Traducido por Silvia Arana para Rebelión
Juan González: Comenzamos el programa de hoy con más comentarios sobre la muerte de Osama bin Laden, nos referiremos específicamente a la polémica sobre el uso del nombre del legendario guerrero apache Gerónimo como código secreto para designar a bin Laden durante la redada. Esto ha generado un fuerte rechazo en la comunidad de indígenas norteamericanos.
En una entrevista con PBS Newshour, el director de la CIA Leon Panetta describió cómo se había empleado el nombre Gerónimo:
León Panetta: Una vez que los equipos entraron en la residencia, puedo decirle que hubo un período de 20 a 30 minutos en el que no sabíamos que estaba pasando exactamente, y hubo algunos momentos muy tensos, a la espera de información. Pero finalmente el Almirante McRaven regresó y dijo que que habían captado la palabra «Gerónimo», que era el código para llamar a bin Laden.
Juan González: El biznieto de Gerónimo, Harlyn Gerónimo dijo: «Equiparar a Gerónimo con Bin Laden es una ofensa imperdonable a los pueblos originarios de América y a su líder histórico más reconocido». Jeff Houser de la Nación Apache Fuerte Sill demandó un pedido formal de disculpas por equiparar a Gerónimo con un asesino de masas.
Amy Goodman: Gerónimo fue un líder apache que luchó para defender el territorio indígena contra las fuerzas armadas de EE.UU. y México en el siglo XIX. Escapó de sus perseguidores durante muchos años antes de rendirse en 1886. Fue prisionero de guerra hasta su muerte en 1909.
El jueves este fue el tema en el que se enfocó una sesión del Senado, convocada con antelación, sobre estereotipos indígenas con contenido racista. En la sesión testificó Suzan Shown Harjo, presidente del Instituto Morning Star.
Suzan Shown Harjo: Sí, debemos comenzar con Gerónimo, el hombre, el líder y la persona que representa un modelo para nuestros niños en toda la nación indígena, entonces, al compararlo con un terrorista y usar su nombre para designar a un enemigo produce un shock. Es realmente chocante que esto haya sucedido. Y no es solamente que usaran su nombre, aunque esto ya sería de por sí malo, sino que además lo que sucede en EE.UU. es que nuestros nombres no son nuestros. Nos los han robado, igual que a nuestras tierras, y nuestros nombres personales. Y luego, lo digo con mucha franqueza, se nos dan otros nombres como una manera de controlarnos.
Esto ha venido sucediendo por mucho tiempo, y se oficializó con las Regulaciones de Civilizaciones desde 1880-1890 hasta 1930-1940, mediante la prohibición de ceremonias religiosas, la prohibición de la danza del sol y otras que fueron catalogadas como religiosas, prohibieron así mismo las actividades de los sanadores o chamanes, como dicen ellos de los «llamados» sanadores, y confinaron a los pueblos originarios en reservas. Hubo 50 años de supresión religiosa generacional que marginalizó muchas lenguas nativas y creencias religiosas, que pasaron a la clandestinidad y la mayoría de ellos nunca resurgió, ciertamente no volvieron a tener la fuerza que habían tenido en el pasado.
Fue en esa época que Gerónimo fue capturado y su pueblo fue hecho prisionero de guerra en la Reserva Apache Fuerte Sill; nunca les permitieron regresar a su territorio en Nuevo México. Entonces, por todo lo que él ha pasado, y su pueblo ha pasado, todas las acciones de los indígenas criminalizadas, ser ahora llamado un enemigo, «Gerónimo, EKIA», produce un shock. «Enemigo muerto en acción», «Gerónimo, enemigo muerto en acción». Nuestra historia es muy compleja, pero este es nuestro país, de una manera única, diferente del resto, porque nadie trajo esta tierra aquí cuando vino. Este será siempre nuestro país. Entonces, cuando somos difamados en público, de esta manera, todos nos sentimos ofendidos.
Amy Goodman: Escuchamos a Suzan Shown Harjo del Instituto Morning Star testificando ante el Comité de Asuntos Indígenas del Senado.
Nos acompaña ahora Winona LaDuke, activista y escritora indígena. Vive y trabaja en la Reserva White Earth en el norte de Minnesota. Es la directora ejecutiva del grupo Honor the Earth (Honorar la Tierra). Fue la compañera de fórmula presidencial de Ralph Nader en las elecciones presidenciales de 1996 y 2000. Acaba de publicar un libro titulado La militarización del territorio indígena. Nos acompaña desde Minneapolis.
Winona, muchas gracias por estar con nosotros. Comencemos hablando de quién fue Gerónimo y el significado de que se use su nombre.
Voy a citar a The New York Times: «El nombre en código usado para nombrar a Bin Laden fue «Gerónimo». El presidente y sus asesores observaron a Leon E. Panetta, director de la CIA, en una pantalla de video, relatando desde los cuarteles de la agencia al frente del río Potomac lo que estaba sucediendo en el lejano Pakistán.
«Llegaron al objetivo. (Pasan unos minutos.)
«Tenemos contacto visual con Gerónimo. (Pocos minutos después:) «Gerónimo EKIA (enemigo muerto en acción).
«Enemigo muerto en acción. (Silencio en ‘Situation Room’)»
Winona LaDuke, ¿su reacción?
Winona LaDuke: Me parece que la realidad es que los militares tienen su propia perspectiva. Esta fue una de las campañas más costosas para hallar a una persona, Bin Laden. Y la campaña para capturar a Gerónimo, y contra el pueblo apache fue una de las más costosas llevadas a cabo por el gobierno de EE.UU. Durante 13 años gastaron millones de dólares, los persiguieron sin pausa por un largo período. Desde la perspectiva militar es un poco así como lo ven.
Desde nuestra perspectiva, por supuesto y desde lo que yo creo es la perspectiva de los estadounidenses, Gerónimo es un héroe. Es un patriota nacional para nuestra gente. Y es una flagrante difamación para los pueblos indígenas de todas partes y para todos los estadounidenses equiparar a Osama bin Laden con Gerónimo.
Juan González: Bueno, Winona, con respecto a los militares, parece que hay una constante falencia histórica para comprender la relación del gobierno con los pueblos originarios. Me impactó, particularmente durante la guerra en Kosovo, cuando EE.UU. constantemente hablaba de los helicópteros Apache que encabezaban la lucha contra la limpieza étnica, o que un nuevo helicóptero, más sigiloso, iba a reemplazar al helicóptero Comanche, que sería desechado. Parece que los militares de EE.UU. poseen una insensibilidad constante ante la larga lucha por la libertad y la defensa de su territorio de los indígenas.
Winona LaDuke: La realidad es que los militares usan frecuentemente nomenclatura indígena. Así diríamos. Hay helicópteros Black Hawk (Halcón Negro), helicópteros Apache Longbow (Arcos Grandes). Hay misiles Tomahawk. El término usado cuando dejan una base militar para entrar en territorio extranjero es «fuera de la reserva, en territorio indígena». ¿Cuál es el mensaje que se transmite? Es básicamente la continuación de las guerras contra el pueblo indígena.
Cuando Donald Rumsfeld fue a Fort Carson, que lleva el nombre del trístemente célebre Kit Carson, que fue el responsable de la muerte de miles de navajos y su migración y reubicación forzada, instó a la tropa diciendo que en la guerra global contra el terrorismo, las fuerzas estadounidenses de esa base tenían que estar a la altura de la leyenda de Kit Carson, luchando contra los terroristas en Afganistán hasta alcanzar la victoria. Dijo: «Cada uno de Uds. es como Kit Carson».
La realidad es que las fuerzas armadas de EE.UU. -la Séptima Caballería, que participó en la campaña de Irak es la misma unidad de caballería que masacró a los pueblos indígenas, a la nación Lakota en Wounded Knee en 1890. Es la realidad de la nomenclatura militar y cómo los militares usan a los indígenas y las imágenes indígenas para continuar la guerra global y las prácticas imperialistas globales.
Amy Goodman: Winona, usted inicia su libro sobre la militarización de los pueblos originarios en Fort Sill, en la posta del Ejército de EE.UU. cerca de Lawton, Oklahoma. Nosotros emitimos nuestro programa desde ese lugar hace un año. ¿Por qué Fort Sill? ¿Cuál es su significado para los pueblos indígenas?
Winona LaDuke: Bueno, sabe que es allí adonde los apaches fueron encarcelados durante 27 años por el delito de ser apaches. Hay dos cementerios allí, y uno de esos cementerios está lleno de tumbas de apaches, incluyendo la de Gerónimo, que murió allí. Pero el sitio es emblemático de la dominación ejercida en territorio indígena por las bases militares y los militares. Hay 17 reservas nombradas por un fuerte, y aún llevan el nombre Fort (Fuerte) seguido de algo. Fort Hall es una de ellas, Fort Yates, otra. La presencia militar en territorio indígena es una constante.
La mayor parte de la toma de tierras llevada a cabo por las fuerzas armadas, ya sea en Alaska, en Hawai, o en lo que es ahora el territorio continental de EE.UU. ha sido tomado de los pueblos originarios. La nación Lakota, el territorio tradicional de la nación Lakota, reconocido en el Tratado de 1868 y en el de 1851, sería la tercera potencia nuclear en el mundo. Entonces, estos datos indican cuán dominante ha sido históricamente la presencia militar en la historia de los pueblos originarios, y sigue siendo hoy en términos de ocupación territorial.
Debo decir, por el otro lado, que tenemos en el país el porcentaje más alto de veteranos de guerra viviendo en nuestras comunidades. Se estima que aproximadamente un 22 por ciento de nuestra población está compuesto de veteranos, 190.000 veteranos en las comunidades indígenas de EE.UU. Y estoy segura que todos ellos se sienten muy ofendidos por el uso del nombre Gerónimo en el ataque y muerte de Bin Laden.
Juan González: Winona, en su libro, hace referencia a muchas de esas apropiaciones de tierras y el uso posterior que se les ha dado. Obviamente, el accidente nuclear después del tsunami en Japón ha estado en las noticias frecuentemente, pero usted habla del origen del poder nuclear de EE.UU., de la extracción de uranio, del desarrollo del Laboratorio de Los Alamos. ¿Podría hablar de esto y de la conexión con el pueblo indígena?
Winona LaDuke: Cerca de dos tercios del uranio de EE.UU. está en territorio indígena. A escala mundial, un 70 por ciento del uranio está en las tierras aborígenes de Australia o en el Sub-Artico de Canadá, adonde los pueblos originarios continúan la lucha contra las minas de uranio. Y ahora, con la nuclearización y el potencial resurgimiento de la industria nuclear están tratando de iniciar actividades mineras en el sagrado Gran Cañón del Colorado. Nosotros hemos estado expuestos, desde el principio, a la radiación producida por las fuerzas armadas, a las pruebas nucleares, ya sea en el Pacífico, ya sea a las 1.100 armas nucleares que fueron detonadas en Shoshone Occidental. Nuestro pueblo ha sido seriamente afectado por la radiación, sin hablar de los tests de gas (o agente) nervioso. Hay basureros de gas nervioso en Umatilla. Hay un basurero de gas nervioso en la Reserva Skull Valley Goshute. Hay bases de armas y los militares son los mayores agentes de contaminación en el mundo. Y mucha de esa contaminación, en lo que es conocido como EE.UU., o como algunos de nosotros preferimos llamar el territorio indígena ocupado, está de hecho seriamente afectando al pueblo indígena.
Juan González: Usted también se ha referido a los experimentos con radiación hechos en Alaska en los años sesenta. Creo que poca gente ha escuchado hablar de ellos. ¿Podría contarnos algo sobre el tema?
Winona LaDuke: Sí, saben que cuando hacía mi licenciatura en Harvard, recuerdo que hice trabajos de investigación de muchos datos curiosos, pero había este proyecto en Point Hope, adonde los militares querían observar la radiación del ciclo líquen-caribú-hombre, de acumulación biológica de radiación. Y entonces, se fueron al Ártico. Se realizan pruebas, a gran escala, entre los pueblos originarios porque son poblaciones aisladas. Somos básicamente -para esta era- genéticamente muy similares. Representamos por ello, poblaciones apropiadas para hacer pruebas o experimentos, y lo hacen sin tener que rendir cuentas. Se han hecho innumerables experimentos. Volviendo a Point Hope, el pueblo fue sometido a radiación. No dijeron nada. Los documentos fueron desclasificados en los años noventa. Y todo esto tiempo, la comunidad sufrió las consecuencias de la exposición radioactiva proveniente del sitio usado para tests en Nevada, hicieron experimentos con esas comunidades.
Alaska está llena de basureros nucleares y de material tóxico generado por los militares, más de 700, incluyendo quizás uno de los menos conocidos, al que me refiero en mi libro La militarización del Territorio Indígena, VX Lake (Lago VX). En este lugar se olvidaron varios cilindros de gas nervioso, los pusieron en el medio del lago y los hundieron hasta el fondo. Unos años después, recordaron que habían dejado los cilindros, y tuvieron que desagotar el bendito lago para sacar el gas nervioso, o VX, del fondo del lago. Al lago le dieron un nuevo nombre, Blueberry Lake (Lago de los arándanos). Pero la gente le sigue llamando Lago VX. La impunidad de los militares, están más allá de todo reproche, y sus acciones tienen un tremendo impacto a escala mundial, toman una parte enorme del presupuesto federal y en las comunidades indígenas el impacto en el medio ambiente generado por la militarización es enorme.
Amy Goodman: Estamos conversando con Winona LaDuke, activista y escritora de los pueblos originarios. Su último libro se titula La militarización del territorio indígena. Winona, ¿podría referirse a la historia de la participación indígena en la oposición a la guerra?
Winona LaDuke: Sí, sabe que escribí este libro motivada por una deuda con mi padre. Mi padre fue un opositor a la Guerra de Korea, y pasó 11 meses en la cárcel por negarse a luchar en una guerra que consideraba ajena. Hay una larga historia de los pueblos originarios, los Zunis, los Hopis, los Iroqueses, los Ojibwes que dijeron: «Esta no es realmente nuestra guerra. No iremos, nos quedaremos aquí».
En EE.UU. una de las principales razones, se dice, por las que los indígenas recibieron la nacionalidad fue para que puedan ser reclutados. Y han sido reclutados en grandes cantidades. Por una gran variedad de razones sociales, políticas, históricas, culturales y económicas, los indígenas tienen el porcentaje más alto de reclutamiento en el país, a través de los años y hasta hoy. En algunos lugares, en nuestras comunidades indígenas hay situaciones económicas muy difíciles y los reclutadores militares son muy persistentes. La gente joven no tiene muchas oportunidades. Conocí a un joven de mi comunidad que me dijo: «Tía, me incorporé al ejército». Le pregunté la razón, y me contestó: «Porque o entro al ejército o voy a la cárcel». Escuché esta historia más de una vez en el territorio indígena.
Habiendo dicho esto, voy a mencionar que hay una historia de sociedades guerreras, de gente con orgullo, que defienden nuestra tierra. Sabes que 500 años es un largo tiempo para defender tu tierra. Y, todavía estamos aquí. Y nuestras sociedades guerreras continúan, en Oka, en Wounded Knee, en la línea frontal de las arenas de brea en Alberta, Canadá, o en el Gran Cañón, defendiendo nuestro territorio. Al mismo tiempo, hay una cantidad, una gran cantidad de reclutados en el ejército. Y entonces, hay veteranos indígenas que son considerados con mucho respeto en nuestra comunidad; se les reconoce su valentía y son una parte importante de la comunidad. Al mismo tiempo, no hay un programa para reintegrarlos a la sociedad. Hay un alto porcentaje de personas sin casa entre ellos. Nuestra comunidad tiene muchos casos de problemas relacionados con trastornos de estrés postraumático debido al aislamiento, al alto porcentaje de reclutamiento y al alto porcentaje de veteranos.
Amy Goodman: Winona LaDuke, cuando se refirió a Fort Sill, a la gente comanche, pidiendo que Fort Sill no destruya Medicine Bluff. ¿Puede hablar de los sitios sagrados en EE.UU. comenzando con Fort Sill? ¿Cuáles están en peligro, y cómo se puede preservalos?
Winona LaDuke: Bueno, los militares, el gobierno de EE.UU. es el mayor terrateniente. EE.UU. Los indígenas tienen grandes territorios, pero los militares poseen enormes porciones de nuestras tierras. Y en ellas están algunos sitios sagrados. Quizás el mejor ejemplo sea Hawai, adonde los militares se apropiaron de la isla de Kaho’olawe, la isla completa, para convertirla en un lugar de práctica de bombardeos durante 40 años. Esta fue la primera razón por la que me interesé en la política: el impacto de los militares en las comunidades indígenas. Tomar una isla en su totalidad, y luego, devolverla. El acuífero está quebrado por los bombardeos. Es inconcebible este accionar. Hoy se ve en Hawai la continuidad de la expansión militar. Pohakuloa es una expansión para Stryker que está buscando tomar otros 79.000 acres en la Isla Grande de Hawai, llena de sitios sagrados, de sitios históricos que los hawaianos, los originarios de Hawai y toda la gente tienen el derecho a visitarlos pero ahora serán parte de una base militar. El incremento en la toma de tierras, particularmente en Hawai, es uno de los peores casos.
Juan González: Y Winona, como mencionamos anteriormente, usted fue candidata a vicepresidente dos veces, como independiente, con Ralph Nader. Y, desde su punto de vista, en estos años del gobierno de Obama, ve algunos cambios significativos en la manera en que las naciones indígenas son tratadas en el gobierno de Obama?
Winona LaDuke: Yo diría que las cosas han mejorado. Diría que todavía hay problemas graves. Por ejemplo, la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, había cuatro países que no firmaban en 2007, y ahora EE.UU. y Canadá son los dos únicos países que no la han firmado. El gobierno de Obama aparenta, sin tomar acción. Me parece que estamos en una posición de yoga; y no sé en qué postura está él. Nos gustaría que se firmara la Declaración. Y también que pidieran disculpas, un gesto simbólico. Hubo una pedido de disculpas a los indígenas, pero nadie lo escuchó. Fue como decir «perdón» a una pared. Quizás deba haber un pedido un poco más formal de disculpas.
Pero luego, en la realidad las cosas para los pueblos originarios no han mejorado. No se puede seguir poniendo dinero para los militares en el presupuesto federal y robarles a todos los demás; la gente en mi reserva y en otras reservas no tienen casas, no tienen dinero para la educación, no tienen atención médica, no tienen lo básico, los derechos básicos. Y la única manera de avanzar económicamente en las comunidades indígenas es volviéndose un contratista militar.
No sé si notaron la referencia que hago en el libro sobre Blackwater, que es un contratista indígena. Yo no lo sabía, y no pensaba en esa empresa como indígena. Pero con la corporación indígena Chenega, obtuvieron 1.900 millones de dólares en contratos federales, la mayoría de ellos obtenidos sin competencia, sin concurso porque fueron bajo la protección de una corporación indígena de Alaska, la Corporación Chenega. Entonces, las comunidades indígenas se vuelven contratistas militares porque allí es donde está el dinero. La ironía de la historia de la colonización, de la colonización militar, de patriotas valientes como Gerónimo luchando contra la apropiación de nuestras tierras por parte de EE.UU., contra la destrucción de nuestra gente es que ahora el mayor ejército privado en el mundo es un contratista indígena. Y el hecho de que ellos abusen flagrantemente del nombre de Gerónimo, que se refieran a territorios a invadir como territorios indígenas, es hora de que se revise esta historia.
Amy Goodman: Finalmente, Winona LaDuke, terminando en donde comenzamos, con Gerónimo, Ud. apoyó al Presidente Barack Obama, el primer presidente afroamericano. Fue bajo su gobierno este uso del nombre Gerónimo. Por supuesto, estoy segura que no fue él personalmente el que dio este nombre a Bin Laden en la operación militar. Obama nació en Hawai. Su escuela tiene un nombre nativo, y usted habló de la importancia de Hawai en la historia de las naciones indígenas. ¿Qué piensa del Presidente Obama en vista de esta última controversia?
Winona LaDuke: Bueno, yo creo que hace falta un pedido formal de disculpas a la comunidad indígena, a la familia de Gerónimo, como se solicitó.
Creo que una revisión del impacto de la militarización en territorios indígenas, estamos tratando de conseguir la devolución de algunas de nuestras tierras, en poder de los militares pero están contaminadas. Y los militares están activamente diseminando material tóxico, recibiendo más exempciones bajo la ley federal, lo que los coloca más allá de las leyes del medioambiente. Sería bueno recibir algo de los que nos quitaron, y recibirlo limpio y en buenas condiciones, ya sea en Badger Munitions en Wisconsin, Fort Wingate. Pero no queremos que le devuelvan a nuestra gente tierras contaminadas con material tóxico.
Retomar la psicología militar de Kit Carson, usar nomenclatura indígena representan actitudes ofensivas hacia los pueblos originarios. Y hablar de una justicia, no tengo una respuesta, es difícil, decir cómo se puede hacer justicia con los militares. Pero voy a decir que lo que hicieron históricamente es erróneo, lo que hicieron esta semana es erróneo, esto sería una oportunidad para el gobierno de Obama de hacer lo correcto en relación al territorio indígena porque el pueblo indígena no debe ser atacado por las fuerzas armadas de EE.UU.
Amy Goodman: Winona LaDuke quiero darle muchas gracias por estar con nosotros. Activista y escritora indígena, vive y trabaja en al Reserva White Earth en el norte de Minnesota; es directora ejecutiva del grupo Honor the Earth. Su nuevo libro, recientemente publicado, se titula La militarización del territorio indígena.