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Materiales de Formación Política

En el Ministerio de Industrias (I)

Fuentes: Rebelion

Las famosas OBRAS COMPLETAS del Che Guevara que circulan por muchos países no son completas. Dejan de lado un material fundamental. Las intervenciones del Che Guevara durante las reuniones bimestrales en el Ministerio de Industrias. Allí el Che, acompañado de sus colaboradores más cercanos y sus compañeros de trabajo, deja fluir su pensamiento marxista. Sus […]

Las famosas OBRAS COMPLETAS del Che Guevara que circulan por muchos países no son completas. Dejan de lado un material fundamental. Las intervenciones del Che Guevara durante las reuniones bimestrales en el Ministerio de Industrias. Allí el Che, acompañado de sus colaboradores más cercanos y sus compañeros de trabajo, deja fluir su pensamiento marxista. Sus intervenciones, grabadas, no son discursos destinados al gran público. Tienen como objetivo prioritario incentivar el estudio y la formación de los militantes del Ministerio. La totalidad de esas intervenciones fueron recopiladas, ordenadas y editadas en Cuba durante la década del ’60 por Orlando Borrego -su principal colaborador-, quien le acercó la edición terminada al Che Guevara cuando se encontraron personalmente, antes de partir para Bolivia.

Compartiendo en nuestros días las mismas preocupaciones políticas que motivaran al Che, publicamos a continuación dos pequeños fragmentos de aquellas intervenciones. Ambos están recopilados como apéndices documentales en el volumen INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO MARXISTA (Buenos Aires, Editorial Madres de Plaza de Mayo-La Rosa Blindada, 2003).

Al primer texto (del 21/12/1963) lo hemos titulado SOBRE LA CONCIENCIA COMUNISTA Y EL TRABAJO VOLUNTARIO porque, precisamente, de ello trata el fragmento. En él, Guevara analiza el pensamiento filosófico del joven Marx, el de los MANUSCRITOS ECONÓMICO FILOSÓFICOS DE 1844, y su relación con EL CAPITAL, su gran obra madura. Pero el análisis del Che no se queda en la filología ni en la erudición gratuita. Adopta de los MANUSCRITOS de Marx la necesidad de concebir la lucha revolucionaria por el comunismo como una lucha que no puede prescindir, bajo ninguna circunstancia, de la conciencia del ser humano. Una afirmación que iba a contramano de lo que por entonces -y durante muchos años después, incluso- se consideraba la «ortodoxia del marxismo». En este pasaje, el Che identifica una de las vías prioritarias para desarrollar la toma de conciencia: el trabajo voluntario.

Al segundo texto (del 22/2/1964), lo hemos titulado SOBRE LA TEORÍA MARXISTA Y LA NECESIDAD DE LA FORMACIÓN POLÍTICA. Constituye un pequeño pero muy ilustrativo pasaje del Che, ya que muestra la importancia que le otorgaba al estudio y la formación de sus compañeros. Allí Guevara descarta de plano aquello que muchas biografías malintencionadas le atribuyen: el rechazo de toda teoría, el pragmatismo, el diletantismo y la pretensión de ser un improvisado «hijo de la práctica». Graves errores que en nuestra época han reaparecido en el campo popular bajo el ropaje del discurso «basista», que se niega a estudiar argumentando que el pueblo no necesita ninguna teoría o, a lo sumo, que esa teoría saldrá espontáneamente de la marcha cotidiana. No casualmente, en esa conversación con sus compañeros, el Che reclama la necesidad imperiosa para los militantes de estudiar a Marx y a Lenin. [Nota introductoria de Néstor Kohan]

Sobre la conciencia comunista

y el trabajo voluntario

[Fragmento de la reunión bimestral

en el Ministerio de Industrias del 21/12/1963.

Se reproduce textualmente de la versión grabada]

[…] Entonces nosotros le leímos a los muchachos un párrafo de Marx, pero de eso que se llama el joven Marx, porque Marx en el año ’48 cuando joven (30 años tenía en el ’48), un poco antes en el ’44, había escrito las primeras cosas económicas con una gran ascendencia de la filosofía de Engels [aquí, como en otros pasajes, la desgrabación de esta exposición oral incurre en un error. Probablemente el Che haya dicho «la filosofía de Hegel» y no «la filosofía de Engels». Nota de la Cátedra Che Guevara], y el lenguaje de Marx era completamente distinto, como lenguaje, que el lenguaje de El Capital, que es lo que nosotros vemos, o el lenguaje de Las Últimas Obras [en la desgrabación de la exposición oral figura subrayado como título de un libro, pero no es título de ningún libro de Marx. Nota de la Cátedra Che Guevara], sobre todo El Capital que es el que influye más. Marx como especialista económico quería demostrar la inevitabilidad de la llegada del socialismo por vía del desarrollo de las contradicciones económicas, demostrando que todo el desarrollo de la sociedad es un desarrollo que se produce por contradicciones y luchas de clases; llegaba en un momento dado, a prever el estallido de la última contradicción entre la burguesía y la clase obrera y el establecimiento del socialismo. De ahí pues aquella cosa que escribió en la Crítica del Programa de Gotha, en el cual no prevé un período de transición de tipo subdesarrollado como éste que sucedió en la Unión Soviética, cuando Marx escribía de joven, como filósofo combativo, representante de las ideas liberales de la época, escribía en otro lenguaje que quería decir lo mismo, pero que sí iba a otra gente.

Entonces en ese lenguaje habla más del comunismo como un fenómeno consciente, y cómo la necesidad de que fuera consciente para que se pudiera producir, y como el episodio final de la eliminación de lo que llama «la enajenación del hombre», es decir, la entrega del hombre vendido en forma de fuerza de trabajo, vendido a los explotadores.

Ese párrafo es la explicación de la otra parte. En nuestra posición el comunismo es un fenómeno de conciencia y no solamente un fenómeno de producción; y que no se puede llegar al comunismo por la simple acumulación mecánica de cantidades de productos puestos a disposición del pueblo. Ahí se llegará a algo, naturalmente, de alguna forma especial de socialismo. Eso que está definido por Marx como el comunismo y lo que se aspira en general como comunismo, a eso no se puede llegar si el hombre no es consciente. Es decir, si no tiene una conciencia nueva frente a la sociedad; entonces nosotros tratamos de darle esa conciencia nueva frente a la sociedad; separarnos lo más posible de los estímulos materiales, sin dejar de reconocer los estímulos materiales como necesarios en estos momentos, es decir, no planteamos una situación ilusa, una situación ideal, planteamos la situación en Cuba en el año ’63, ahora en el ’64, saliendo de una etapa semicolonial, de todos los vicios, de todas las tareas [es probable que en este punto exista un error de la desgrabación y que el Che haya dicho «taras», en lugar de «tareas». Nota de la Cátedra Che Guevara] que nos deja el capitalismo, con la misma gente, con todos nosotros con mentalidad capitalista, hace unos años pensando siempre cuánto íbamos a ganar, cómo íbamos a hacer para tener la casita, el yate, o la comida en muchos casos, eso dependía de cómo estuviera cada uno, el médico, el ingeniero, todo era así. Con toda esa gente, con los obreros, con todas las taras que también se crean en la lucha económica por mantener un salario frente a las condiciones de vida que se van agravando, nosotros tenemos que construir el socialismo. Entonces no podemos partir de una situación ideal y decir: «ahora suprimimos el interés material», de ninguna manera.

Nosotros tenemos que reconocerlo, pero tenemos que reconocerlo como un mal y eso es uno de los puntos fundamentales en que nosotros divergimos de la concepción llamada «Estímulo Económico» del Cálculo Económico. Es decir, allá se habla de la palanca del interés material y nosotros aquí hablamos del interés moral como cosa básica y el interés material como mal reconocido. Por eso nosotros, al hacer las normas de trabajo, establecimos eso que hemos llamado en forma un poco ridícula «desestímulo material» pero que tiene un sentido, es decir, que el estímulo material nosotros lo reconocemos como negativo, entonces atacamos lo negativo, es decir, atacamos el que el hombre sea capaz de ganar un salario, estar frente a un trabajo, recibir ese salario y no cumplir con esa tarea, entonces aplicamos la norma desestimulándolo, no pagándole lo que no cumpla; y en cierta medida lo estimulamos, pero para que llegue el estímulo a convertirse en un estímulo de capacitación; es necesaria esa etapa prevista de una capacitación para pasar a un nivel superior. Esa es la tarea en cuanto a la capacitación individual de tipo mecánico, es decir, a la toma de conciencia de tipo mecánico. En cuanto a la toma de conciencia de tipo dinámico que nosotros debemos hacer, una de las fundamentales es el trabajo voluntario. Los efectos económicos del trabajo voluntario no deben medirse por los efectos económicos de la cantidad de horas que trabajó de más el equipo del Ministerio de tal o más cual lado sino por la cantidad de horas extras, horas fuera de su trabajo para dedicarse a la producción, y que de esa forma se produce aquello que una vez habíamos hablado: la «compulsión moral» y vaya más gente uniéndose a este tipo de emulación socialista. […]

Sobre la teoría marxista

y la necesidad de la formación política

[Fragmento de la reunión bimestral

en el Ministerio de Industrias del 22/2/1964.

Se reproduce textualmente de la versión grabada]

[…] Son cosas que hay que saber, porque son cosas elementales y estamos construyendo el socialismo. Caballeros, hay una cuestión que tenemos que entender, nosotros no podemos ser hijos de la práctica absoluta, hay una teoría; que nosotros tengamos algunas fallas, algunos motivos de discusión de algunos aspectos de la teoría, bueno, pues perfecto, para poder hacer eso hay que conocer aunque sea un poquito de teoría, ahora inventar la teoría totalmente a base de la acción; solamente eso, es un disparate, con eso no se llega a nada y hay una teoría elaborada por gente que han tenido una capacidad realmente asombrosa, porque la capacidad que tuvo Marx para desentrañar las relaciones de producción es algo realmente admirable, casi inconcebible en aquella época; y la capacidad de Lenin para sistematizar todo eso, para llevarlo a la práctica, es algo también de una altura enorme y después se ha seguido una cantidad de años trabajando con mucha gente, muy honesta y muy trabajadora, profundizando en estos problemas, o sea hay todo un montón de teorías. Que uno no esté de acuerdo con un aspecto u otro de la teoría bien, eso es a parte, pero no puede no estar de acuerdo sobre la base de la propia teoría y sobre la base de admitir no simplemente el hecho aquí de que se va a aprender todo lo que es necesario en el trabajo; hay toda una serie de guías…eso hay que hacerlo…el estudio político de este tipo es algo que hay que hacerlo. No es para convertirse en filósofo ni convertirse en grandes economistas pero sí para tener los conocimientos básicos […].