Las siguientes líneas no van a cambiar el hecho de que en Ecuador el Presidente Noboa ha sido declarado presidente, electo legalmente por la autoridad competente, lo que no despeja las dudas de si hubo o no fraude electoral en las últimas elecciones presidenciales del 13 abril. La respuesta oficial es que si hubo irregularidades, fueron muy pequeñas y no incidieron en los resultados. Al autor de este escrito no le gusta el Presidente Noboa, es más, le disgusta por su estilo de gobernar, por ser autoritario. Piensa también que el resultado es raro, por decir lo menos.
Pasa que el sistema electoral de Ecuador no es ni arcaico ni anacrónico, como piensan algunos bien pensados, el resultado de la elección presidencial supera todo lo que podría suceder incluso en un mundo de fantasía.
Lo último hace referencia a lo que pasó en Ecuador, los dos candidatos partían en igualdad de condiciones, 44% de la votación en la primera vuelta, cuando se cerraron los centros de votación el Presidente Noboa ganaba con más de un millón de votos. Este evento es casi imposible que suceda.
Se explica la razón de esta rareza mediante el siguiente experimento. Si se lanza una moneda al aire, se ve el resultado, y si cae cara, se vuelve a lanzar la moneda porque se busca que caiga sello. Se supone que cara es un voto por Noboa y que sello es un voto por Luisa, suposición que se semeja a lo que pasó en Ecuador, donde, después de contar millones de votos de la primera vuelta, ambos candidatos estaban prácticamente empatados. Se pregunta, qué tan probable es que en la segunda vuelta más de un millón de electores voten a favor de Noboa y casi nadie vote a favor de Luisa o, lo que se plantea en el experimento, que la moneda marque más de un millón de veces cara y casi ni una sola vez sello. Este resultado es raro que se dé.
Se explica por qué. Porque si 0,5 es la probabilidad de que la moneda marque cara y se la lanza 1.000.000 veces, la probabilidad de que ese 1.000.000 veces caiga cara es de (0,5)1.000.000. El valor de esta probabilidad es tan pequeño, que es mucho más probable que todos lo burros del mundo vuelen antes de que 1.000.000 electores voten por Noboa y casi nadie sólo vote por Luisa, como pasó el 13 de abril en Ecuador.
Se explica lo de los burros voladores. Si se juega con los números, se puede concluir lo siguiente: Como todos los seres humanos estamos compuestos de átomos, que caóticamente se mueven en nosotros, qué pasaría si en algún momento todos los átomos se movieran en una sola dirección, por ejemplo, hacia arriba. Pues que saldríamos volando sin tener alas. Esto pasaría no sólo con nosotros sino con cualquier objeto que, como se sabe desde la antigua Grecia, esté compuesto por átomos. En otras palabras, incluso una manada de burros podrían comenzar a volar si sus átomos se movieran hacia arriba. Este fenómeno nunca pasa por ser muy improbable.
Regresando al tema electoral. Para que se tenga la esperanza de que se dé el evento 1.000.000 votos en favor de Noboa y casi ninguno a favor de Luisa, si ambos candidatos tienen igual probabilidad de ser votados, habría que repetir la elección de Ecuador 21.000.000 de veces, pero esta magnitud, que bien pudiera ser llamada “Número de Ecuador o Ne”, es tan grande, pero tan grande, que es casi imposible compararla con algo existente. Por ejemplo, si se supone que por cada átomo del universo hay un burro volador, se obtendría a duras penas 10180 burros voladores, pues se estima que hay 1080 átomos en el universo y que la esperanza de que un burro vuele es de 10100.
Se analiza otro experimento imaginario. Si se lanza cada segundo una moneda al aire, se ve el resultado, y si cae cara, se vuelve a lanzar la moneda porque se busca que caiga sello. Se supone que cara es un voto por Noboa y que sello es un voto por Luisa, suposición que se semeja a lo que pasó en Ecuador, donde, después de contar millones de votos, ambos candidatos estaban, casi, casi, empates. Se pregunta, qué tan probable es que de la noche a la mañana haya millón de votos a favor de Noboa y casi ningún voto a favor de Luisa o, lo que en el experimento se plantea, que la moneda marque cien veces cara y ni una sola vez sello. Este resultado es poco probable.
Se explica por qué. Porque si 0,5 es la probabilidad de que la moneda marque cara y se la lanza 100 veces, la probabilidad de que esas 100 veces marque cara es de (0,5)100 o, lo que es lo mismo, (0,1)30. Como el resultado deseado para el experimento tiene una probabilidad tan baja de cumplirse, se debería realizar un mínimo de 1030 veces el experimento para que se cumpla por lo menos una vez ese resultado, o sea, deberían transcurrir 100×1030 = 1032 segundos sin que aparezca ni una sola vez sello y todas la veces cara.
Ahora bien, según postula la ciencia moderna, han transcurrido 1017 segundos desde que se produjo el Big Bang, o sea, desde que apareció el universo hasta el día de hoy, por lo que, debería el universo, hoy día, desaparecer y volver a aparecer 1000 billones de veces, para que la moneda marque cara 100 veces. Si esto pasa con sólo 100 monedas, o sea, lo que equivale a 100 votos, es imposible que para ambos candidatos, que tienen casi igual probabilidad de ser votados, haya cien votos a favor del uno y ni uno sólo a favor del contrincante. Con más razón, es completamente improbable que se dé el evento 1.000.000 a favor de Noboa y casi ni uno sólo en favor de Luisa, tal como pasó en Ecuador. No se exagera.
Sin embargo, Noboa ha triunfado, tampoco se exagera. Lo reconocen todos los líderes políticos del mundo, la prensa mundial y la mar en coche; por algo será. Sólo los «obsecuentes correistas» no lo reconocen, mérito o demérito, así son ellos. Amanecerá y veremos.
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