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Balance de la huelga de profesores

«Este proceso constituye un triunfo del movimiento docente»

Fuentes: Clase Contra Clase

Luego de intensas tres semanas de huelga nacional del magisterio, y tras aprobar un 76% de los profesores del país el acuerdo que establece el pago de $500.000 en junio, que garantiza el pago del bono SAE 2009 y el 2010 y que no habrá represalias ni descuentos por días de paro contra los maestros […]

Luego de intensas tres semanas de huelga nacional del magisterio, y tras aprobar un 76% de los profesores del país el acuerdo que establece el pago de $500.000 en junio, que garantiza el pago del bono SAE 2009 y el 2010 y que no habrá represalias ni descuentos por días de paro contra los maestros por parte de sus empleadores, los profesores volverán a clases este lunes 8 de junio.
 
Este proceso constituye un triunfo del movimiento docente si tomamos en cuenta que éste logró su demanda doblándole la mano a la intransigencia del gobierno y los municipios cuando, por ejemplo, la Ministra y empresaria de la Educación, Mónica Jiménez, afirmaba la vuelta a clases con o sin profesores, cuando buscaba poner a los apoderados en contra o cuando el UDI Pablo Zalaquet amenazaba con descuentos y sumarios si los profesores mantenían la movilización.
 
A partir de este triunfo, que es un punto de apoyo para la lucha de los profesores, posibilitado por la disposición de lucha y la unidad de los profesores a nivel nacional, es posible obtener varias lecciones. La  primera es que la decisión de las bases debe estar asegurada en toda movilización, siendo precisamente esto lo que posibilitó que la huelga se extendiera para conseguir la demanda. En contraposición con lo sucedido durante el paro de trabajadores públicos a fines del año pasado, cuando la mesa negociadora de este sector, sin consultarle a las bases, acordó el aumento salarial de un 10% con las autoridades, que de haberse consultado a las bases de trabajadores en lucha, hubiera permitido una deliberación democrática sobre si seguir o no por el 14,5% que era la exigencia del reajuste inicial. Ante esto, es necesario fortalecer el Colegio de Profesores con cuerpos de delegados mandatados y revocables en cada lugar de trabajo.
 
Otra lección que debemos generalizar es la solidaridad que desplegaron los trabajadores del MINEDUC organizados en ANDIME, ya que su paralización  sirvió como apoyo a los profesores y significó que el gobierno tuviera menos margen de maniobra para atacar a los maestros en los colegios.
 
Estas lecciones, que en el fondo fueron los elementos que derrotaron la intransigencia de las autoridades, es necesario que sean asimiladas y tomadas por el conjunto de la clase trabajadora en sus luchas y reivindicaciones.
 
Además de las lecciones señaladas, la movilización del magisterio tuvo importantes consecuencias: demostró que incluso con crisis económica se puede luchar por aumentar el salario y mejorar las condiciones laborales, contrariando los dichos de Rafael Guilisasti, presidente de la CPC (organismo de los grandes empresarios), y la Ministra del Trabajo, Claudia Serrano, quienes plantean prudencia, es decir, que no se pueden aumentar los salarios debido a la crisis.
 
Del mismo modo, la lucha de los profesores ha servido para volver a poner en discusión el «modelo educativo», que tiene como responsables a los gobiernos de la Concertación, a los municipios y la derecha, ya que todos han mantenido y profundizado el modelo educativo heredado de la dictadura, basado en la municipalización y en el sistema de subsidios que mantiene en la precariedad a la educación. Sin embargo, pese a que el tema salió a la palestra, los dirigentes del Colegio de Profesores no aprovecharon la fortaleza del paro para instalar como perspectiva de lucha acabar con el modelo educativo heredado de la dictadura. Esto hubiese permitido plantearse comenzar a revertir la derrota que significó la aprobación de la LGE en el parlamento, y ganar la solidaridad del movimiento estudiantil, particularmente de los estudiantes secundarios, que el 2006 cuestionaron la educación de mercado. En este sentido, la lucha no superó la demanda económica del bono SAE -que es muy importante- para convertirse en una demanda política y  cuestionar  así «la causa de todos los males», como sí hicieron los secundarios. Y el hecho de que en estos momentos los estudiantes secunadarios del Instituo nacional estén en toma contra la municipalización y por estatizar el colegio, luego del paro de los profesores, muestra que se podría haber seguido ese camino de cuestionar la municipalización, uniendo la lucha por el bono SAE con esto.
 
Para los profesores trotskistas que militamos Clase contra Clase es necesario comenzar a discutir cómo terminamos con la municipalización, con la subvención a los privados y, en general, con la educación de mercado, raíz de la problemática educativa que origina una educación de calidad para los ricos y una pésima educación para los pobres, además de generar inestabilidad laboral y sueldos precarios para los docentes.
 
Frente a lo anterior, creemos que es necesario organizarnos  para derogar la LGE y luchar por una educación gratuita, financiada en su totalidad por el Estado, y así terminar con los subsidios a los sostenedores y asegurar estabilidad laboral: paso a planta a todos los profesores y profesoras; y salarios dignos para todas las trabajadoras y trabajadores de la Educación. También es necesario levantar una nueva Escuela Nacional Unificada, para acabar con el modelo educativo heredado de la dictadura pinochetista que ha administrado y profundizado la Concertación y construir una Educación que esté al servicio de las y los trabajadores y el pueblo pobre.