificador de Elecciones; los candidatos se presentarán a través de nuestro periódico » La Voz de los Trabajadores», con sus respectivos proyectos para la Confederación. Ahora mismo estamos en un proceso de renovación tecnológica en la organización, que nos permite saber computacionalmente qué número y tipo de sindicato tenemos, cuál es su problema, qué clase de contrato lo caracteriza, etc. Nosotros tenemos una propuesta básica general de reivindicaciones. Algunos la presentan completamente, otros de manera parcial. Todo depende del sindicato y su naturaleza.»

Tú fuiste un importante militante del Partido Comunista…

«En 1996, tomamos un problema de trabajadores asociados a una organización muy importante de derechos humanos, donde estaban despidiendo gente por razones injustificadas. Debido a la defensa de los trabajadores que asumí, fui sancionado por el PC. Yo era miembro del Comité Central, pero ya me había alejado de su Comisión Política por considerar que los trabajadores éramos un puro «adorno» en ese espacio. Después de lo ocurrido, renuncié en un Pleno del Comité Central, en diciembre. Luego de una dura campaña en mi contra, el partido decidió intervenir la Confederación. Pero los militantes comunistas mismos de la organización plantean que el partido no puede decidir quién dirige la Confederación , y no aceptan la orden. En julio del 97, a través de elecciones, es ratificado mi cargo y la autonomía de la organización. Entonces en abril de 1999, al calor de una movilización de trabajadores, nace el Movimiento Sindical por los Cambios (MOSICAM). El 2000, con esta figura, sacamos la 17 mayoría en las elecciones de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Entre el 2002 y el 2003, se aprueba la desafiliación de la Confederación de la CUT. Aquí nosotros postulamos que Chile debe contar con una Central de Trabajadores Única, que debe fundarse en la elección universal, la cotización mensual y la discusión por la base de las políticas de la Central , elementos que hoy no existen. El MOSICAM como un intento de construir un instrumento que recoja las aspiraciones más amplias de los trabajadores, más allá de sus sectores particulares.»

LAS TAREAS DE LA UNIDAD

¿Cuál es tu mirada sobre la unidad de los trabajadores chilenos?

«Para hacer la unidad tiene que haber una real disposición. Quienes hagan el proceso deben ser, efectivamente, organizaciones con bases reales. Esto no descalifica a los colectivos, sino que pone el acento en las organizaciones que tienen socios, espacio, y han hecho un ejercicio de mucho tiempo. La unidad tiene que darse sobre la base de la diversidad de opinión. Y los trabajadores son actores fundamentales e irremplazables. Por otra parte, nosotros no vamos a asistir a ningún proceso unitario donde no se reconozcan las falencias que han provocado la dispersión. Aquí existe un conjunto de ripios y fallas históricas que han tenido como efecto la desunión. Entonces, si no se hace un encuentro donde se realice una total autocrítica, estamos «sonados» (perdidos). Después hay que determinar cómo vamos a funcionar. Tiene que ser un instrumento con la forma, inicialmente, de un movimiento social amplio. El principio debe ser: defender los derechos irrenunciables de la clase. ¿Cuáles son? Aspirar siempre a una sociedad más digna y justa. Ahora bien; nosotros no sabemos cuáles son los caminos para llegar a esta meta.»

¿Cuál es la ética de la unidad?

«Hay que superar hasta vicios asociados al alcoholismo y la drogadicción presentes en nuestros sectores. A veces el enemigo tiene que ver con el bajo precio del alcohol, cuyo consumo facilita el abandono de la lucha y los derechos de la clase. Aquí reconocemos a Recabarren y Clotario Blest como nuestros íconos del trabajo sindical. Yo no creo que el Che Guevara y los revolucionarios del mundo se sientan muy orgullosos de que un personaje con graves problemas de drogadicción, como Maradona, se la pase sacándose fotos con Fidel.»

EL PROYECTO LIBERADOR

¿Cuál es el horizonte emancipador que proponen como CGT?

«Nosotros todavía no tenemos un proyecto emancipador. Pero estamos convencidos de que los trabajadores son los llamados a hacerlo. Yo no estoy en desacuerdo con la concurrencia de los intelectuales, pero ellos deben ser parte de la organización: ni arriba, ni abajo, sino que al lado. Luego, para que la unidad dé buenos frutos, debe existir una total moral, pública y privada. Nosotros tenemos que fortalecer la CGT y volverla un instrumento conocido. De hecho, vamos con materiales a algunas poblaciones y hacemos agitación. Yo digo: instalémonos en 3 o 4 poblaciones. Escojamos una comuna. Estoy seguro que si hacemos un proceso continuo, mañana tendremos hasta alcaldes y concejales. Debemos tener poder en las comunas. Yo no sé si el camino va por la construcción de un solo partido de los trabajadores. Yo creo más en un movimiento amplio, absolutamente horizontal en su gestión, donde cada quien tenga su rol; que sea de acción y compuesto por distintos sectores. El problema es que nadie quiere convocarlo. Parece que todos están esperando a que nos terminen de golpear. Y nadie por sí solo tiene la fuerza suficiente para hacer el llamado. Aquí tenemos un problema de «autoestima popular». Y esto, sin duda, es un logro de la patronal.»

LA MATANZA DE LA ESCUELA SANTA MARÍA DE IQUIQUE

¿Qué sentido tiene para ustedes la realización de actividades en torno a los 100 años de la matanza de miles de obreros del salitre?

«Nosotros con las actividades que hemos realizado en torno a la conmemoración de los 100 años de la matanza de la Escuela Santa María de Iquique, hemos convocado a muchísima gente. Aquí relevamos que fue el gobierno de Chile quien mandó a asesinar a los pampinos., y a solicitud y exigencia de capitales extranjeros. ¿Y qué paso en 1973? Aquí no estamos recordando a «pobres pampinos», sino que presenciamos un ejercicio sistemático que terminó en un crimen masivo. ¿Pero por qué los obreros no demandaron una nueva sociedad, sino sólo alimentos y mejoras laborales? Porque los trabajadores siempre hemos esperado a que otros nos traigan el proyecto hecho. Ese es el drama.»

EL CASO DE LA CUT

¿Cuál es tu visión de la actual Central Unitaria de Trabajadores dirigida por el socialista Arturo Martínez?

«Nosotros trabajamos 4 años por cambiar la CUT de Arturo Martínez desde adentro, pero creo que no se puede. Salvo que seas parte de alguno de los bloques político partidistas que viven en su interior, y desde allí te la juegues por cambiar la correlación de fuerzas. Sacarla desde sus actuales posiciones, perece imposible, porque la CUT hizo una decisión más o menos solapada de co-gestión con el gobierno central. Por ejemplo, se ha tratado de ocultar la reunión que tuvieron en Ginebra, el Presidente de la CUT , Arturo Martínez, el Ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade y el Presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (gremio patronal), Alfredo Ovalle. Justo después, salió el ingreso mínimo, el llamado «sueldo ético», etc. Mi opinión es que la actual Central Unitaria debe ser reemplazada por una Central Única de Trabajadores, independiente y autónoma, no afiliada a ninguna Internacional, e inspirada en los principios de su fundador, Clotario Blest. La CUT de 2007 no va a liberar a los trabajadores de su condición de explotación y desmedro. Y considero que es posible hoy articular al conjunto de organizaciones de trabajadores existentes en torno a un enumerado de demandas irrenunciables: pago real de pensiones; término de los artículos 153 y 154 que permiten el allanamiento de trabajadores a la salida sus faenas; pago de salario cada 30 días; a igual trabajo, igual remuneración; jornada laboral de 8 horas diarias.»

La presente entrevista es la primera de un conjunto que busca aportar a la construcción de las condiciones para la unidad de los trabajadores