El número cinco parece simbolizar para la América toda, las ansias de paz y justicia social. Y lo digo así porque justamente en otra jornada de la gran Fiesta del libro, conocí la historia de un puertorriqueño llamado Rafael Cancel Miranda, quien sufrió prisión en EE.UU. durante 25 años junto a cuatro compañeros de lucha, […]
El número cinco parece simbolizar para la América toda, las ansias de paz y justicia social. Y lo digo así porque justamente en otra jornada de la gran Fiesta del libro, conocí la historia de un puertorriqueño llamado Rafael Cancel Miranda, quien sufrió prisión en EE.UU. durante 25 años junto a cuatro compañeros de lucha, por defender la soberanía de su país.
Por la misma causa, pensé, en la misma nación, el mismo número de personas están condenadas hoy por el gobierno norteamericano con una sola diferencia: son cubanos. Diferencia que José Martí, nuestro Apóstol, condenaría cuando expresó que Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas, pero que pretende señalar las distancias que prevalecen hoy entre el sistema social de ambas tierras caribeñas.
Rafael Cancel, boricua por nacimiento y por convicción, fue injustamente encarcelado en dos oportunidades. La primera vez que pisó la soledad, la oscuridad de una cárcel, tenía solo 18 años. ¿La causa? Se había rehusado a ser parte del ejército norteamericano en la guerra contra Corea, decisión que lo confinó a dos años en una institución penal de Tallahassee, Florida.
La segunda ocasión significó la injusticia total, la separación de sus seres queridos desde 1954 hasta 1979, es decir 25 años -cinco por cinco-, pero esta vez por disparar a conciencia limpia contra las sesiones de un Congreso de los EE.UU. en su país, pues en este sitio se discutía el futuro de la nación puertorriqueña como Estado Libre Asociado del imperio del Norte. En aquella oportunidad, junto a cuatro renombrados amigos de lucha por la autonomía boricua: Irvin Flores, Lolita Lebrón, Oscar Collazo y Andrés Figueroa, los disparos lanzados contra los legisladores señalaban su inconformidad con el estado legal, porque a la larga Puerto Rico continuaba plegado a los intereses norteamericanos.
Aquellos, como nuestros Cinco, recorrieron el mundo entero con sus protestas, gracias a la campaña internacional promovida por las personas que defienden las causas más justas, las más sinceras. Rafael Cancel era uno de los y hoy, libre de todo barrote, llega a La Habana, a esta Feria, para participar en la presentación de los libros El dulce abismo, sobre nuestros Cinco y Escritos desde la cárcel, de Leonard Peltier, amigo y compañero suyo en los días de confinamiento, injustamente encarcelado también en los EE.UU.
Rafael fue invitado al lanzamiento de estos dos títulos por la estrecha relación que mantuvo con Leonard Peltier durante sus años de confinamiento. En el emotivo encuentro que disfrutamos todos entre este revolucionario y la causa común de su amigo y de nuestros Cinco, Daniel Cheng Yang, ahijado de Leonard Peltier, rindió homenaje a su padrino a través de un ritual. El sonido de un tambor fue la melodía escogida para la cita, como digno canto de esperanza para quienes confían en la libertad de estos hombres.
A propósito de tan revelador homenaje, Rafael compartió sus impresiones sobre el ideal que defienden desde la cárcel su amigo Peltier y nuestros Cinco.
«Yo conocí a Leonard en la cárcel y creo que es una gran injusticia como estos Cinco cubanos. En un tiempo éramos los cinco nacionalistas, cinco hermanos puertorriqueños y hoy son cinco hermanos cubanos. Cuba luchó mucho por nuestra excarcelación incondicional, porque somos una misma familia; cuando venimos a ver, los cinco cubanos están en prisión por nosotros. También, por los puertorriqueños, por los panameños, por los palestinos, por todo hombre y mujer que está luchando por su dignidad, por su futuro, por su liberación.»
«Ellos nos representan y son almas libres como escribí en un poema, son libres porque hay muchos caminando, no en Cuba, por otros países, por allá, que no son libres. Tienen la conciencia encadenada, por lo tanto cuando se tiene la conciencia libre, eres libre, no importa donde estés; cuando tienes la conciencia encarcelada eres un preso, no importa donde usted esté. Así que yo miro a estos cinco hermanos con el mismo espíritu de aquellos cinco puertorriqueños, con la misma lucha y la misma motivación».
Desde su punto de vista, qué importancia puede tener para el movimiento de liberación en el mundo la causa que defienden estos cinco cubanos?
Ellos no son solo combatientes en defensa de su patria: Cuba. Son combatientes que representan a todos aquellos que estén luchando por la liberación de su país, incluyendo a los EE.UU., donde viven oprimidos muchos de ellos. Por ejemplo, en los EE.UU. hay una colonia interna donde lo anglosajón es lo que domina y controla, pero estos cinco cubanos están representando a los iraquíes, ellos nos están defendiendo del genocidio. En estos momentos, ellos son bandera de lucha, símbolo de resistencia de todo aquel que está en contra de los ataques del imperialismo.
¿Qué le parece el proyecto social cubano?
El pueblo de Cuba para mí es grandioso. Yo he expresado muchas veces la diferencia que hay en caminar por las calles de un pueblo que es libre y caminar por las calles de un pueblo que es colonia. Se nota la diferencia en su andar, en su porte, en su dignidad, en su todo.
Ustedes no saben la diferencia que hay entre Puerto Rico y esto. En Puerto Rico mandan los gringos. Hasta la medicina que tomamos son ellos los que la deciden. Tienen un poder absoluto sobre nuestra vida, medios de comunicación… Ustedes son dueños de ustedes y eso es lo que estamos tratando nosotros: ser dueños de nosotros mismos, no que los gringos nos dicten las leyes, nos dicten todo, nos digan cómo vivir, cómo pensar, todo. Por eso manifiesto que el pueblo colonizado no sabe lo que se está perdiendo. Por eso yo me siento bien, bien cómodo aquí, en este pueblo. Y dije hace poco que tan dispuesto estoy a dar mi vida por la Revolución cubana que por mi propia patria, porque ambas patrias son una.
¿Cómo valora el apoyo que le ha ofrecido el pueblo de Cuba a la causa de los cinco?
El apoyo que se merecen. Yo estuve en Venezuela y allá estaba Alarcón con sus familiares haciendo una batalla por los cinco. El pueblo cubano es digno de esos Cinco Héroes, lo está demostrando, como ellos Cinco son dignos también de un pueblo como este. Yo estoy con ustedes porque estoy con mi propio pueblo.