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Eli de Gortari, vigencia lógica

Fuentes: Rebelión/Universidad de la Filosofía

  «Fue entonces para mí una experiencia inédita encontrarme en México, en su Facultad de Filosofía, con un profesor que no era para mí un profesor más, sino un marxista de carne y hueso…Y es que «Elí de Gortari […] fue uno de los más destacados filósofos marxistas de México y Latinoamérica. Su pensamiento adquirió […]


 

«Fue entonces para mí una experiencia inédita encontrarme en México, en su Facultad de Filosofía, con un profesor que no era para mí un profesor más, sino un marxista de carne y hueso…Y es que «Elí de Gortari […] fue uno de los más destacados filósofos marxistas de México y Latinoamérica. Su pensamiento adquirió rasgos originales en sus reflexiones en torno a la lógica dialéctica; la historia de la Ciencia y la tecnología y la relación entre la Filosofía y la Ciencia tanto natural como social. […] combatió por el marxismo frente a posiciones como el neokantismo y el positivismo lógico«. Adolfo Sánchez Vázquez.

Algo de lo peor que puede pasarnos es que sean «los enemigos» quienes terminen escribiendo nuestra historia. Uno puede tener muchas razones (y más vale que las tenga muy claras) para escribir sobre la obra de hombres como Eli de Gortari y no parece haber razón mejor que aquella que se dispone de ser útil al trabajo de mantener viva la llama de sus luchas que son, también, nuestras. Y eso no puede dejarse librado a los caprichos del «enemigo» por más erudita o sutil que parezca, entre «homenajes», su prosa venenosa. Esto aquí es un intento. Sus detractores -y algunos que se dicen sus «seguidores»- han hecho lo imposible por borrarlo de la Historia y por hundirlo en el pantano de las ambigüedades convenencieras donde siempre queda bien hacer menciones «cultas» de cortesía. Por eso es de importancia suprema desconfiar, en épocas neoliberales, donde la traición puede salir hasta de los sobrinos. Eli de Gortari lo padeció, y lo padece, en carne propia. Hay que estudiarlo a salvo de los purismos academicistas.

Su obra está marcada por una militancia Filosófica y Científica revolucionaria. Eli de Gortari quería cambiar las cosas, establecer avances en las formas de pensar y actuar, indivisibles, basado en la lógica y el método de un filosofar dialéctico, concreto e interactivo y al servicio de la sociedad. Maestro de muchas generaciones, guía científico y político de muchos frentes (dentro y fuera de las universidades) y pionero incuestionable de la Lógica Dialéctica, del sentido del humor ácido e inteligente y de la educación revolucionaria en México. Nada más… nada menos. Dice Sánchez Vázquez: «El capítulo en el que el Dr. De Gortari expone su teoría del juicio es uno de los más valiosos de la obra, sobre todo por lo que representa de exploración nueva en terrenos tan trillados. Negando que la tautología rigurosa constituya juicio, ve en la entraña de éste una contradicción, cuya solución se halla en la relación determinante entre cierto término y aquello que dicho término no es, y que constituye, por tanto, su opuesto. «El juicio -nos dice el autor- es una determinación sintética, que comprende los dos términos contradictorios y su mutua oposición.» [1]

Eli de Gortari vivió las contradicciones de un México que víctima del capitalismo que amenaza a la civilización humana y al planeta entero. Vio la expansión de una burguesía que, con la ayuda de sus medios bárbaros, desarrolla (entre otras cosas) fuerzas armadas por una Ciencia y una tecnología mercenarias financiadas para el exterminio. Vio cómo nos aterra la guerra, cómo nos aterran sus ataques psicológicos, económicos, anímicos, académicos e ideológicos. Entendió que bajo el capitalismo la situación de la Filosofía, la Ciencia y del Arte se ha vuelto absolutamente intolerable. Por eso la obra de Eli de Gortari es obra indispensable y en pie de lucha.

Nada mejor que conocer a un autor en plena batalla, en las horas en que basado en principios, en saberes, en métodos y en talento hace sucumbir a los mercenarios y a los farsantes, que los hay de muchos tipos y camuflados de mil maneras. Eso hizo, por ejemplo, Eli de Gortari en su debate con Bunge y eso puso en pie de ejemplo una obra y una vida que modeló y modela la vida y la obra de muchos que nos sentimos deudores y seguidores de su aporte magistral. Es decir en combate.

Hay que verlo. Este hombre de la Filosofía y de la Ciencia participó activa y decididamente en el movimiento estudiantil de 1968, defendió a los estudiantes universitarios ante los ataques criminales del gobierno asesino de Gustavo Díaz Ordaz. Este profesor insigne, magna cum laude, de la «academia dura», formó parte de la Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior y de la Comisión de Honor y Justicia, y por su coherencia científica y política fue encerrado en la cárcel de Lecumberri, desde el 18 de septiembre del 68 hasta el 26 de enero de 1971. Ni un minuto dejó de trabajar ni dejó sus principios en la puerta de la cárcel. Algunos se esmeran por borrarla de la Historia.

Fue, por ejemplo, uno de los autores mexicanos más importantes en materia de metodología (arma fundamental del saber) a la que definió así: «El método es literal y etimológicamente el camino que conduce al conocimiento. El método es el procedimiento planeado que se sigue en la actividad científica para descubrir las formas de existencia de los procesos, distinguir en fases su desarrollo, desentrañar sus enlaces internos y externos, esclarecer sus interacciones con otros procesos, generalizar y profundizar los conocimientos adquiridos de este modo«. No hay lugar a confusiones. Para Eli de Gortari una tarea ineludible de la Filosofía, entendida como Ciencia crítica de la realidad, debe ser convertirse en fuerza transformadora apoyada en métodos concretos y correctos. Le debemos un arsenal enorme de aportes y herramientas científicas.

Desde 1940 la Filosofía en México se afianza en los mejores métodos de pensamiento y uno de ellos, de base científica, lo representa Eli de Gortari. «La Introducción a la lógica dialéctica del Dr. De Gortari representa una valiosa y original contribución a los estudios filosóficos, particularmente a las investigaciones lógicas, en los países de lengua española.» dijo Adolfo Sánchez Vázquez. No quería a la Filosofía y ni a la Ciencia sólo como discurso ordenado, con coherencia decorativa, las quería como producción sistematizado de hombres y mujeres dispuestos a controlar y dirigir las fuerzas naturales y sociales para resolver democráticamente todos los problemas sociales en plena lucha de clases. Y aunque el desarrollo de la Ciencia y la técnica ha ocurrido a la par del desarrollo de todas las injusticias, la miseria y la explotación de la humanidad sometida por el capitalismo, también se han desarrollado experiencias revolucionarias en todos los campos y eso incluye al de la Filosofía y al de la Ciencia.

Un punto crucial en el trabajo y la lucha de Eli de Gortari es desarrollar la idea de que la Filosofía es una Ciencia para la transformación del mundo empeñada en ofrecer una explicación objetiva y racional del universo y del conjunto de sus interacciones indisolubles y cuyo dominio particular está constituido por el conocimiento de lo general. Entendió que la Filosofía se beneficia de otras muchas actividades humanas y que, a su vez, esas actividades se apoyan en la Filosofía. Toda explicación filosófica se somete a la prueba de la objetividad en la práctica si quiere servir como fundamento en el trabajo científico (y las otras actividades sociales). Abonó magistralmente el campo de la Filosofía de la Ciencia e Historia de la Ciencia y desempeñó tareas como rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo entre 1961 a 1963. Sn convertirse en burócrata de la «academia»

Aquí un párrafo exquisito e Gabriel Vargas Lozano [2] : «Eli de Gortari (1918-1991) fue uno de los más destacados filósofos marxistas de México y Latinoamérica. Su pensamiento adquirió rasgos originales en sus reflexiones en torno a la lógica dialéctica; la historia de la Ciencia y la tecnología y la relación entre la Filosofía y la Ciencia tanto natural como social. En relación al primer aspecto, dejó libros como Introducción a la lógica dialéctica (1956); Dialéctica de la física (1964) y Diccionario de la lógica, entre otros. En torno al segundo, nos dejó sus trabajos Ciencia y conciencia en México (1973) y Reflexiones históricas y filosóficas de México(1982) . Finalmente, con respecto al tercero, una de sus ideas llevada a la práctica fue la creación de un seminario que en forma interdisciplinaria, abordaría problemas científicos y filosóficos. … En los últimos años nos sorprendió también con trabajos como su Silabario de palabrejas (1988) y un ensayo dedicado a Michel Foucault. Su obra teórica no ha sido valorada por sus colegas como ha ocurrido con otros pensadores y durante mucho tiempo privó una crítica soterrada que no logró expresarse con franqueza en torno a la lógica dialéctica. Sólo en los setentas, a raíz de un juicio emitido por Mario Bunge en torno a una Maestría de la Ciencia dirigida por De Gortari, éste último publicó un libro titulado La metodología: una discusión y otros ensayos sobre el método (1976). Otra historia que no ha sido reconstruida y sobre la cual el maestro De Gortari dejó un breve artículo titulado «El materialismo dialéctico en México» es la del propio pensamiento filosófico marxista. En él se registra la aportación de Vicente Lombardo Toledano; Aníbal Ponce; Wenceslao Roces, Jesús Silva Herzog y muchos otros. Ahí menciona que a él le tocó dictar el primer curso (1943) a cargo de un profesor marxista en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

Fue un profesor de excelencia y un ser humano del más alto peldaño que es el revolucionario. Intimidaban el poder de su inteligencia y la ternura del rigor con que alentaba a sus estudiantes. Dijo Carnap: «un hombre de estatura alta y complexión fuerte« [3] . Fui uno de sus muchos discípulos (con él tomé, a-sistemáticamente, algunas clases y conferencias) De las tesis de Eli de Gortari que más marcó mi trabajo y el de muchas generaciones, sostiene que «la Ciencia es un producto del esfuerzo colectivo de muchos hombres y mujeres, a través de una multitud de generaciones, de manera que sus conquistas y resultados pertenecen en común a la humanidad entera.«… «La Filosofía es la Ciencia que se ocupa de estructurar la concepción científica del Universo a través de la interpretación crítica, armoniosa y organizada de los resultados y consecuencias obtenidas en la investigaciones científicas, para constituir un conocimiento nuevo y presentarlo de manera racional y objetiva del cosmos.»

Personalidad extraordinaria, dura, diciplinada y generosa. Repelente a los halagos y a los facilismos. A Eli de Gortari lo recordamos a diario por sus aportaciones teóricas, por su visión científica, por su carácter militante y especialmente porque es uno de los filósofos más importantes en el campo del materialismo dialéctico durante el siglo XX en Latinoamérica. Eli de Gortari nació en México, D.F., (1918) estudió ingeniería, matemáticas y Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México, se graduó como ingeniero en 1942. Obtuvo, más tarde, un Master en Filosofía (1949) y un doctorado Filosofía (1955). Fue profesor e investigador en varias Escuelas y Universidades mexicanas, desde 1954; investigador de tiempo completo y decano del Instituto de Investigaciones de la Universidad Nacional de México.

Falleció el 29 de julio de 1991. Todavía se le deben muchas ediciones de sus obras completas, muchas disculpas de todo tipo y muchos homenajes -en combate- de sus estudiantes y sus camaradas. Su vigencia es lógica.

Notas

[1] http://dianoia.filosoficas.unam.mx/files/8013/7021/0761/DIA57_Comentarios_Sanchez_Vazquez.pdf

[2] http://www.ensayistas.org/critica/mexico/vargas/

[3] Informe de Rudolf Carnap sobre filósofos mexicanos presos. Publicado originalmente en la sección «NOTAS y noticias» (1970), The Journal of Philosophy, vol. 67, núm. 24, pp. 1026-1029. Publicado con los permisos de The Journal of Philosophy y Open Courth. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1665-13242011000200008&script=sci_arttext

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