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El Sí de las mujeres de Ecuador

Fuentes: El Telégrafo

Para todas y todos, la derrota de la derecha, de los medios de comunicación que promovieron el No, de un sector de la iglesia de Guayaquil, son algunos de los aspectos más importantes del Referéndum del 28 de septiembre, porque crean el ambiente posible para el retroceso de algunos de los aspectos más importantes del […]

Para todas y todos, la derrota de la derecha, de los medios de comunicación que promovieron el No, de un sector de la iglesia de Guayaquil, son algunos de los aspectos más importantes del Referéndum del 28 de septiembre, porque crean el ambiente posible para el retroceso de algunos de los aspectos más importantes del modelo neoliberal.

Votaron Sí, mayoritariamente, las mujeres de sectores populares, que han tenido que asumir la crisis social y política, buscando mejorar sus condiciones de vida, por medio de la Constitución aprobada, accediendo a educación, salud gratuita, a subsidios, a créditos y a beneficios sociales que anteriormente el Estado, con el predominio del modelo neoliberal, les había quitado.

Es cierto, hay un énfasis de aspiraciones económicas en el voto de las mujeres, pero también demandas políticas diversas: acercándose a la opinión general, se observa criterios de muchas mujeres que realmente aspiran a que cambie la situación del país. No aceptan que vuelvan los mismos grupos de poder ni que un gobierno favorezca a una minoría económica y política.

Votaron Sí aquellas mujeres que se sienten identificadas con la lucha por los derechos humanos, por una vida libre de violencia y por acceder a una educación, salud sexual, reproductiva, libre e informada.

Votaron Sí las organizaciones de mujeres que quieren la equidad de género, el Estado laico, la progresividad de los derechos, la interculturalidad y la plurinacionalidad, el pleno empleo, la soberanía alimentaria, la decisión libre de hombres y mujeres sobre sus sexualidad y su vida reproductiva, por la soberanía nacional de los recursos estratégicos, etc. Aunque hay que avanzar a consolidar un proceso permanente, consistente y auto-representado desde las organizaciones de mujeres.

El proceso constituyente, muestra que el Gobierno sigue siendo el actor más fuerte, el factor catalizador y articulador de las demandas sociales, entre ellas, de las mujeres, por sobre las capacidades de las organizaciones de mujeres. Está abierto el proceso para las alianzas, entre el Gobierno y las mujeres, para negociar, reorganizar y luchar por los avances inscritos en la Constitución, frente al mercado laboral, a los empresarios privados y frente al mismo estado. Será importante que estas alianzas favorezcan a la mayoría de las mujeres.

La aplicación de la nueva Constitución y el restablecimiento institucional del Estado, seguirá marcando gran parte de la coyuntura. Nuevamente, los cambios propuestos en la actual constitución, dependerá de la lucha entre las fuerzas políticas. Aunque la derecha fue otra vez derrotada, avanzó cierto espacio con la campaña por el No. El momento exige, una alianza amplia y profunda entre el Gobierno y los sectores que votaron por el Sí, para llevar a efecto los cambios más y menos profundos, en la perspectiva de un nuevo Ecuador.