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En la CUT hay despidos, prácticas antisindicales, no pago de sueldos y deudas previsionales…

Fuentes: http://www.libertad.dm.cl/

Mario Bascuñán, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), labora en la multisindical desde hace 6 años. Hace 3 fue elegido presidente, lo que dio comienzo a una áspera relación laboral con dirigente máximo de la Central, el sindicalista socialista Arturo Martínez. «Los intereses de los trabajadores muchas veces se […]

Mario Bascuñán, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), labora en la multisindical desde hace 6 años. Hace 3 fue elegido presidente, lo que dio comienzo a una áspera relación laboral con dirigente máximo de la Central, el sindicalista socialista Arturo Martínez. «Los intereses de los trabajadores muchas veces se contravienen a los deseos manifiestos de los que por accidente se encuentran en representación legal de la CUT; máxime, si estos se han caracterizado por tener hábitos autoritarios que muchas veces rayan en prácticas dictatoriales como es el caso de Arturo Martínez, quien, al verse impedido de aplicar sus políticas abusivas y unilaterales, inició una rabiosa persecución en mi contra», argumenta.

Los problemas laborales en la CUT se arrastran hace mucho. Al constante retraso en el pago de sueldos, hoy se suman despidos, deudas previsionales, de salud y de la Caja de Compensación 18 de Septiembre, lo que afecta a una veintena de secretarías, secretarios técnicos y auxiliares de manutención, y al propio presidente del Sindicato. Unos 18 trabajadores no han podido atenderse médicamente porque en la Caja de Compensación no han recibido los pagos de sus cotizaciones. A 7 trabajadores del extinto periódico «Chile Justo» de la CUT se les deben más de 3 meses de sueldo. A lo anterior se suman dos despidos antisindicales, uno de ellos afecta al auxiliar Marco Brull, quien perdiera un ojo durante la concentración del 1º de Mayo de 2002, por defender a Martínez mientras este leía el discurso principal del «Acto por los derechos de los trabajadores». A Brull también le adeudan sus cotizaciones previsionales. Según la Ley Bustos, ningún trabajador debe ser despedido si sus pagos no están al día.

Todo reventó el 10 de junio con el proceso eleccionario para renovar directorio en el sindicato. «Como se montara una dura máquina dirigida por Martínez para impedir mi repostulación, no me presenté a la reelección», dice Bascuñán. Resultó elegido presidente un militante comunista, Jaime Palma, pero le hicieron renunciar a las pocas horas de resultar electo. Junto con esto, Martínez obligó a los demás trabajadores a renunciar al sindicato para así dejarlo morir so pena de ser despedidos. «Mi oposición a tan brutal intervención encontró respuesta en otros pocos compañeros y, de acuerdo a las facultades que otorga la ley, reactivamos el sindicato. Al momento de darle a conocer al señor Martínez tal diligencia, y que de acuerdo a la ley el cargo de presidente había recaído en mi persona, montó en cólera y profirió duros insultos y amenazas en mi contra», dice Bascuñán. Tampoco la actitud de Martínez es nueva. Un comportamiento similar tuvo con el anterior presidente del Sindicato de la CUT, y también militante PS, Héctor González. Prácticas antisindicales y fiscalización

Los hostigamientos contra el presidente del sindicato continúan. En un pretendido memorando el Tesorero de la CUT, Guillermo Salinas (PC) le notificó que se le trasladaba de función a cubrir labores de auxiliar de aseo y asistencia desconociendo que esa orden, para los efectos legales del derecho laboral, es una manifiesta práctica antisindical. «Al no querer entender que debía rectificar esta orden unilateral y revanchista, me vi en la obligación de dirigirme a la oficina de la Inspección del Trabajo respectiva y denunciar esta conducta, para, de acuerdo a la ley, exigir una fiscalización», agrega Bascuñán.

La Nación Domingo del 12 de diciembre de 2004 relata lo vivido por el fiscalizador Fernando Baeriswyl cuando concurrió a la CUT a notificar a Arturo Martínez, por prácticas antisindicales y no pago de cotizaciones previsionales.

La fiscalización fue realizada el 26 de noviembre, originada en la denuncia ante la Inspección en contra de los dirigentes de la CUT Arturo Martínez y Guillermo Salinas, a quienes Bascuñán acusó además de «hostigamientos y practicas antisindicales». Baeriswyl notificó a Martínez por el maltrato que le estaba dando a los funcionarios. En la planilla, anotó que se le adeudan cuatro meses de previsión al dirigente. Martínez en presencia del fiscalizador agredió verbalmente e intentó golpear a Bascuñán. Según La Nación Domingo «el mismo Baeriswyl le indicó a Martínez que su actitud denotaba claramente una ‘práctica antisindical’ y, tras escuchar esto, Martínez las emprendió también contra el fiscalizador. Lo comenzó a insultar, al tiempo que descalificaba a Bascuñán, gritándole a viva voz que era un ‘muerto de hambre’. (…) Baeriswyl, aunque prefirió no referirse al tema, dijo que, en los 27 años que lleva ejerciendo este cargo, nunca había vivido una situación como ésta. ‘Quedé impactado. Es primera vez que veo una situación de tanta violencia. No tengo palabras y no me corresponde calificar al señor Martínez, pero creo que la multa debería ser mucho mayor’, sostuvo. Hasta hoy, Mario Bascuñán asiste diariamente al trabajo, para que no lo acusen de abandono de labores».

Bascuñán agrega que en presencia del fiscalizador y cuando fue notificado Martínez de la diligencia, éste lo insultó soezmente y lo agredió físicamente «intentando sacarme a golpes de su oficina, cuestión que avala el informe del fiscalizador; amenazándome, además, con las penas del infierno. Como intervino el fiscalizador, para tratar de poner cordura, las emprendió contra él, acusándolo hasta de fascista».

Según Bascuñán y otros trabajadores del Sindicato en la CUT existe un completo desorden económico en la Central, pese a los cuantiosos recursos que fueron entregados por concepto de devolución de bienes y los aportes por el pago de las cuotas de las organizaciones afiliadas. El «desorden» afecta principalmente a los trabajadores que sufren el rigor de la impuntualidad en los pagos de sueldos, imposiciones y deudas contraídas con la Caja de Compensación 18 de Septiembre, «con todo el daño que ello implica para los antecedentes económicos de cada uno de nosotros, puesto que esto ha significado que desde hace un tiempo a esta parte estamos identificados como deudores morosos en DICOM. En estricto rigor, mi denuncia a un comportamiento determinado del presidente de la CUT obedece a que Martínez y otros, hacen gárgaras con el respeto a los trabajadores cuando por la prensa se refieren a los empresarios. En todo caso nada es nuevo en la actitud del señor Martínez. Es sabido que siempre ha mantenido relaciones autoritarias, soberbias, abusivas y hostiles, producto de su compleja personalidad y reconocida ignorancia. Desde el período de su mandato en la Central, decenas de trabajadores han desfilado como empleados o secretarias, al revés de sus antecesores que privilegiaron una armónica relación laboral, ya que entendieron que cada trabajador, cada secretaria de la CUT, es y debe ser un potencial y permanente colaborador del movimiento sindical». Misivas sin respuesta

Bascuñán le relató lo sucedido al presidente del PS, Gonzalo Martner, solicitándole que hiciera llegar el caso al Tribunal Supremo del PS para que Martínez fuera sancionado.

Otra misiva que envió Bascuñan tiene por destinatario al Secretario General del Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier. En ésta, Bascuñán le informa que a instancias de Guillermo Salinas se les obligó a renunciar al sindicato a los trabajadores de filiación comunista y al recién elegido presidente por un período de dos años, Jaime Palma, «poniendo fin, de este modo, a una organización que era capaz de coordinar las demandas más inmediatas pero simples de los trabajadores de la CUT. Esta intervención brutal e innecesaria, fue rechazada por un grupo de trabajadores que aunque minoritario, conocedores de la decencia y responsabilidad, optaron por reactivar el sindicato en un proceso legal y justo, como consta en los antecedentes de la Inspección del Trabajo».

Bascuñán continúa el relato informando a Teillier que a partir de ese momento, comenzó un proceso de persecución y que el Tesorero Nacional de la CUT y militante comunista fue quien le comunicó que le cambiarían de funciones «en circunstancias que, por mandato del estatuto al Tesorero no le corresponde entrometerse en los asuntos de Administración y, para más, la solicitud es una acción ilegal. Ante mi negativa, respaldado por razones legales y, por tanto, exigible al cumplimiento que demanda la ley, me vi en la obligación de hacer la denuncia en la Inspección del Trabajo, desde donde se nombró un fiscalizador que notificó al presidente de la CUT de la práctica antisindical y que se me debía reincorporar a la labor que vengo manteniendo por espacio de 4 años».

Bascuñán solicita la intervención de Teillier en el caso. «Aclaro que me llama poderosamente la atención que un individuo identificado con el Partido de Luis Emilio Recabarren, padre de la organización popular y sindical, no se compadezca con la declaración de principios de esa colectividad, con su historia y compromisos permanentes por la reivindicación de los trabajadores, y se transforme en uno más de aquellos que son la antítesis del respeto a las normas establecidas en la ley laboral, eternos patrocinadores de la violación a los derechos más esenciales de los trabajadores y principales instigadores del cruento Golpe de Estado que hace 30 años castigara de la manera más brutal a los vastos sectores populares. ¿Quién más en el PC, aparte del señor Salinas respalda esta práctica tan mediocre y deleznable? ¿Por qué puede ser mala la existencia de un sindicato en la CUT?».

Muchos militantes y dirigentes sindicales comunistas le han expresado su solidaridad en privado por la causa que defiende. Bascuñán quiere saber si la actitud de Salinas es avalada por la Dirección del PC. «Es por tanto imperativo aclarar el rol y la actitud del señor Salinas. Sería lamentable que siguiera en esta vorágine de amenazas y amedrentamiento. La actitud demostrada por Salinas no se compadece con el compromiso histórico que ha tenido cada uno de los dirigentes sindicales y políticos del PC. Sólo me cabe agregar, que los dobles estándares jamás han sido tolerados en el movimiento sindical, y que aquellos que se comportan desafiando la voluntad popular, tarde o temprano terminan al descubierto y finalmente castigados».

Hasta ahora, Bascuñán no ha logrado respuesta. Los problemas en la CUT continúan.