El cómo están abordando los países los desafíos del Covid-19 en materia de educación es un tema que ha mantenido ocupados tanto a los y las educadoras en todo el mundo, como a los y las economistas, discutiendo los desafíos y posibles aprendizajes de esta coyuntura [1] para los estados neoliberales contemporáneos. Cabe preguntarse, ¿cómo han abordado la compleja relación entre educación y pandemia en las economías y estados no neoliberales?, creo importante abrir una ventana hacia las soluciones y medidas realizadas por el Estado cubano, tanto para visibilizar la agencia de un Estado y Ministerio de Educación puestos al servicio de la población como para dar cuenta de las soluciones a la pandemia fuera del cerco neoliberal que domina la región.
I.- Cuba frente al Covid-19: Medidas tomadas entre enero y abril para enfrentar el virus.
Hacia fines del mes de enero, cuando los casos de Covid-19 no superaban los 1.800 y se concentraban en su gran mayoría en la ciudad de Wuhan, el estado cubano anunció el refuerzo de las medidas de vigilancia y protocolos para enfrentar epidemias virales, que se había desarrollado y perfeccionado en experiencias previas, como fueron los brotes de Ébola y Zika en años pasados [2]. Desde un comienzo, se planificó la reacción al virus desde un esfuerzo intersectorial, donde la gran mayoría de los ministerios y organismos del estado se pusieron a disposición de las medidas señaladas por el MINSAP. De esta forma, desde ese momento que se desarrollaron diversas capacitaciones y preparaciones frente a la posibilidad de un brote viral, tanto al sector de la Salud como a los del Turismo, Educación, y Defensa, entre otros.
La identificación de los primeros contagiados en la isla se dio el 10 de marzo, al corroborarse que tres turistas italianos resultaron positivos al Covid-19 [3]. Fueron puestos en aislamiento, otorgándoles tratamiento desde el sistema de salud cubano, y se informó a la población desde el MINSAP y a través de la prensa nacional [4]. A partir de ese momento entró en acción el protocolo de control del plan de prevención, y comenzaron a reaccionar desde los distintos ministerios y sectores de la sociedad.
En el caso del Ministerio de Educación cubano (MINED), se había preparado un Plan de Acción Nacional para enfrentar la coyuntura pandémica en el área educativa. Este plan incluía la capacitación del personal docente y de apoyo de las escuelas, además de a los estudiantes y sus familias, a través de audiencias sanitarias y coordinación con las organizaciones de base de cada comunidad [5]. Así también, se constituyó un grupo de trabajo temporal, que sesiona diariamente con las autoridades educacionales de todo el país, para evaluar el desarrollo del plan y las modificaciones necesarias [6]. El MINED mantuvo un rol activo en la preparación e implementación de las diversas etapas del Plan, siguiendo atentamente el desarrollo de estas medidas [7].
II.- El cierre de las aulas y la preparación del Plan Nacional de Prevención.
A partir del 24 de marzo se suspendieron las clases presenciales, se cerraron los colegios, y se procedió a preparar el regreso de las clases con una modalidad televisada a partir del 30 de marzo. Junto a esto, se establecieron una serie de medidas para enfrentar las próximas semanas [8] (teniendo en cuenta que el calendario escolar 2019-2020 ubica el fin del año escolar para mediados del mes de julio), entre las cuales se encuentran el desarrollar una programación televisiva para proceder con los contenidos previstos, re programar las actividades planificadas para el resto del semestre y adaptarlas con la finalidad de terminar de manera exitosa el año escolar, organizar la atención docente en las villas rurales, y trabajar junto al sindicato para asegurar el cuidado de docentes, directivos y trabajadores de las instituciones educacionales, entre otras.
Así también, desde el MINED y en conjunto con las autoridades educativas locales se han preparado diversos ajustes a los horarios y días de clases de los distintos niveles a ser aplicados cuando se reinicien las clases presenciales, de manera de evitar la aglomeración de estudiantes y disminuir lo más posible los riesgos de contagio en el aula. Adecuaciones en los niveles de Primaria, Secundaria Básica, Preuniversitario, Enseñanza Técnica y profesional, y de las escuelas de artes nacionales y pedagógicas se han hecho públicas, con el objetivo de que, con todas las precauciones necesarias, no se vea afectado el proceso de aprendizaje [8].
III.- “Silencio en casa que comienzan las teleclases”: La parrilla televisiva y los recursos educativos abiertos.
Uno de los elementos centrales de la respuesta educativa cubana a la coyuntura pandémica es el uso de la televisión estatal como una herramienta para sortear las dificultades de la interrupción de las clases presenciales, en gran medida haciendo uso de los recursos educativos ya existentes en la sociedad cubana.
A partir del año 2002, el Instituto Cubano de Cine y Televisión ha desarrollado una línea educativa de programación televisiva que, de forma de no interferir con la programación habitual de Cubavisión o Telerebelde, se transmite desde el Canal Educativo, la casa televisiva de las teleclases, un complemento para la formación de los niños y niñas cubanas desde primer hasta doceavo grado, así como diversos programas de formación técnica y de difusión cultural.
Como parte del plan educativo, se re-adecuó la totalidad de la programación del Canal Educativo, así como parte de la programación de Telerebelde, haciendo de la televisión una herramienta pedagógica para enfrentar la pandemia [9]. Esta área del plan educativo implica que docentes y metodólogos puedan entregar orientaciones a los educandos según su nivel educativo en los objetivos y contenidos a estudiar en cada asignatura y mientras duren estas medidas excepcionales, además de entregar ejercicios y tareas para la semana que serán revisadas al momento de volver a clases. Al mismo tiempo, se buscará orientar a las familias para establecer un espacio adecuado para el estudio en el hogar, y cómo pueden aportar al proceso educativo de sus hijos e hijas [10].
Así también, se perfeccionaron y habilitaron para enfrentar la contingencia los portales on-line CubaEduca, Aprendiendo.cu, y se han publicado las diversas clases otorgadas en la programación educativa en YouTube (a través del canal TV Educativa Mined Cuba) y en Picta, aplicación cubana de streaming para celulares.
Estas medidas se complementan con el uso de material escolar público, otorgado por cada escuela a los educandos, con el que se continúan las actividades en casa bajo la guía de las teleclases. A través de estas medidas, mas de 2 millones trescientos mil niños y niñas cubanas pueden continuar con su proceso educativo, independiente de la coyuntura pandémica [11].
IV.- ¿Teleclases o clases online?: Las lecciones de un pequeño pero digno país.
Habiendo dicho esto, ¿qué aprendizajes nos deja la respuesta del MINED al Covid-19? ¿qué lecciones podemos sacar en vista de una crisis educativa a nivel global producto de la pandemia?.
Hace algunos días, la UNESCO reunió a ministros y ministras de educación de más de 70 países para discutir las posibles medidas a través de las cuales enfrentar la crisis educativa que se empezaba a delinear para gran parte del mundo [12]. En el marco de esta discusión, Audrey Azoulay (Directora General UNESCO) señalaría que “más allá de la satisfacción de las necesidades inmediatas, este esfuerzo es una oportunidad para repensar la educación, ampliar el aprendizaje a distancia y hacer que los sistemas educativos sean más resistentes, abiertos e innovadores” [13], delineando uno de los elementos más complejos de esta crisis.
Indudablemente, la situación de pandemia global implica re-pensar las herramientas y medios pedagógicos, de manera de perjudicar lo menos posible los procesos de aprendizaje de la juventud y no acrecentar aún más la brecha educacional. Y si bien actualmente no existe ninguna respuesta que reemplace el proceso educativo tradicional, las alternativas presentadas por la UNESCO, tendientes a la educación a través de medios digitales y clases online, conllevan el riesgo de aumentar aún más las diferencias educativas entre países con altos niveles de desarrollo tecnológico y aquellos con bajos niveles, así como entre la población más adinerada y aquellos con menos recursos.
La modalidad de teleclases que se ha implementado en Cuba se sostiene sobre la base de más de 15 años de experiencias en la materia, junto con una lenta pero progresiva articulación de la red de recursos educativos digitales, de forma que la cobertura de las medidas tomadas abarca prácticamente la totalidad del estudiantado cubano. Al ser un pilar fundante de las iniciativas de teleclases y los Canales Educativos el principio de la democratización del conocimiento, el contexto pandémico ha significado una prueba de fuego para la validez de este precepto, demostrándose nuevamente la utilidad de la iniciativa.
Además, desde el MINED se trabajó en conjunto con la organización gremial docente y las administraciones de cada provincia y municipio en una respuesta integral unificada [14]. La aplicación de las teleclases y el uso y disponibilidad de recursos educativos surge desde una planificación estatal, teniendo como eje central el afectar lo menos posible los procesos de aprendizaje. Así también, se otorgaron orientaciones y material para el hogar, de forma de involucrar al grupo familiar en los procesos educativos de los educandos. Este enfoque intersectorial para abordar la crisis educativa,que involucra a todos los actores que influyen en los procesos de aprendizajes de los y las niñas, responde a las palabras que dijera el presidente Miguel Diaz-Canel, “Esta batalla se gana con el pueblo” [15].
La actual coyuntura pandémica nos pone en un punto de quiebre de lo que será la relación entre educación y tecnología hacia la cuarta revolución industrial, evidenciando las profundas brechas de infraestructura, capacitación, acceso a nuevas tecnologías, y de habilidades que se encuentran entre los distintos países, así como también al interior de estos. La crisis educativa global que ya se encuentra en curso tendrá un profundo impacto en las generaciones actualmente en formación, así como también en las prácticas docentes, y el tipo de relación que se establecerá entre docentes y educandos. Existen numerosos intereses en torno a la evolución del paradigma educativo, algunas centradas en democratizar la educación, y otros centrados en mercantilizarla. En este contexto, se hace necesario recoger las experiencias y lecciones que deja la reacción de un sistema educativo como el cubano, en tanto presenta una visión distinta respecto de las que podemos encontrar en los estados neoliberales [16], y hace patente la importancia, como dijera Moacir Gaddotti, de educar para otro mundo posible.
Referencias:
[1] https://blogs.worldbank.org/es/education/educational-challenges-and-opportunities-covid-19-pandemic
[4] https://youtu.be/hObetNDmBkk
[6] http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/03/13/cuba-frente-a-la-covid-19-ultimas-noticias/
[8] https://www.mined.gob.cu/adopta-ministerio-de-educacion-nuevas-medidas-ante-la-covid-19/
[9] https://www.mined.gob.cu/mision/
[11] https://www.oei.es/impacto-coronavirus-iberoamerica/educacion
[13] https://radiojgm.uchile.cl/unesco-aconseja-herramientas-digitales-para-clases-a-distancia/
[15] https://www.presidencia.gob.cu/es/noticias/covid-19-cumplir-las-medidas-y-no-bajar-la-guardia/