La falta de conciencia pudo más que la lucha por la dignidad, la vida y la soberanía del pueblo ecuatoriano. La perversidad de un sistema de muerte pudo más que la construcción de un futuro menor para el Ecuador. El muñeco de cartón pudo más que los anhelos de un cambio necesario. La ceguera masiva sucumbió a la manipulación descarada…
Los datos, todavía no oficiales, de las elecciones del domingo 9 de febrero son los siguientes. Para la presidencia, Daniel Noboa haya conseguido 44,16% de los votos y Luisa González, 43,98%. Para asambleístas, la RC tendría 68, ADN: 65; PK: 9; PSC: 5 y 1: PSP, Acuerdo Ciudadana, SUR, Construye y Somos Carchenses. Votaron blanco: 2.16%; votaron nulo: 6.8 y no votaron: 17.73.
Podemos hacer varios comentarios. Primero que dos candidatos atrajeron el 80% de los votos válidos y que siete partidos sobre 16 tuvieron sólo 18 asambleístas sobre 151. Por otra parte, se nota que todas las provincias de la Costa votaron por Luisa y que todas las provincias de la Sierra menos Pichincha votaron por Noboa; en la Amazonía 4 provincias votaron por Noboa y 2 (Sucumbíos y Orellana) votaron por Luisa.
Ahora se habla de las Alianza para la 2ª vuelta. Toda la derecha va a apoyar a Noboa. Y ¿cuáles de ‘izquierda’ van a apoyar a Luisa? Los Indígenas con Pachakutik van a consultar sus bases… sabiendo que estás rechazaron para la 1ª la Alianza con la Revolución Ciudadana: Iza era el vicepresidente y se les daba también la presidencia de la Asamblea… Alguien decía que no hay izquierda porque todos se vendieron o a Moreno o a Lasso…
Volviendo a las elecciones del 9 de febrero, los resultados manifiestan una falta de conciencia: ¡Parece increíble que Noboa tenga más votos que Luisa! Me gustó la siguiente explicación: ‘Votan por Noboa todos los que sueñan aumentar su patrimonio financiero tomando a Noboa como símbolo del éxito individual o las que quieren satisfacer su ego femenino que se quiere parecer al ‘brillo’ de la primera dama… Claro que es ‘inconsciencia caracterizada’ pero con una motivación bien real que no se quiere reconocer. Debería ser un aspecto a desvelar y combatir
Esta falta de conciencia proviene principalmente de la educación escolar que no enseña a vivir ni a convivir, sin a competir y ganar a toda costa. También en las familias, muchas veces se insiste a los hijos que se metan en una profesión que les asegure mucho dinero. Y les Iglesias en todo esto tienen mucha responsabilidad porque mayoritariamente conservadoras apoyan consciente e inconscientemente a la derecha. Se refugian en un falso espiritualismo y una falta de solidaridad con los pobres que las vuelven cómplices de sus derrotas. Los obispos latinoamericanos ya lo señalaban en su reunión de Puebla (México, 1979): “Esta instrumentalización (de la Iglesia) … puede provenir de los propios cristianos y aun de sacerdotes y religiosos, cuando anuncian un Evangelio sin incidencias económicas, sociales, culturales y políticas. En la práctica, esta mutilación equivale a cierta colusión (o complicidad)- aunque inconsciente- con el orden establecido (558).”
Retomemos el bastón de ‘peregrinos de la esperanza’. Jesús de Nazaret nos dice que la salvación viene de los pobres, unidos, organizados, conscientes, valiente, amantes de Dios. Es juntos desde estos pobres dignos que podemos cambiar este nuestro país. Para esta dignidad hay que trabajar y luchar sin desmayar. No podemos sentirnos tranquilos mientras la 3/4ª parte de nuestro país pasa hambre y miseria. El desempleo y la inconsciencia son los 2 mayores enemigos de nuestro país… Durante estos 8 últimos años las hemos dejado crecer desmesuradamente. Esas son las batallas que tenemos que librar si queremos lograr un cambio significativo: Empoderar a los pobres de su capacidad de tomar su destino en sus manos. Esa es la tarea que tenemos por delante. El partido de la Revolución ciudadano es más apto que el de Noboa para avanzar hacia estas metas.
Todo esto nos exige un mayor compromiso humano y cristiano en lo social y lo político. Tenemos que denunciar la perversidad de la derecha con sus mentiras y explotación descaradas. Tenemos que desvelar las motivaciones escondidas a inconscientes a tener más en vez de ser más y mejores. Tenemos que profundizar las implicaciones del Reino en las actuales circunstancias del país, para no hacernos cómplices de mayores desgracias. Tenemos que seguir ayudando a los pobres a abrir los ojos sobre las causas estructurales de su empobrecimiento, a despertar la dignidad dormida en ellos, a reclamar por sus derechos y a empoderarse del protagonismo que les corresponde.
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