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El socialismo, entre el idealismo y el materialismo

Fuentes: Rebelión

La poca circulación de mercancías (y de dinero) en una economía capitalista agudiza las contradicciones de clase entre capitalistas y trabajadores. Esto, en virtud de la agudización de la lucha entre ambos por los porcentajes que corresponden a cada cual en el reparto del plus valor creado por el trabajador. Esa lucha iniciada en el […]

La poca circulación de mercancías (y de dinero) en una economía capitalista agudiza las contradicciones de clase entre capitalistas y trabajadores. Esto, en virtud de la agudización de la lucha entre ambos por los porcentajes que corresponden a cada cual en el reparto del plus valor creado por el trabajador. Esa lucha iniciada en el campo de la económica asume características políticas cuando se manifiestan como intereses contrapuestos las acciones organizadas de parte y parte para debilitar al oponente y obtener el mayor porcentaje del citado plus valor.

La expresión económica, política y social de la lucha de clase se presenta ante el ser humano bajo el manto ideológico dominante; pero, en cuyo seno se expresa la lucha ideológica entre capitalistas y trabajadores. En ese escenario las condiciones objetivas y subjetivas del desarrollo de la lucha de clase conllevan a los avances y derrotas de cada bando sobre el otro. Llevando estos avances o retrocesos, bajo cierto grado de agudización de contradicciones, al debilitamiento de la gobernabilidad del propio Estado burgués. En cada uno de esos casos se abren caminos violentos o no violentos para el desarrollo de la lucha y la conquista de espacios políticos que inciden en el reparto económico del plus valor entre capitalistas y trabajadores. En cada uno de esos casos se abre la confrontación entre las posiciones idealistas y materialistas en el campo de la clase trabajadora. Los primeros, imbuídos en posiciones dogmáticas, inmediatistas o en sus propios deseos pugnan por imponer sus propias condiciones subjetivas a las condiciones objetivas existentes en la clase trabajadora o al estado en que se encuentran las fuerzas de la clase trabajadora en el desarrollo de la lucha de clases. Y, por su parte, los materialistas, muchas veces limitados por sus interpretaciones de las condiciones objetivas, subestiman las condiciones subjetivas de la clase trabajadora (su estado de ánimo); así como, el desarrollo de la lucha de clase o el papel de las individualidades en el momento que se vive o en la historia de los pueblos que permitan avanzar en el desarrollo histórico de la organización de la clase trabajadora para lograr su liberación.

Por su parte, el pragmatismo y el materialismo dialéctico proponen interpretaciones de la realidad que responden a formas de pensamiento donde, por una parte, se pretende saltar el propio escepticismo que se tiene respecto a su posibilidad de conocer la realidad utilizando y sacando el mayor provecho al enfoque dominante; sin importar si ese enfoque propone que el conocimiento está en el objeto de estudio o en el sujeto que interpreta esa realidad. Esto es, en lo que es la sociedad (o describen que es) o lo que el sujeto interpreta de esa realidad o quiere que sea la sociedad. Por su parte, el materialismo dialéctico y con él el materialismo histórico proponen un conocimiento que nace de la relación del objeto de estudio y el sujeto que conoce; donde la investigación se mueve dialécticamente del objeto y al sujeto y de este al objeto hasta reproducirlo lo mas fehacientemente posible. Un sujeto conociendo a su objeto de estudio; pero, también un objeto siendo conocido. Con estas herramientas de conocimiento el sujeto procura extraer todos los datos disponibles de la realidad para construir con ellas sus teorías o hipótesis; pero, luego se vuelca a su objeto de estudio para contrastar su pensamiento (hecha teoría, hecha interpretación) con la realidad y corroborar el grado de aproximación que tiene este con su objeto de estudio. De no corroborarse o ser poca la aproximación de la teoría a la realidad entonces el investigador busca mejores datos o desarrolla mejores teorías que permitan un acercamiento aceptable a la realidad: a su objeto de estudio. Acercamiento que, por otra parte, permita hacer manejable la realidad o definir un curso de acción para su transformación. Con el escepticismo utilizo la realidad saltándome la posibilidad de conocerla, con el materialismo dialéctico reconstruyo la realidad y hallo las leyes para su transformación.

Esta compleja dinámica toma cuerpo, en la mente colectiva de la vanguardia de los movimientos insurgentes, al momento de tomar control del Estado capitalista y mucho más al momento de plantearse la construcción del socialismo. Muchos creen que el hecho que una vanguardia tome el control del Estado capitalista y haga un gobierno más eficiente es socialismos. Y esto lo creen por cuanto con ese gobierno se procura una mejor distribución del plus valor entre la clase obrera; aunque, de hecho se niegue la lucha de clase o inclusive se reprime a la clase trabajadora. Pero que al ver que los capitalistas actúan para reconquistar el poder se valen obligados a reconocer la lucha de clase para impedir la ofensiva capitalista. Así mismo, muchos creen que auto denominarse socialista los convierte en tales o convierte, cual varita mágica, en socialista (incluyendo empresas) todo aquello que lleva esta palabra como adjetivo.

La realidad es que el idealismo de dogmáticos, inmediatistas o soñadores poco contribuye a la transformación de una sociedad en socialista, ya que se convierte en simples admiradores (y vividores) de la política. E igual que con el escepticismo, se convierten en mercenarios garantes de sus propia existencia. De allí que sea el materialismo dialéctico y el materialismo histórico la vía para construir teorías que den viabilidad a la construcción de prácticas productivas socialistas y acciones políticas que nos permitan transformar el Estado capitalista en otro socialista. El análisis concreto de la situación concreta para avanzar y transformar la realidad nos obliga a ir aprovechando las oportunidades históricas para impulsar la construcción de prácticas socialistas como forma de liberación de la clase trabajadora. Viviremos y venceremos, que viva el socialismo, Carajo!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.