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Entrevista a Juan Andrés Lagos, miembro de la Comisión Política del Partido Comunista

«Enfrentamos un gran desafío con la Nueva Mayoría y Michelle Bachelet»

Fuentes: El Siglo

 Miembro de la Comisión Política y encargado de Organización del Partido Comunista, Juan Andrés Lagos conversa con este semanario acerca de la coyuntura política, las perspectivas y las esperanzas que se abren al paso de la Nueva Mayoría en las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre . -¿Cómo caracteriza el momento político y las perspectivas […]

 Miembro de la Comisión Política y encargado de Organización del Partido Comunista, Juan Andrés Lagos conversa con este semanario acerca de la coyuntura política, las perspectivas y las esperanzas que se abren al paso de la Nueva Mayoría en las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre .

-¿Cómo caracteriza el momento político y las perspectivas electorales de la Nueva Mayoría?

Lo primero, tal vez muy reiterado pero hay que decirlo, es que el partido y la Juventud están enfrentados a un gran desafío y para nosotros la campaña parlamentaria-presidencial pasa a ser la prioridad absoluta del trabajo. Esto se produce en un contexto en el cual hay señales, una de ellas es las primarias presidenciales, donde nadie esperaba la cantidad de gente que votó. El gobierno apostó a 800.000. En el campo de la Nueva Mayoría (NM), las aproximaciones más optimistas eran de 1.200.000 personas, nadie esperaba que votaran 3.000.000 y que de ésas una de cada tres votara por Michelle Bachelet. Esto tiene que ver con una revalorización ciudadana de las elecciones. Es decir, hay una tendencia que podría expresarse en la elección parlamentaria-presidencial, con voto voluntario mediante, en el sentido de que vaya a votar mucha más gente de lo que se espera. Esa es una señal fuerte que es importante tener presente. Segunda señal fuerte es que la movilización no se detiene. Al contrario, yo diría que la latencia se mantiene y la presión manifiesta sigue cursando. Recientemente tuvimos una movilización nacional (por la educación) que sólo en Santiago fue aproximadamente de 80.000 personas. Si a eso se le agrega las movilizaciones en regiones, estamos frente a un país que está constantemente movilizado. Y no es una movilización ciega: fue en torno a un programa ya concreto, que en verdad si uno lo mira se aproxima mucho a lo que está planteando la Nueva Mayoría. No es idéntico, pero se aproxima mucho. Y si uno ve la revalorización de la elección como un instrumento de transformación en relación a la tendencia que venía, lo más probable es que el vuelco en cuanto a votantes sea mucho mayor de lo que se pueda esperar. Y lo segundo de esta movilización es que sigue adelante y sigue en ascenso. Entonces, en el contexto de una crisis de representación como la que hay, con un sistema binominal que no ha cambiado, lo que observamos es que estas elecciones pueden tener una impronta que no habían tenido desde que comenzó la transición: una confrontación de programas mucho más clara, de alternativas, un estado social ciudadano popular de movilización.

Por lo tanto, creemos que la dicotomía entre lo electoral y lo social no tiene mucho sentido en la realidad. Muchos de los que marchan quieren votar y van a votar, y muchos de los que van a votar están marchando. Los sectores que han planteado que las elecciones no son un instrumento y quieren pasar de largo, son cada vez menos.

De acuerdo a las encuestas, tanto públicas como privadas- que, éstas últimas, no se han dado a conocer- efectivamente la derecha está mucho más bajo el índice histórico de todo este periodo. Probablemente Matthei no esté en el 12% pero creo que no está mucho más arriba.

Tampoco aparece el fenómeno que hubo al comienzo de la transición, como ustedes recuerdan, con el Fra-Fra, que ahora es Parisi. Y parece que algunos indicadores confirman que detrás de Parisi está el Fra-Fra. Ocurre que Parisi le quita votos a la derecha, y con un discurso más progresista que el de la derecha dura, conservadora, defensita, que es lo que expone Matthei. Y luego está la candidatura de Marco Enríquez-Ominami, que se ha debilitado mucho, lo que sin embargo igual le quita votación a la Nueva Mayoría. Eso es lo que aparece en el cuadro electoral. Las otras candidaturas, de acuerdo a lo que se conoce, están muy abajo y da la impresión de que no van a tener un mayor crecimiento. En este contexto, existen condiciones para ganar en primera vuelta. No es fácil, pero si se trabaja bien existe esa posibilidad, y el ganar en primera vuelta es un impacto político significativo, como también existen condiciones si las cosas se hacen bien para que la NM doble en varios distritos. Hay aproximadamente entre 12 ó 15 distritos donde, insisto, no es fácil pero está abierta la posibilidad.

-A propósito de eso, hay 9 candidatos del Partido Comunista, obviamente nuestros electores tienen que votar: ¿qué hacen los comunistas en los lugares donde no tienen candidatos? ¿Por quién votan?

Hoy el PC tiene 9 candidaturas, todas potencialmente elegibles. Si uno compara con lo que ocurría con las candidaturas comunistas hace unos cuantos años, todos sabemos que muchas de ellas eran testimoniales… Hoy día el cuadro es totalmente distinto y tiene que ver principalmente como lo que ha señalado más de una vez el presidente del partido con cuanto a lo adecuado de la política del partido.

Y esto es importante porque si uno analiza las fortalezas de las 9 candidaturas comunistas, éstas tienen que ver en primer lugar con el tipo de candidato. O sea, candidatos que no tienen que decir que apoyan a los movimientos sociales, porque son parte de ellos. Porque han empujado eso durante muchos años. Segundo, porque si uno analiza la tendencia principal de la construcción de programa de la NM, las candidaturas comunistas son una fortaleza respecto de dos cuestiones que se van a reflejar en el terreno electoral. Uno: representan, exponen, potencian lo que en se está configurando como necesidad de transformaciones. Me refiero concretamente a temas, como ejemplos, de la educación, reforma tributaria, constitución política, reformas laborales.

Nosotros en este momento no tenemos un cuadro de negociaciones respecto a los apoyos mutuos con las demás fuerzas de la NM. Estamos en un proceso, además en un momento bastante delicado.

-Uno mira la Nueva Mayoría y tal vez sea la coalición más amplia en la historia de Chile…

Yo creo que sí. Efectivamente hay una nueva coalición, que no es la Concertación, porque la Concertación dejó de existir políticamente Ese es un debate abierto. Yo diría que la mayoría dentro de la NM coincide que ya la Concertación fue superada.

-Eso tiene también que ver con la conducta electoral de los jóvenes y la repetición de las caras que vuelven al parlamento…

Nosotros no hemos vetado a nadie. Somos muy leales. Cuando nos tocó en las elecciones municipales dar el apoyo, por ejemplo, a un candidato que a todas luces tenía un fuerte rechazo, Pinto, el presidente del partido y Bárbara Figueroa hicieron lo que tenían que hacer y se fueron a sacar fotos…

El debate al interior de la NM tiene que ver con que con sistema binominal no tenemos posibilidad de desplazar a la derecha en todo el ámbito de su sobre representación. Aunque sacáramos 60% en las presidenciales y dobláramos en 20 distritos, igual la derecha se mantendría porque eso fue hecho así por Pinochet. Ese fue el concepto: evitar en cualquiera circunstancia que la derecha se desplomara en la representación parlamentaria.

-Hay quienes dicen que conviene más una segunda vuelta, porque si se gana en primera no hay capacidad de presión para impulsar un cumplimiento de programas. Otros dicen que una segunda vuelta podría implicar también un giro a la centro derecha: ¿qué piensa respecto a eso?

Una señal muy potente es que la derecha en su desesperación está tratando de lograr como gran objetivo la segunda vuelta, porque con eso va a tener un mecanismo de presión para reponer consensos, lo que ha sido parte estructural de esta llamada mala transición.

Yo creo que la derecha lo que está buscando es presionar para una segunda vuelta para decir: bueno, no las tienen todas, no son la mayoría del país, por lo tanto dispongámonos a dialogar, a consensuar y veamos lo que hacemos porque nosotros también tenemos representación parlamentaria.

Ahora, pasar a segunda vuelta , evidentemente no significa una derrota para la NM, pero habría que hacer un proceso a partir del cual vamos a tener una derecha bastante más subida por el chorro, y ahí vamos a ver cómo se comportan las alianzas y cómo se comportan algunos sectores que hasta ahora no han hecho la clara diferencia de entre desplazar y debilitar a la derecha y fortalecer una tendencia por las transformaciones necesarias, en un programa de gobierno con tensiones, con contradicciones y con debate interno muy fuerte .Yo quiero ser súper franco: creo que al interior de la NM hay sectores a los que les interesa una segunda vuelta, porque fortalece la tendencia al dialogo con la derecha, porque dicen: bueno, esto es lo que logramos, que fue el gran planteamiento que hizo Aylwin. Aylwin gana en primera vuelta y sin embargo queda el resultado electoral parlamentario y él dice, bueno, éste es el resultado y con este resultado vamos a tener que gobernar y se dispuso entonces a todos los procesos que llevaron a la crisis que estalló en 2011

-¿Se ha avanzado en el PC respecto a la posibilidad de integrar el próximo gobierno?

Esa decisión no la hemos tomado, porque el debate en torno a lo que a nos parece fundamental, que es el programa, no está todavía zanjado. Yo creo que hay avances sustantivos. Cuando empezó este proceso no estaba ni siquiera establecido, por ejemplo, el tema de la educación gratuita y de calidad. Hoy día ya tenemos claro que el nuevo gobierno va a empujar en esa dirección e incluso se han dado plazos. Lo mismo en los casos de la reforma tributaria, de la nueva constitución. Dentro de la NM han surgido voces muy potentes de críticas a lo que han hecho algunos sectores junto a Renovación Nacional en términos de adelantar el cambio a una nueva reforma constitucional, ya que a todas luces era más adecuado que eso lo planteara el nuevo gobierno, con un nuevo parlamento. Porque el planteamiento de la NM es el cambio al sistema binominal completo, no reformas que pueden ser importantes, yo no las descarto del todo, pero que de alguna manera también producen un cierto freno. En ese sentido hay una tensión, una tendencia que yo creo cada vez menos mayoritaria pero que tiene fuerza, que es muy pesimista respecto de la primera vuelta y de los doblajes. Pero también junto con eso tiene un argumento político. Quiere decir: pongámonos realistas, aquí vamos a hacer los cambios que alcancemos a hacer y punto. No nos pasemos películas… Y yo diría que hay otro sector, que no es ni loco ni pasado para la punta, que ha ido avanzando y consolidando posiciones que se reflejan en el discurso de la candidata presidencial en términos de que hay cuestiones que se van a plantear sí o sí.

Pero hemos avanzado en términos de construir una nueva mayoría, una nueva correlación, plantear con mayor centralidad el tema crucial de desplazar a la derecha e ir instalando un programa que efectivamente refleje las demandas de las mayorías nacionales, de los trabajadores, la tercera edad, los jóvenes, las mujeres, los pueblos originarios.

-En estos días se ha revivido como nunca en estos años el golpe de 1973 y sus consecuencias…

A mí me conmueve cuando se recuerda la epopeya del pueblo chileno y lo que significó el «No», porque no fue un lapicito: el «No» fue una lucha tremenda del pueblo, que abrió camino a un triunfo electoral y la gente se la jugó por eso.

El pueblo chileno tiene mucha madurez y sabe perfectamente lo que se puede hacer en 4 años. Pero también sabe que hay cosas que no pueden seguir como están y esas cuestiones son las que hay que colocar como centralidad en el futuro gobierno.

Incluso en la alternativa de que el partido no fuera parte del gobierno, va a jugar un papel muy incidente en el cuadro general y eso es una gran responsabilidad.

-Respecto a las posibilidades de doblaje, ¿cuál debería ser el perfil del no comunista al cual los comunistas apoyen? ¿Tiene que ver con el programa, con la cercanía ideológica o el partido que represente, o más fríamente con un cálculo electoral?

Con todas esas cosas. Si uno analiza las posibilidades de doblaje que significa desplazar a la derecha, por ejemplo en el caso del distrito 8 está Daniel Núñez, miembro de la comisión política del PC, ex secretario general de la Juventud, muy vinculado a las luchas del movimiento estudiantil en la década de los 90 y en la resistencia de los 80. Estamos hablando de una persona joven que va junto con un diputado joven de la democracia cristiana, Matías Walker. Qué es lo interesante allí: que estas dos candidaturas que representan a la NM tienen sus matices y diferencias pero sin embargo al conjugar fuerzas se trasforman en una posibilidad real de doblaje para desplazar a la derecha en torno a ideas programáticas.

Yo te quiero decir que esto es nuevo, porque hubo un momento -voy a ser un poco exagerado, pero era así- en que doblar a la derecha no llegó a ser una prioridad. Había más bien intereses cruzados. Hoy tú tienes por ejemplo en el caso del distrito 8, una posibilidad concreta; en la circunscripción donde van Alejandro Guillier y Pedro Araya también se puede producir un doblaje; está el distrito 5, en donde el que empuja la posibilidad de doblaje es el candidato comunista, Lautaro Carmona, que tiene una muy buena adhesión ciudadana, a pesar de las tensiones y torpezas que vienen desde la otra candidatura.

También puede haber doblaje en el distrito 20, con Lorena Pizarro; en el distrito donde va Jorge Coulon, que ha ido explosionando esa candidatura de una manera que nosotros no preveíamos. Y hay otros lugares donde no hay candidaturas comunistas y que sí también se puede doblar, como por ejemplo el distrito 25, donde van un candidato demócrata cristiano, Claudio Arriagada, y un candidato del PPD, Ramón Farías.

Mira lo que está pasando con las otras candidaturas: Karol era conocida como secretaria general de la Jota pero no había pisado el distrito 19. Claro, nosotros elegimos ahí un tremendo alcalde, pero empezamos con las patas y el buche y tuvimos que ir a primarias convencionales: Karol sacó 3 veces la votación de los demás. Pregunta: ¿de dónde viene esa votación?: de quienes antes votaban por candidatos de otros partidos de la NM, y de gente joven y no tan joven que se entusiasma.

-¿Cuándo se va a presentar el programa de gobierno de Michelle Bachelet?

Luego, en un par de semanas. En este momento están terminando las comisiones, aquí trabajaron más de 500 personas en intercambios con organizaciones sociales, con participación de militantes independientes, con debates. Participaron yo diría que unos 50 militantes entre Jota y partido, en distintas comisiones de trabajo, con distintas intensidades y todo eso ahora pasa a un equipo que encabeza Alberto Arena y que por el lado del PC está Patricio Palma y obviamente que ahí se produce una interconsulta entre los representantes y las direcciones de los partidos y luego de eso pasa a la candidata presidencial.

-¿Qué impacto tendría en América Latina una victoria significativa de la Nueva Mayoría?

Mira yo creo que extraordinario… A mí me tocó participar en la comisión que trabajó la parte programática, y participó también un chiquillo de la Jota que está estudiando Relaciones Internacionales y creo que para él fue interesante la experiencia… Lo que más me impresionó es que allí había gente que fueron embajadores, de la DC, el PS, el PPD, y fue prácticamente unánime la idea de que en particular el gobierno de la derecha lo que produjo fue la tendencia que ya venía de darle la espalda a América Latina. Y tal como está el continente y como está el mundo, todos veíamos lo grave que es eso para los intereses del país, del Estado nacional chileno. Es que tú tienes tensiones con Bolivia, con Perú, con Argentina. Es cuestión de mirar los grandes medios, cómo tratan a Argentina en Chile, es una cosa impresionante, ahí se contaban anécdotas entre risa y pena. Tú sabes que el nuevo embajador chileno en Argentina estuvo esperando 6 meses ser recibido; está cursada hace más de un año la invitación a la presidenta Dilma Rousseff y ya no vino. Eso es un desaire diplomático. Entonces, el trabajo va a ser muy fuerte pero en la dirección de un país que necesita volver a mirarse con sus países hermanos y yo creo que en América Latina por lo que conozco, por lo que he podido conversar, lo que se está esperando es eso.