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¿Es un error el uso de la expresión “metamorfosis” por parte de Marx?

Fuentes: Rebelión

Me veo en la obligación de someter a crítica unas ideas de Manuel Sacristán sobre el pensamiento de Marx. Lo hago por dos razones: una, porque a diferencia de Sacristán yo destaco la necesaria y decisiva importancia que tiene la filosofía de Hegel en el pensamiento de Marx, y dos, porque la crítica de Sacristán a Marx por el uso de la categoría “metamorfosis” no es correcta. Procuraré elaborar un texto directo y claro. Evitaré ser tortuoso.

Las ideas de Sacristán que someteré a crítica pertenecen a su trabajo titulado “El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia”. Se encuentra en la página 20 según la edición realizada por LA CAJA DE HERRAMIENTAS de BIBLIOTECA VIRTUAL UJCE. Sacristán habla de “la mala influencia de hegelismo en la filosofía de la ciencia de Marx” y que “las malas consecuencias filosóficas o metodológicas resultan muchas veces eliminables sin pérdida del trabajo científico material”. Después Sacristán nos pone un primer ejemplo de cómo se pueden eliminar esos males.  

Las metáforas

Para destacar la mala influencia del hegelismo en el pensamiento de Marx, Sacristán nos dice: “Por ejemplo: el uso hegeliano de la metáfora, tan intenso en la obra de Marx”. Y a continuación Sacristán nos habla de la “La violenta metáfora del libro I de El Capital “metamorfosis de las mercancías”. Así que hablemos de las metáforas.La metáfora es un concepto lingüístico. Se entiende por metáfora cuando empleamos una realidad para expresar otra realidad entre las cuales existen semejanzas. El concepto de metáfora pertenece a un concepto lógico filosófico más amplio: ejemplo analógico. Las metáforas y los ejemplos analógicos son recursos lógicos teóricos, también pedagógicos, que permiten mejorar nuestra representación de aquello de lo que se habla o explica. Y las metáforas y en general todo el lenguaje están vinculados a una función psicológica fundamental en la literatura, pero igualmente necesaria en la ciencia: la representación. Y la representación es fundamental y básica en las ciencias sociales. Muchos hechos esenciales expuestos en El Capital serían imposibles aprehenderlos sin el uso de la representación. Así que allí donde Sacristán habla de modo crítico del “uso hegeliano de la metáfora”, yo hablaría del necesario uso de los ejemplos analógicos y de la representación. Por último, y esto lo aclararé más adelante, cualquier concepto puede ampliar su extensión y volverse más general sin que por ello pierda su eficacia lógico teórica.

La metamorfosis de las mercancías

Habla Sacristán de “La violenta metáfora del libro I de El Capital “metamorfosis de las mercancías”, lo expresado por Marx con la fórmula M-D-M (mercancía-dinero-mercancía), la cual no se refiere, como es obvio, a ningún cambio físico de las mercancías, es una expresión confusionariamente hegeliana”.

Marx en el inicio de la sección referida más arriba nos dice: “Así, pues, hemos de considerar todo el proceso en su aspecto formal, o sea, únicamente el cambio de forma o la metamorfosis de las mercancías que hace de mediadora en el metabolismo social”. Es obvio que para Marx  “metamorfosis” y “cambio de forma” son expresiones de significados equivalentes. Y El Capital es en esencia el estudio de las formas económicas y de sus continuas transformaciones; vaya por delante, por ser las más conocidas, la transformación del valor de la fuerza de trabajo en precio del trabajo o salario y la transformación de la plusvalía en ganancia. Así que no entiendo por qué considera Sacristán inadecuado el uso del concepto de metamorfosis, por qué lo clasifica como mera metáfora, y por qué encima habla de que su uso por parte de Marx es “violento”.  En ese mismo capítulo, en la sección dedicada al dinero como medio de pago, Marx hace la siguiente afirmación: “El carácter de acreedor o de deudor surge aquí de la circulación simple de mercancías. Su cambio de forma es el que imprime este nuevo sello al vendedor y comprador”. En las ventas al contado el poseedor de mercancía hace de vendedor y el poseedor de dinero hace de comprador. Pero en las ventas al crédito, cuando el dinero en vez de medio de compra funciona como medio de pago, esto es, cuando se produce este cambio de forma económica, cambian los papeles de vendedor y comprador, transformándose el primero en acreedor y el segundo en deudor.

Si buscamos en Internet lo que significa la palabra “metamorfosis”, podemos leer lo siguiente: “Transformación que experimenta determinados animales en su desarrollo biológico y que afecta no solo a su forma sino también a sus funciones…”. Así que el uso del concepto de metamorfosis por parte de Marx es del todo adecuado y pertinente, puesto que cuando el dinero cambia su forma de medio de compra a medio de pago, cambia las funciones del vendedor, que se transforma en acreedor, y del comprador, que se transforma en deudor. Pero también ocurre cuando el dinero funciona como medio de circulación. Al principio de El Capital, después de haber explicado cómo la mercancía se transforma en dinero, Marx le asigna al dinero dos nuevas formas: medida de valor y precio. Y son dos formas del dinero. Y después cuando expone la circulación de las mercancías el dinero adopta otra forma: medio de circulación. En ese momento el poseedor de mercancía se convierte en vendedor y el poseedor del dinero se convierte en comprador. Como podemos observar, los cambios de forma que experimenta el dinero implican cambios de función en los poseedores de mercancía y dinero. Así que volvemos a la definición de la palabra “metamorfosis” que encontramos en Internet: “Transformación que experimenta determinados animales en su desarrollo biológico y que afecta no solo a su forma sino también a sus funciones…” Si aumentamos la extensión de este concepto y lo volvemos más general, podemos afirmar que por metamorfosis entendemos los cambios de forma y función que experimentan los entes en los procesos a los que pertenecen y donde realizan su función. Y con la extensión del concepto de metamorfosis, no matamos a nadie ni cometemos un acto de violencia lingüística o conceptual. La extensión de determinados conceptos que pertenecen a una determinada esfera de saber a otras esferas de saber cualitativamente distintas, es una actividad teórica común en la historia de la ciencia y de la filosofía. Recordando   que cuando hablamos de ciencias, hablamos no solo de las ciencias naturales sino también de las ciencias sociales. Y recordando igualmente que la lógica formal y la física no son los paradigmas de las ciencias.

Valor y forma de valor

Después de lo dicho anteriormente, Sacristán formula la siguiente conjetura: “Es evidente que la metamorfosis no lo es de la mercancía, sino del valor (y eso por quedarnos dentro del entomológico o místico léxico hegeliano de Marx): “Si consideramos ahora la metamorfosis completa de una mercancía, por ejemplo, del lienzo, vemos, por de pronto, que consta de dos movimientos contrapuestos y complementarios, M-D y D-M”. Es claro que sería más sensato decir “movimiento del valor” que no movimiento de la mercancía, porque del primero no es tan absurdo decir que unas veces es lienzo y otra es dinero, mientras que decir del lienzo que unas veces es dinero y otro lienzo no resulta nada conveniente”.

Afirma Sacristán que “es evidente” y “es claro” que lo correcto sería hablar de metamorfosis del valor en vez de metamorfosis de la mercancía. ¿Y por qué? Según Sacristán porque si hablamos de la metamorfosis del valor no es tan absurdo decir que unas veces es lienzo y otra es dinero, mientras que si habláramos de la metamorfosis de la mercancía no resulta conveniente decir del lienzo que unas veces es dinero y otro lienzo. Supuestamente Sacristán está evaluando el trabajo científico de Marx y pretende restarle la mala influencia de Hegel. Pero creo que tiene poco rigor demostrar un error lógico teórico de Marx por medio de expresiones como “es evidente”, “está claro”, y “no es absurdo decir X” y “no resulta conveniente decir Y”. Ahí, en las palabras de Sacristán, solo encontramos afirmaciones, no encontramos pruebas ni demostraciones. No sabemos por qué no es absurdo decir X y por qué no resulta conveniente decir Y.

La circulación simple de mercancías tiene la forma M-D-M. Lo que afirma Marx es que la primera mercancía se transforma en dinero y luego el dinero se transforma en la segunda mercancía, mientras que Sacristán dice que es el valor quien se transforma en dinero y después en mercancía. ¿Y qué pruebas presenta Sacristán para considerar que su afirmación es más rigurosa y precisa que la de Marx? Respuesta: ninguna. Lo riguroso por parte de Sacristán hubiese sido, primero, exponer los pasos y conceptos principales de la sección de El Capital titulada “2. Medio de circulación; a) La metamorfosis de las mercancías”; segundo, poner al descubierto los errores de Marx con pruebas y demostraciones; y tercero, exponer la conveniencia lógico teórica de su propuesta. Pero no hace nada de eso.

La propuesta de Sacristán supone emplear en el análisis de la circulación simple de mercancías el valor en su forma natural, esto es, el valor concebido existiendo en el interior de la mercancía, de la cual Marx nos había advertido que es “una objetividad espectral” o sencillamente que carece de objetividad. De manera que lo primero que hace Marx en El Capital es exponer cómo el valor en su forma natural, por medio del intercambio de mercancías, se transforma en el valor en su forma objetivamente social, esto es, cómo la mercancía se transforma en dinero. Una vez hecho esto, expuesta la transformación de la mercancía en dinero, Marx expone lo que es el precio. Así que cuando estamos analizando la circulación simple de mercancías debemos considerar las dos formas de existencia del valor que corresponde justamente a esa fase de evolución de la mercancía: como dinero y como precio. Y es atendiendo a estas dos formas del valor cómo Marx expone la metamorfosis de las mercancías.

Así que vamos a por ello, para que el lector sepa con exactitud de qué hablamos y qué determinaciones debemos tener en cuenta. Enumeraré las ideas de Marx:

Primera idea: En la mercancía existe una oposición inmanente o interna entre valor de uso y valor.

Segunda idea: Esta oposición interna se presenta en la circulación como oposición externa entre mercancía y dinero, donde la mercancía figura como valor de uso y el dinero como valor. (M-D)

Tercera idea: Ambos lados de la oposición, esto es la mercancía y el dinero, son mercancías, esto es, unidades de valor de uso y valor. (Recuérdese que el dinero es la mercancía general).

Cuarta idea: Esta oposición interna se presenta de modo inverso en los dos polos externos de la oposición, representando así su relación recíproca. La mercancía es realmente valor de uso, mientras que su valor es ideal. ¿Cómo existe el valor en la mercancía? Como precio. ¿Y por qué es ideal? Porque el precio es solo la existencia lingüística del dinero. Carece de sentido pensar que en la circulación de mercancías actúa el valor en su forma natural cuando en el proceso de evolución de la mercancía ya se ha llegado a la forma de precio. Ahora hablemos del dinero que se enfrenta a la mercancía en la primera fase de la circulación y que viene representado por M-D. El dinero figura como valor. ¿Y cómo existe el valor de uso del dinero? De forma ideal. El valor de uso del dinero se manifiesta en todos los valores de uso que podemos comprar con dicho dinero. Resumiendo: en la forma M-D, M existe realmente como valor de uso y el valor existe idealmente como precio, mientras que D existe realmente como valor e idealmente como valor de uso. Presten atención a la dialéctica de lo real y lo ideal en la forma M-D: lo ideal existe unido a lo real, lo ideal se realiza en su contrario, y la unidad de lo ideal y lo real existe de modo inverso en los dos polos de la relación.

Quinta idea: Marx resume esta fase del siguiente modo: “La realización del precio o forma ideal de la mercancía es, por tanto, al mismo tiempo y a la inversa, realización del valor de uso puramente ideal del dinero; la transformación de mercancía en dinero es al mismo tiempo transformación de dinero en mercancía”. Hablamos de las formas económicas correspondientes al proceso de circulación, y estas son dos: forma de mercancía y forma de dinero.  Carece de sentido hablar en esta fase del valor en su forma natural. Y no hay “uso violento de la metáfora” cuando decimos que la mercancía se transforma en dinero y el dinero en mercancía, porque son las dos formas económicas que existen en la circulación simple de mercancías. Y afirmar con Sacristán que es el valor en su forma natural quien cambia de ser mercancía a ser dinero y viceversa carece de sentido, puesto que el valor en su forma natural carece de forma objetiva.

Además, analizando el proceso de circulación de las mercancías bajo el punto de vista práctico, observamos que el vendedor que tiene en sus manos una determinada mercancía, después de la venta tiene dinero, esto es, la mercancía se ha transformado en dinero. Y después, cuando con este dinero compra los medios de subsistencia y medios de trabajo que necesita, observamos que el comprador que tenía en sus manos una determinada suma de dinero, tiene ahora unas determinadas mercancías. Por lo tanto, examinando la circulación simple de mercancías bajo el punto de vista práctico, observamos la metamorfosis o cambio de forma de la mercancía: la mercancía se cambia por dinero y el dinero por mercancía.

La mercancía y el dinero como formas de existencia del valor

Sacristán, en su empeño de que lo más correcto sería hablar de movimiento del valor en vez de movimiento de la mercancía, afirma lo siguiente: “Pero toda esa mala abstracción hegelizante está encubriendo retóricamente una abstracción correcta, con el concepto de valor, como queda explícito pocas páginas más adelante: “El cambio de forma en que se efectúa el metabolismo de los productos del trabajo, M-D-M, implica que el mismo valor constituya como mercancía, el punto de partida del proceso, y vuelva, también como mercancía, al mismo punto”.

Hasta ahora Sacristán estaba “centrado” en la sección de El Capital titulada a) metamorfosis de las mercancías, y ahora ha traído a colación una cita que pertenece a otra sección b) el curso del dinero. Pero quien lea detenidamente esa cita, observará que Marx habla aquí de la magnitud del valor, que la persona que al principio hacía de vendedor, tiene en sus manos, cuando hace de comprador, el mismo valor o la misma magnitud de valor. Afirmar que la mercancía y el dinero son formas de existencia del valor no cuestiona que en la circulación simple de mercancías se produzca la metamorfosis o cambio de forma de la mercancía. El contenido del valor es inseparable de las formas del valor: el valor siempre se da bajo determinadas formas. El valor no solo existe como mercancía y dinero, también existe como capital constante y capital variable, como capital fijo y capital circulante, como capital comercial, como capital industrial y como capital productor de interés,  como plusvalía, como renta del suelo, como acción, como bono del tesoro, como dinero aritmético o asiento contable, y en la actualidad como derivado y futuro. Que el valor tenga múltiples formas de existencia no cuestiona en modo alguno que en la circulación simple se produzca la metamorfosis de las mercancías. Además, en el inicio de esa misma cita puede leerse lo siguiente: “El cambio de forma (metamorfosis) en que se efectúa el metabolismo de los productos del trabajo, M-D-M,”.

En fin, no entiendo el sentido ni la utilidad de la crítica de Sacristán, cuando al inicio de la sección sobre la metamorfosis de las mercancías, Marx deja claro que “cambio de forma de las mercancías” y “metamorfosis de las mercancías” son expresiones equivalentes.

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Francisco Umpiérrez Sánchez