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Elecciones en Euzkadi

Encrucijada de caminos

Fuentes: Rebelión

Las próximas elecciones vascas suponen una oportunidad para marcar un nuevo hito en el camino de rebeldía política que está transitando la sociedad vasca: son una ocasión para la movilización ciudadana, para plantear una propuesta política radical y para avanzar en legitimidad entre las mayorías sociales y populares, cada vez más desapegadas del sistema. En […]

Las próximas elecciones vascas suponen una oportunidad para marcar un nuevo hito en el camino de rebeldía política que está transitando la sociedad vasca: son una ocasión para la movilización ciudadana, para plantear una propuesta política radical y para avanzar en legitimidad entre las mayorías sociales y populares, cada vez más desapegadas del sistema. En este sentido, las elecciones no son un objetivo en sí mismo, sino una etapa más en la larga lucha por construir una Euskal Herria alternativa.

Afrontamos las elecciones en un contexto de crisis sistémica, caracterizada por una situación generalizada de pobreza a nivel mundial, desigualdad creciente, dictadura de los mercados y superación de los límites físicos del planeta. Euskal Herria no es una excepción a este patrón y la ciudadanía sufre una grave conculcación de derechos políticos, económicos, culturales y sociales.

Este proceso electoral es una nueva encrucijada con dos vías contrapuestas: la nueva ruta que explora EHBildu y el sendero de cabras del resto de partidos, coincidentes, con diferencias de matices más o menos significativos, en la apuesta por mantener el actual sistema socio-económico.

El modelo de EH Bildu se basa en el reparto de la riqueza mediante una fiscalidad diferente y la promoción prioritaria de la política social, el control público de los sectores estratégicos de la economía, la garantía de los derechos laborales, la consecución de la igualdad entre hombres y mujeres desde una perspectiva feminista, la realización de infraestructuras respetuosas con el medioambiente, la democracia directa y participativa, la normalización completa del euskera, la apuesta por la soberanía alimentaria, la construcción nacional en el marco europeo y la defensa del concepto inclusivo de ciudadanía universal. Medidas todas ellas encaminadas a un cambio radical del modelo político, social y económico que sufrimos y que ponen en evidencia el falso discurso monocorde del conjunto de siglas que cada día nos acusa de no tener ni programa ni proyecto.

¿Y cual es precisamente el proyecto de país de que ofrecen PP, PSE y PNV? Por muchos atajos que nos propongan, pues, ni mas ni menos, el que satisface a la patronal española que, a través de su presidente Juan Rosell, ha bendecido públicamente sus programas. En definitiva, más de lo mismo: desregulación y neoliberalismo, megaproyectos en beneficio de unos pocos, reformas laborales que recortan derechos, involución en la situación de las mujeres, privatización y deterioro de los servicios públicos, criminalización de los sectores más vulnerables de la sociedad y fórmulas estatutarias agotadas.

Desde Alternatiba tenemos claro que este es un camino sin retorno que sólo lleva al precipicio a las mayorías políticas y sociales del país y, por ello, trabajamos en el cada día más numeroso pelotón de EH Bildu, que supone un esfuerzo de articulación de diferentes sensibilidades políticas con un objetivo común: la superación de un modelo político, económico y social injusto.

Somos conscientes de que esta es una carrera a largo plazo requiere el concurso de diferentes agentes sociales y debe ser aterrizada en la práctica diaria, tanto en la calle como en las instituciones. En este último ámbito, consideramos necesario alcanzar acuerdos concretos que nos permitan avanzar soberanía política, fiscalidad, participación ciudadana, igualdad, sostenibilidad ecológica… y también creemos que no son posibles acuerdos de gobierno con ninguna de las fuerzas políticas que apuntalan el sistema.

Estas fórmulas pueden parecer autopistas cuyo destino sean saltos cuantitativos respecto a la soberanía política o la justicia social pero, en realidad, no son más que callejones sin salida con copilotos más que dispuestos a pagar el peaje de políticas económicas neoliberales, recortes sociales o negación del derecho de autodeterminación. En definitiva, se trata de no dejarnos en la cuneta la coherencia respecto a nuestro objetivo, ni las aspiraciones de las personas esperanzadas en este proceso y que sí están dispuestas a acompañarnos en este viaje.

Amaia Agirresarobe y Ana Etxarte pertenecen a Alternatiba.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de las autoras mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.