Es muy difícil pensar una perspectiva socialista en nuestra época que no retome el lazo con la herencia de la lucha de Trotsky.
M.H.: Se ha cumplido el 80 aniversario del asesinato de León Trotsky. ¿Cuál es su vigencia?
C.C.: Creo que después de la caída de los regímenes burocráticos, de la URSS y de Europa del Este, la figura de Trotsky se ha agigantado en cuanto a ser el representante de la herencia revolucionaria y socialista del movimiento obrero. Y donde todas las críticas que él había hecho al estalinismo, al totalitarismo burocrático y cómo habían manchado de alguna manera las banderas del socialismo, hoy son casi un sentido común.
Es muy difícil pensar una perspectiva socialista en nuestra época que no retome el lazo con la herencia de la lucha de Trotsky y sus compañeros en la Oposición de Izquierda, como una oposición marxista al totalitarismo burocrático. Que es algo que usa mucho el liberalismo para tratar de desacreditar toda perspectiva del socialismo.
Trotsky fue un revolucionario intachable al que justamente manda a asesinar Stalin por esa razón, porque al comienzo de la Segunda guerra mundial Trotsky era una enorme amenaza revolucionaria, aun estando aislado en México. Pero expresaba la herencia de lo mejor de la Revolución de Octubre que el estalinismo quería terminar de borrar.
M.H.: Me diste respuesta a la segunda pregunta ¿por qué lo mató Stalin?
C.C.: Un frío cálculo político, no es una venganza personal, sino que para Stalin Trotsky significaba una amenaza en tanto los propios disidentes que todavía había en la URSS, referían a la figura de Trotsky permanentemente.
Ligado a lo anterior, la continuidad con esa herencia que dejó viva Trotsky es la idea de que la clase trabajadora es la única que puede liberar y emancipar a todos los explotados y oprimidos.
Trotsky creía en la teoría de la revolución permanente, que en los países atrasados como los nuestros, la liberación y la emancipación no iban a llegar de la mano de las burguesías nacionales, sino de la alianza de los sectores trabajadores con los sectores explotados y oprimidos y eso se ha comprobado.
Nuestros países que pasaron por gobiernos de las burguesías nacionales en distintos momentos, no llegaron a su emancipación nacional, sino que continúan siendo dependientes de las grandes potencias y la unidad de América Latina es una cuenta pendiente que, insisto, en la perspectiva de Trotsky solo podía lograrse con gobiernos de trabajadores.
Y a la vez el socialismo en un solo país no era posible, sino que es una alternativa para ser construida en todo el planeta. En estos tiempos de globalización esto se ve más claro que nunca y el último aspecto de la teoría de la revolución permanente que es la idea de que no es simplemente la conquista del poder sino una transformación radical de los hábitos de todos los días, desde las relaciones familiares, de género, el arte, la cultura, la educación; eso que se intentó en los primeros años de la Revolución Rusa y que después volvió para atrás con el estalinismo.
Fijate que el derecho al aborto, por el que todavía estamos peleando, se consiguió en la Rusia soviética apenas se tomó el poder. Lo mismo el derecho al divorcio. En eso la Revolución tuvo muchas cuestiones de avanzada y creo que en ese sentido este es un aspecto que también compone la idea de la revolución permanente.
Y otro aspecto también es la idea de la necesidad de un Programa de transición frente a situaciones de crisis como la que vivimos. Son herramientas enormes que nos dejó Trotsky y que nos orientan en nuestra lucha cotidiana hoy contra la explotación y la opresión capitalista.
M.H.: A fines de los 90 yo participaba de la revista Herramienta e invitamos a Cyril Smith un viejo economista marxista inglés, a quien le llamaba la atención, cuando caminábamos por las calles de Buenos Aires, que nos saludaba mucha gente y nos poníamos a hablar, por eso afirmaba que en Argentina había más trotskistas que en Inglaterra. Verdaderamente el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) es un fenómeno a nivel mundial, de desarrollo de una propuesta política del trotskismo. ¿Te parece que eso es así?
C.C.: Creo que hay una combinación de factores objetivos y subjetivos. Los objetivos son que tenemos una clase trabajadora que ha luchado a lo largo de la historia y en cierto sentido el trotskismo es una idea del movimiento obrero, que el movimiento obrero puede transformarse en sujeto político independiente. Y eso aun cuando sea todavía en forma minoritaria, creo que expresa que el nombre de la izquierda en la Argentina es referenciado con el trotskismo y que otras variantes de la izquierda se hayan disuelto detrás del peronismo y no tiendan a expresarse o a tener un mayor peso político.
Y subjetivo porque hay una herencia, una tradición, un trabajo de años que se ha mantenido y recreado y en ese sentido la importancia que tiene el FIT de haber mantenido esa voz de la izquierda anticapitalista y socialista no diluida detrás de otros proyectos. Me parece que estas son algunas de las claves para explicar esto que relatabas recién.
M.H.: Han hecho una gran labor desde el Instituto del Pensamiento Socialista (IPS), la difusión de la obra de León Trotsky, y tengo entendido que están haciendo un lanzamiento muy importante, único en nuestro país respecto de la biografía de León Trotsky. ¿En qué están trabajando?
C.C.: Te comento los dos ejes. Uno es que venimos editando en conjunto con la Casa Museo de León Trotsky de México, las Obras escogidas de Trotsky. Ya hace varios años y hemos publicado varios tomos con revisión de las traducciones, presentaciones especiales de algunos de los títulos más importantes como Mi vida, La historia de la Revolución Rusa, Su moral y la nuestra, En defensa del marxismo, La lucha contra el fascismo en Alemania, los escritos sobre Francia, sobre la Revolución española. Yo creo que todo esto es muy importante porque hoy cualquiera va a una librería en cualquier parte del país o lo busca por internet y encuentra traducciones en español de muy buena calidad, de algunas de las obras más importantes de Trotsky.
Junto con esto se está presentando en una especie de venta anticipada la famosa biografía de Isaac Deutscher. Que nunca se publicó en Argentina, tuvo una publicación en México en español, pero no había sido publicada acá. Desde Ediciones IPS, como parte de las actividades de homenaje a los 80 años del asesinato de Trotsky hicimos esta publicación que creo es un libro que ha jugado un gran rol histórico, que llevó el conocimiento de la figura de Trotsky a muchísima gente y que hoy tiene una importancia que no podemos subvalorar respecto de su publicación en nuestro país. La primera difusión ha tenido una acogida muy importante. Es una de las grandes obras biográficas del siglo XX.
M.H.: Te confieso que me hice trotskista en 1973 leyendo El profeta armado. Lo leí en una noche.
C.C.: Es un libro atrapante.
M.H.: No solo desde el punto de vista político sino del punto de vista literario.
C.C.: Es una gran obra, son tres tomos El profeta armado, El profeta desarmado y El profeta desterrado además pioneras porque Deutscher tenía el permiso de la Universidad de Harvard para trabajar sobre los papeles secretos de Trotsky. Porque en su momento Trotsky vendió a la Universidad de Harvard parte de su archivo y este estuvo cerrado durante muchos años por preservación de los nombres de quienes estaban en las cartas, en los artículos y otros materiales. Deutscher obtuvo un permiso especial para trabajar en esta biografía con esos documentos y haber producido esa enorme obra que va a estar ahora a disposición de los lectores en nuestro país.
M.H.: Para cerrar, ochenta años del asesinato de León Trotsky, una reflexión final.
C.C.: Yo creo que la obra de Trotsky y su legado nos son imprescindibles para pensar la transformación revolucionaria de la sociedad en el siglo XXI. Sobre todo, ahora cuando estamos viviendo una triple crisis, sanitaria, económica y social y vamos a ver lucha de clases sin ninguna duda en diversos países. Para orientarnos en que esa lucha no sea contenida y sea una revolución de la clase trabajadora triunfante en este siglo, creo que todo el legado de Trotsky es fundamental para encarar esa lucha.