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Estado permanente de excepción

Fuentes: Rebelión

El nudo gordiano que amarra al estado en su proceso de vaciamiento permanente de lo público como materialización de los derechos y libertades y, en consecuencia, su secuestro indefinido al servicio de la privatización por parte del capital, se solidifica en la constante potenciación de sus políticas criminales y en el fortalecimiento de una legislación […]

El nudo gordiano que amarra al estado en su proceso de vaciamiento permanente de lo público como materialización de los derechos y libertades y, en consecuencia, su secuestro indefinido al servicio de la privatización por parte del capital, se solidifica en la constante potenciación de sus políticas criminales y en el fortalecimiento de una legislación y una práctica político-jurídica de excepcionalidad. Busca legitimarse en la reconstrucción de los viejos y nuevos enemigos internos y externos, en la instauración del miedo social generalizado, en la producción de inseguridad, con vistas a una gestión del terror difuso que resucita fantasmas del pasado y refunda nuevas cruzadas.

¿A que responde, por ejemplo, la problematización de la migración y de la diversidad, del proceso catalán y por extensión del independentismo, las contra-reformas laborales, educativas y sanitarias, el éxito de la diversificación de marcas políticas en el mercado electoral por parte de las derechas, el desprecio e invisibilización de la precariedad y malestar social, así como de los movimientos que tratan de politizarlas?

Su reconquista trata de asentar los principios pre-modernos que en el fondo son los que dieron origen a una post-modernidad donde el llamado «Estado Social y Democrático de Derecho» no fue sino una cortina de humo, una forma política aparente y anómala que habría de retornar a la génesis de los estados como herramienta de dominación y policialización de la vida pública: maquinarias para una adecuada apropiación de los impuestos al servicio de las élites de poder, para someter y contener a las clases populares, herramientas útiles para la constante y exponencial acumulación de capital.

Por suerte existen muchas fugas en su proyecto hegemonizante. Sus imposiciones han sido, y serán, un reto que nos sirve cada día para aprender a seguir luchando, desobedecer a sus leyes injustas, auto-organizarnos y sobre todo a no ser como ellos, sucios necrófilos sin escrúpulos disfrazados de hermanitas de la caridad.

César Manzanos Bilbao, Profesor de Sociología y Política Social en la Universidad del País Vasco.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.