El politólogo argentino Atilio Borón subrayó ayer que el recién fallecido intelectual e historiador cubano Eusebio Leal sobrevivirá en esa obra maravillosa que legó, al tiempo que lo calificó como un auténtico hombre del renacimiento.
‘Hoy pierdo a un gran amigo, Cuba y América Latina pierden a uno de sus hijos más extraordinarios, porque Eusebio dejó un patrimonio que le trasciende. Nos glorifica a todos, como región, haber tenido la honra que en nuestra tierra y en Cuba hubiera nacido un verdadero hombre del renacimiento’, sostuvo Borón en diálogo con Prensa Latina.
Consternado por la partida física del Historiador de La Habana, el académico argentino envió su abrazo al pueblo y gobierno de Cuba y resaltó que Eusebio Leal fue una de las grandes figuras intelectuales de nuestra América, con la habilidad poco común de hacer que las cosas ocurrieran.
A él, dijo, le debemos el proceso de recuperación de La Habana, que se convirtió en Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco debido al esfuerzo extraordinario y a la imaginación de este auténtico hombre del Renacimiento.
Borón hizo énfásis en esa cualidad distintiva de Leal para ahondar en el arte, en literatura, urbanismo, arquitectura, antropología, en filosofía, con una formación extraordinaria y una capacidad inusual de comunicación.
Era un orador extraordinario, persuasivo; cada palabra que salía de su boca tenía un sentido, no había una demás, cada una de las frases tenía un contenido profundo que se hilvanaba perfectamente con las demás, jamás perdía el hilo, dijo.
Tras destacar esa capacidad de seducción a través de la palabra que reflejaba una inteligencia poco común y un gran acervo cultural en Leal, Borón señaló que Cuba y toda América Latina despide hoy a uno de sus hijos más extraordinarios.
Confiaba que una vez que pasara esta desgracia de la pandemia en mi próximo viaje a Cuba podía ir a alcanzarle un abrazo porque eramos muy amigos, siempre tuvo una actitud positiva con cualquier iniciativa que hicimos en Cuba como la asamblea de Clacso en el año 2003 y sucesivas reuniones, siempre con su espíritu colaborador, manifestó.