I.- Reseña necesaria. Este es un debate necesario en el desarrollo de la revolución bolivariana, que requiere del aporte y de la participación de muchos, de manera que nos permitan complementar los contenidos y fundamentaciones teóricas. Estamos conscientes que es una actividad que impone profundidad en el análisis y el estudio teórico. Asimismo, se irá […]
I.- Reseña necesaria.
Este es un debate necesario en el desarrollo de la revolución bolivariana, que requiere del aporte y de la participación de muchos, de manera que nos permitan complementar los contenidos y fundamentaciones teóricas. Estamos conscientes que es una actividad que impone profundidad en el análisis y el estudio teórico.
Asimismo, se irá enriqueciendo con el tiempo y con los debate que puedan abrirse no sólo entre los integrantes de nuestro colectivo-Plataforma Socialista-, sino también entre otros colectivos y amigos de la revolución venezolana. Pues, esperamos su integración y sus complementaciones, de manera que podamos fortalecer la unidad de quienes abrazamos la construcción de la Patria Socialista.
II.- Algunas reflexiones necesarias
Construir una propuesta programática no es un artificio general de definiciones para dar respuesta a cualquier modelo societal que se pretenda construir, ni es la enumeración de referencias políticas, económicas, sociales, culturales o de cualesquier otra naturaleza; es mucho más que eso. Es dibujar la construcción de los cimientos sobre los cuales se levantará la sociedad que se perfila edificar en un período histórico determinado. Sociedad ésta que, en alguna medida, responderá a determinados preceptos teóricos, a concepciones teórico-filosóficas de cómo se concibe las relaciones en sus más variadas expresiones entre los seres humanos y su pervivencia en un mundo que le ofrezca condiciones para que la vida se desarrolle dignamente en todos sus ámbitos y expresiones.
En el actual contexto de la sociedad venezolana, el máximo líder del proceso político-Hugo Chávez Frías-ha venido planteando la necesidad de construir una Sociedad Socialista, lo que es compartido por todas las fuerzas políticas y movimientos sociales, en todas sus expresiones, que se identifican con el proceso bolivariano y que aceptan y comparten su noción de liderazgo.
A esa propuesta Socialista se le ha denominado Socialismo del Siglo XXI. Algunos han señalado que tal denominación busca establecer una diferenciación con los modelos «socialistas» que trataron de desarrollarse en algunas regiones del mundo durante el siglo XX; es decir, no se trata de establecer copia de ellos; ni tampoco negar las enseñanzas que pudieran derivarse de esas experiencias. En definitiva, lo que se plantea-así lo ha manifestado el Comandante Chávez-es construir un Socialismo que tome en cuenta las particularidades de nuestro país, las enseñanzas y aportes de nuestros descendientes originarios, de nuestros mártires por la libertad y la independencia y los avances que las construcciones humanas durante todo este tiempo han venido aportando a las formulaciones que en un comienzo se plantearon sobre la construcción de este modelo societal.
Debemos entender que las formulaciones teóricas, las categorías definidas para dar explicación o sustento a las realidades analizadas no son invariables, no son eternas; muy por el contrario, están sujetas a su complementariedad en razón de tomar en consideración los nuevos elementos que los procesos históricos puedan añadir. En eso tenemos que ser lo suficientemente asertivos, lo suficientemente rigurosos en los planteamientos teóricos, para no caer en los extremos; como la de ver las cosas inmutables, como la de suponer que las consideraciones que le dieron soporte a un determinado análisis aún siguen siendo las mismas, o aquellas que pretenden relativizarlo todo, negando sus fuentes, sus orígenes, sus elementos esenciales que le dieron cuerpo. Tenemos que colocar la concreción teórica, la fundamentación teórica en los justos términos de su elaboración, de manera que contribuyamos a la concreción de la propuesta que se plantea. Pues, las circunstancias nos imponen trabajar y sumar fuerzas en el sentido de irle dando cuerpo teórico al Socialismo del Siglo XXI, que se dice que debemos construir.
Este es un proceso que apenas está iniciándose y donde las tendencias de construir han de combinar los elementos prácticos con su complementariedad teórica; más aún, ésta sería una reafirmación de la primera; pero manteniendo en todo momento su integración dialéctica. De manera que su acción constructiva ha de ser una manifestación consciente y voluntaria del colectivo nacional; su construcción-en todos los sentidos, práctico-teórica- tiene que ser llevada acabo por la inmensa mayoría de nuestra población, ésta será el motor dinamizador de donde surgirán las referencias organizacionales que tratarán de darle direccionalidad y, a la vez, tratarán de mantener el rumbo de construcción del nuevo modelo de sociedad que se ha planteado estructurar.
Será una organización que surgirá de las propias bases organizacionales de la sociedad, donde las posiciones de liderazgo que se asuman han de contar con el reconocimiento y el aval de su desempeño político por parte de quienes participan en ella; donde las vocerías que de ellas surjan transitarán espacios de amplia participación, de democracia plena al momento de la selección, con respecto a la diversidad o las diferencias, pero que una vez que se haya dado la voluntad de las mayorías todos han de acatarla; lo que no significa que esas figuras de dirección sustituirán la voluntad del colectivo, ni se colocarán por encima de ellas, ni ejercerán su desempeño sin tomar en cuenta a éste; sino que, por el contrario, serían los ejecutores de las decisiones y de los acuerdos que las bases organizacionales definan. Pues, tenderían a construir un corpus orgánico en que las mayorías definirían líneas políticas y establecerían el diseño para su ejecución; es decir, mantendrían una evaluación constante sobre los acuerdos y metas que hayan establecidos. Este proceso de desarrollo orgánico, entre otras cosas, nos abriría las bases para potenciar la formación política y la conciencia revolucionaria de quienes participan directamente en esas organizaciones y, por consiguiente, también de todos aquellos sectores en las que éstas actúan. Con esto fracturamos la vieja visión de que los procesos de saltos en la conciencia sólo se experimentarían en los contingentes humanos organizados; ya que se está desarrollando una práctica en que el accionar revolucionario tiende a ser un hecho masificante, un hecho de involucramiento del pueblo. Bajo esta visión, indudablemente, avanzamos en la construcción del Poder Popular. Estructuramos la construcción de un Estado que surge del propio seno de la sociedad y al que ésta le mantiene su control y él se ve obligado a responderle y rendirle cuentas.
Estamos conscientes que las organizaciones sociales que se vayan conformando, así como el estado que se vaya estructurando ha de obedecer, han de responder a la concepción de sociedad que se pretende construir, al Socialismo que visualizamos para nuestra realidad y para los designios históricos en que nos corresponde actuar. En ese orden, los esquemas que en tiempos remotos se establecieron para guiar tales propuestas de diseños organizacionales, soportadas en determinadas formulaciones teóricas, y las experiencias que han experimentado las naciones que abrazaron y aún abrazan la construcción de este modelo de sociedad tienen que ser tomadas en cuentas; deben servirnos de base, de sustento, para que construyamos nuestro propio modelo societal; decimos propio en las particularidades que el mismo ha de expresar, pero que conservaría la esencia de ese modelo societal: la propiedad social de los medios de producción.
Construir el Socialismo es un proceso histórico de constante desarrollo y dinamismo, que requerirá de la construcción de un nuevo estado; de un estado que sepulte las prácticas y visiones del capitalismo, que fenestre, que extinga en toda su naturaleza y concepción al viejo estado de la IV República. Este Estado será el representante real de toda sociedad. Para lo que requerirá de la construcción de una unidad dialéctica entre los elementos estructurales y los requerimientos jurídicos-legales que le permitan hacer realidad su representación de toda la sociedad.
III.- Elementos a considerar para la formular un Programa Socialista.
• Construir el Socialismo no es una referencia societal que tenga como elemento primordial el desarrollo de las fuerzas productivas solamente. Esta noción puramente economicista ha sido ensayada en varios países que pretendieron construir el modelo señalado. De ellos sabemos que construyeron una propuesta de sociedad que reprodujo y fortaleció la esencia capitalista. Dichas experiencias debemos evaluarlas.
• El papel de Estado, su naturaleza y su figura de representación de todos los bienes de la sociedad tiene que ser vital. No será un Estado para entronizar a los grupos de poder políticos nuevos o de viejos tipos, sino una organización que a la vez que sepulta al viejo estado capitalista, construye las bases para edificación de un nuevo Estado: El Socialista; pero bajo la visión de su representación de toda la sociedad, donde existirá un sincronismo dialéctico entre este estado y las organizaciones del Poder Popular que se construyan, donde todas ellas serán la extensión y expresión de ese Poder Socialista, transfiriendo el Poder y la naturaleza de ese Estado al Pueblo, la sociedad toda.
• Los miembros del Estado a todos sus niveles tienen que ser de elección democrática y sujetos a su remoción por parte de quienes los eligieron.
• Debe existir una complementariedad del ejercicio del poder entre el que ejercen las instituciones del Estado y el que se desempeñaría desde las organizaciones del Poder Popular que se vaya constituyendo, desde las organizaciones sociales que se estructuren en todos los ámbitos de la sociedad, de manera que la acción de Poder descanse en las manos del Poder Popular.
• Todas las instituciones del viejo Estado tienen que ser aniquiladas. En consecuencia, debe levantarse un nuevo andamiaje jurídico-legal que permita viabilizar y soportar la institucionalidad en construcción; ese soporte normativo tiene que tener esencia y razón del nuevo Estado, de las nuevas relaciones sociales que se vayan creando. Son instrumentos que miran en razón de toda la sociedad; y deben estar sujeto a revisión constante y sostenida. Es decir, las mismas surgirían, plasmarían la práctica social que se esté generando; lo que sería un indicativo de la elevación de la conciencia revolucionaria del pueblo venezolano. La sociedad en la madurez y desarrollo de su conciencia va estableciendo la forma y manera de cómo tiene que ser la vida en la sociedad en construcción.
• La manera de legislar y de impartir justicia también tiene que ser cambiada radicalmente. No pueden seguir con sus mismas indumentarias. Hasta ahora, las mismas fueron creadas y normadas para mantener y garantizar la práctica de un estado capitalista; de instituciones para responder a los intereses de las minorías, de quienes detentaban el poder.
• La concepción sobre la que se estructuró la construcción de las Fuerzas Armadas también tiene que ser revisada; tiene que ser modificada en toda su esencia. Estas en su naturaleza fueron concebidas dentro de la clásica doctrina militarista capitalista, construida para defender los intereses de los capitalistas. No pueden seguirse concibiendo como una elite estructurada por encima de la sociedad, como un ejército de profesionales en funciones para defender los intereses de esa minoría. Este tendrá que ser una extensión del pueblo en armas, ser su representación real. La defensa de la Patria será una tarea en la cual está comprometida toda la población y ésta- en razón de la estructuración del nuevo estado-construirá organizaciones que les permitan cooperar, asumir en consonancia con las fuerzas armadas revolucionarias las tareas y responsabilidades que se deriven de la construcción de la nueva Patria.
• Igual acción tiene que acometerse con los organismos policiales. Estos han de ser organismos no para la represión, sino para el control y la contención de quienes violen e infrinjan las normativas establecidas por el Estado y las organizaciones del Poder Popular. Actuarían más en el campo de la prevención y disuasión; manteniendo relación directa con la población, la sociedad organizada. Esta en alguna medida, también concretaría algunos elementos de control y vigilancia en sus entornos sociales.
• La seguridad de estado, también tiene que corresponder a la lógica de la sociedad socialista; centrada en una labor de garantizar la defensa del Estado en todas sus expresiones, con privilegios del trabajo de inteligencia; tal que nos permita contener cualquier acción conspirativa tanto de las fuerzas internas y externas de la contrarrevolución. No es una labor para construir una sociedad vigilada ni restrictiva de las labores individuales, ni personales de cada quien. Nada de eso. La población tendrá todas las facilidades para convivir, vivir en libertad y desarrollar sus proyectos que le sean propios. La sociedad se integrará a ellas desarrollando la inteligencia social.
Tenemos que fracturar esas nociones que ubican a la sociedad alejada de las funciones del Estado; es decir, aquellas nociones que ven al ser humano separado de éste. Pues, los intereses individuales no son opuestos a los intereses del Estado ni están en contradicción con éste; por el contrario se van complementando y avanzando en una línea en que aquel recoja todas las necesidades sociales y sea capaz de brindarles caminos para su canalización y atención.
• La educación tiene que coadyuvar en la construcción de un nuevo ser humano, de un sujeto social que sea la esencia y la razón de la sociedad socialista; propendiendo a que construya y desarrolle una conciencia revolucionaria y valores y ética socialista. Al mismo tiempo que permita sepultar las prácticas y valores de la sociedad capitalista, que resaltan el individualismo, el egoísmo, el consumismo, el hedonismo, la insolidaridad y el desarraigo nacional, entre otros elementos. También debe fomentar la formación por la libertad, por el sentido de la creación, por el amor a la humanidad y por la construcción de una ciencia y tecnología que abra el progreso y la sostenebilidad de condiciones de vida cada vez más digna al pueblo. De igual manera, debe fracturar esa separación odiosa entre el trabajo manual y el trabajo intelectual. Es responsabilidad del nuevo Estado asumir la filosofía y concepción de la educación.
• Realizar una caracterización de la actual formación económica-social sobre la que ha venido edificándose la sociedad venezolana. Estamos en presencia de un estado capitalista dependiente, sujeto a los intereses del capital estadounidense, en primer orden. Los sectores capitalistas venezolanos, en su mayoría, no tienen una conciencia nacionalista, ni tienen interés en propender a la construcción de una economía que empuje de manera independiente el desarrollo económico y defienda los intereses de la Patria. Es un sector capitalista que ha basado su acumulación, por un lado, básicamente de la renta petrolera y de los negociados y financiamientos que han realizados y recibidos del estado venezolano, y que en buena parte no han sido cancelado; y, por el otro lado, de las relaciones que han establecidos con el capital transnacional donde se han convertidos en sus socios menores, recibiendo pingües beneficios por ser intermediarios entre los gobiernos de la Cuarta República y ellos.
• Debe trabajarse por la construcción y fomento de un sector capitalista con sentido nacionalista, con identidad por los intereses de la patria y que esté dispuesto a trabajar en el desarrollo y la construcción de un aparato productivo que nos permita mantener nuestra independencia económica en las áreas donde ellos puedan actuar. Y que pueda cooperar con el gobierno bolivariano en el desarrollo económico del estado.
• Este Estado en construcción guardará respecto por la propiedad privada y abrirá las posibilidades para el crecimiento y expansión de aquellos sectores capitalistas que tengan disposición a trabajar por la autonomía, desarrollo y defensa de nuestra patria.
• Apoyará la lucha de los pueblos por su independencia, contra el colonialismo y contra el imperialismo. Estableciendo el derecho incuestionables de los pueblos de establecer su autodeterminación.
• Fomentará la unidad de los pueblos del mundo. Construirá mecanismos e instituciones que fomenten su cooperación, la integración y la unidad de los pueblos del mundo.
• Trabaja y fomentara la unidad de las organizaciones que abrazan el pensamiento revolucionario y trabajan por la libertad de sus pueblos.
IV.- Propuesta de Plataforma de Lucha.
• Luchar por la construcción del Socialismo.
• Luchar contra el Imperialismo.
• Luchar contra la unípolaridad, oponiéndole un mundo multipolar
• Luchar por la transformación de todos los organismos de mediación que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial.
• Trabajar por la unidad y la autodeterminación de todos los pueblos del planeta.
• Trabajar por la elaboración del marco teórico-conceptual y programático de la Revolución venezolana; del Socialismo que aspiramos a que se construya tanto en Venezuela.
• Preponderar el trabajo local, como manera viable para construir la unidad de los revolucionarios.
• Reconoce la capacidad ductora y de liderazgo que tiene el Presidente Chávez en la construcción del Socialismo.
• Luchar contra la conspiración que adelantan los sectores oligárquicos nacionales y los agentes transnacionales, concretado en el Imperialismo Norteamericano y buena parte de las fuerzas de la reacción a nivel mundial.
• Aunar esfuerzos para la unidad de los revolucionarios y el fortalecimiento del movimiento popular a nivel nacional e internacional.