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Expectación e intrigas por visita de Hugo Chávez a Chile

Fuentes: Argenpress

El viernes llegará a Chile el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, para asistir al cambio de mando presidencial programado para el sábado 11 de marzo en la sede del Congreso en Valparaíso. Algunos medios como el diario Siete inventaron que Condoleezza Rice impidió que pudiera utilizar el hotel Hyatt, pero el embajador Víctor Eloy […]

El viernes llegará a Chile el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, para asistir al cambio de mando presidencial programado para el sábado 11 de marzo en la sede del Congreso en Valparaíso. Algunos medios como el diario Siete inventaron que Condoleezza Rice impidió que pudiera utilizar el hotel Hyatt, pero el embajador Víctor Eloy Delgado Monsalve aclaró que los hoteles de los jefes de estado y dignatarios visitantes los sugiere la Cancillería chilena y jamás se consideró ese hotel para alojar al mandatario venezolano y su comitiva. El presidente Chávez se reunirá el viernes con su colega Ricardo Lagos, en retribución de su visita a Caracas de abril de 2005, y esa misma tarde sostendrá un encuentro con Michelle Bachelet.

«Vemos con mucha simpatía la llegada a la presidencia de una mujer socialista, con antecedentes de lucha y con un padre, el general de aviación Alberto Bachelet, vilmente asesinado por la dictadura por haber estado a cargo de la distribución de alimentos al pueblo», dijo Delgado. El diplomático añadió que por coincidencia el ministerio de Alimentación de su país está a cargo del general de Ejército Rafael José Oropeza y graficó la importancia de la tarea con esta sentencia: «Cuando el hambre entra por la puerta, el apoyo sale por la ventana».

Venezuela tiene optimismo en fortalecer aún más sus relaciones con Chile durante los cuatro años de administración Bachelet que coincidirán con un nuevo período de seis años de Chávez, dando por hecho que será reelegido en diciembre próximo [Chávez fue elegido en 1998 y asumió la presidencia en 1999]. «Celebramos la decisión soberana del 54% que decidió el destino de este país para los próximos cuatro años en manos de la presidenta electa Michelle Bachelet», dijo Delgado.

En agosto de 2005, y siendo candidata, Bachelet recibió a Alejandro Pla, dirigente de Súmate, la organización electoral venezolana financiada por EEUU, pero el embajador Delgado le restó importancia al episodio porque «en los debates electorales surgió siempre el tema Venezuela y la candidata electa se manejó con mucha altura, con mucho nivel e insistió en que el gobierno de Chávez fue elegido por la mayoría de los venezolanos y deben respetarse sus decisiones». El embajador piensa que la candidata fue sorprendida por quienes armaron la entrevista con Pla porque «no modificó su posición de respeto a un gobierno democrático, elegido por el pueblo y que no es un factor de perturbación en América Latina».

Falsa noticia de desalojo del Hotel Hyatt

Además de Chávez, arribarán a Chile otros 30 jefes de estado y altos dignatarios de todo el mundo, desde el heredero de la corona hispana Felipe de Borbón a la ministra de RREE de EEUU, Condoleezza Rice, y el mandatario de Bolivia, Evo Morales. Confirmaron su asistencia los presidentes de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay y el presidente electo de Haití, René Préval. También llegarán delegaciones de Polonia y Portugal y una legión de cancilleres, ministros, parlamentarios, invitados especiales y embajadores.

El diario Siete y otros medios chilenos inventaron este martes que Condoleezza Rice había «desalojado» a Chávez del Hotel Hyatt, exigiendo que la empresa cancelara las reservaciones supuestamente efectuadas por la Embajada, dejando sin alojamiento al presidente y a su comitiva que incluye a cuatro ministros. Pero la «noticia» resultó absolutamente falsa, quizás para crear animosidad en torno al visitante. El embajador Delgado se mostró desconcertado por el infundio periodístico del diario «de izquierda» de Alvaro Saieh, dueño también de La Tercera. Delgado explicó que los hoteles fueron sugeridos a los visitantes por la Cancillería chilena y al presidente Chávez le asignaron uno distinto al Hyatt.

La presencia de Evo Morales también concita interés periodístico. Y prácticamente todo el espectro político siguió a La Tercera en la especie de un supuesto «malestar» del gobierno por un acto de bienvenida organizado por sus simpatizantes chilenos en el Estadio Nacional. El presidente de Bolivia se propone abrir conversaciones sobre la salida al mar simultáneamente con la normalización de las relaciones entre ambos países, suspendidas desde 1978, cuando gobernaban los dictadores Hugo Banzer y Augusto Pinochet.

La breve visita de dos días de Chávez se producirá en un momento óptimo en las relaciones políticas y económicas entre ambos estados, después del período de tensión vivido hace dos años, originado precisamente porque Chávez insistió en el apoyo histórico de Venezuela a la reivindicación marítima de Bolivia, una política que han sustentado todos los gobiernos de ese país.

En esta nueva etapa de las relaciones, Ricardo Lagos enfrentó con bastante firmeza las intrigas de EEUU para impulsar un «eje anti-chavista sudamericano» anunciado por Condoleezza Rice para detener el «peligro» y la «intromisión» continental del líder venezolano. El presidente chileno le recomendó a Washington que deje de demonizar al jefe de estado venezolano.

Lagos exhibe una nueva impronta justo cuando termina su mandato presidencial, en notorio contraste con la postura de otros líderes de la Concertación, como el jefe del partido Socialista, Ricardo Núñez, también a cargo de la comisión de relaciones exteriores del Senado. Núñez hizo notar a la prensa su «preocupación» por un posible acto público de simpatizantes de Chávez, pero la embajada de Venezuela aclaró que la agenda del visitante no contempla tal actividad.

En rigor, y esto no lo dijo la Embajada de Venezuela, Chile es un país libre donde cualquier visitante tiene pleno derecho a reunirse con quien le venga en gana, sin requerir aprobación de personajes como Núñez. En todo caso, al senador se le considera «amigo» de Venezuela, en un país donde existen posturas más retrógradas entre los partidos que administran la herencia política de Pinochet.

«El presidente Chávez tiene una cierta visión de las cosas, pero eso no significa que sea una fuerza desestabilizadora en América Latina», dijo Lagos en diversas tribunas, incluida una entrevista en el dominical de La Tercera. «Que se elija a Evo Morales [en Bolivia] no es producto de Chávez, sino de un pueblo boliviano que quiere modificaciones profundas a su statu quo», agregó el presidente chileno. El Mercurio dominical registró, por su parte, que el 2 de marzo Lagos dijo: «Es un error demonizar a Hugo Chávez (…) Hugo es una fuerza desatada de la naturaleza, es un hombre de gran carisma».

Chávez reconoció el gesto de Lagos asegurando que es un «buen amigo que no cayó en las presiones del imperio norteamericano a pesar de algunos momentos de dificultades». Lagos también dijo que la mayor deuda de su gobierno en política exterior es no haber podido avanzar más con Bolivia. «Si me preguntan cuál es el debe más importante en política exterior, yo diría que no avanzamos lo suficiente con Bolivia», declaró en La Tercera. El mandatario chileno probablemente asuma la presidencia del Club de Madrid, organización de ex presidentes -con ganas de repetir- encabezada por el brasileño Fernando Enrique Cardoso «cuyo principal objetivo es contribuir al reforzamiento de la democracia en el mundo», según declara su página web.

Superávit comercial chileno

El intercambio comercial Chile-Venezuela creció de 350 millones en 2004 a 500 millones en 2005, indicó el embajador Delgado. En 2005 hubo un superávit de 222 millones de dólares a favor de Chile, que vende más de lo que compra (358,4 millones en exportaciones contra 135,8 millones de compras en Venezuela). Las ventas chilenas incluyen cobre (12,2%), camionetas (7%), servicios (3,7%), vinos (1,6%) y productos como celulosa (2,4%) y pasas (1,4%), según informó la oficina comercial de la Embajada de Venezuela.

Chile compra urea (36,7%), amoníaco (16,5%) y lubricantes (14,3%), entre otros renglones industriales, pero no adquiere petróleo venezolano y tampoco exhibe interés en el proyecto del gasoducto que animan Chávez, Lula da Silva y Néstor Kirchner. Más bien acaba de cerrar negocio con la British Gas para construir una planta en Quinteros que procesara gas licuado traído por barco desde Argelia e Indonesia. La British Gas posee la flota para transporte de gas licuado más grande del planeta.

«No vamos a tener que depender de lo que ocurra con determinados ductos, si cortan o no cortan el gas», expresó Lagos cuando anunció este proyecto a mediados de febrero. Un abastecimiento seguro de gas es el talón de Aquiles del modelo económico chileno que priorizó la generación de energía termo-eléctrica a partir de un acuerdo de suministro de gas argentino suscrito en tiempos de Carlos Menem, pero con resultados inciertos.

Venezuela aspira a que el intercambio recíproco alcance este año a 800 millones de dólares, pero privilegia más el desarrollo de las relaciones humanas. El embajador citó como ejemplo la visita de una delegación de parlamentarios invitados por el partido Socialista de Chile a presenciar la segunda vuelta de la elección presidencial en enero. Viajaron legisladores del Movimiento V República, Podemos, Patria para Todos y del partido Comunista. «Esto tuvo una connotación muy especial», dijo Delgado.

Chile podría invertir 350 millones de dólares para extraer petróleo pesado del Orinoco, en una eventual asociación de la Empresa Nacional de Petróleo (Enap) con Petróleos de Venezuela (Pdvsa), como lo hacen compañías de Brasil, EEUU, Noruega y China, informó Delgado. Expertos de Enap visitaron el terreno, ahora falta una decisión política. De los 3,2 millones de barriles diarios que produce Venezuela, 600 mil corresponden a petróleo pesado convertido en petróleo liviano. El ofrecimiento venezolano incluye la extracción de gas mar afuera que podría trasladarse a Chile -licuado- por barco.

Venezuela participa en la construcción de una refinería en el norte de Brasil y en la recuperación de otra más antigua en Uruguay, a la vez que construye otras tres en su propio territorio. «El mayor problema energético es la escasez mundial de capacidad de refinación», aseguró el embajador. Delgado piensa que estos trabajos, más el potencial gasífero de Bolivia y las reservas de su país, convertirían a América del Sur en la segunda región energética del mundo.

Amenazas de secuestro de EEUU

La visita de Chávez ocurre cuando su popularidad sigue creciendo en Venezuela. Según un sondeo de la empresa estadounidense North American Opinion Research Inc., difundido el 5 de marzo, el 66% votaría por su reelección el próximo 3 de diciembre. La encuesta indica que los opositores reúnen 13% del electorado, con Julio Borges recibiendo el 4% de los posibles votos de la derecha. Un 21% declaró no saber por quién votar, según esta empresa de Pennsylvania instalada en Venezuela desde 1997, que encuestó a 2.612 personas de todas las regiones y sectores sociales del país entre el 28 de enero y el 5 de febrero, con un margen de error de 2,2%.

En ninguna encuesta se perciben opciones electorales para la oposición, que está amarrada a la política de George Bush y, en la práctica, renunció al proceso electoral para deslegitimar la reelección segura de Chávez y justificar una invasión de EEUU. La amenaza de una «solución tipo Haití/Aristide» no es mera especulación. «Estados Unidos planea una invasión a Venezuela para secuestrarme, pero me tendrán que sacar muerto», advirtió este domingo el presidente Chávez en su programa Aló Presidente. También acusó a Washington de conspirar con el gobernador Manuel Rosales para escindir el territorio del estado Zulia, uno de los más ricos en petróleo y más conocido por su ciudad capital, Maracaibo. «Si el gobernador Manuel Rosales se vuelve loco y declara autonomía en el Zulia, tenemos que ir a sacarlo preso; a Venezuela no la parte nadie: está unida y cada día más unida», aseguró Chávez.

El embajador Delgado, quien presentó sus cartas credenciales en 2003 pero a los dos meses tuvo que regresar a Venezuela por un impasse diplomático, siente que contribuyó a reconstruir esas relaciones a partir de una situación francamente mala. Hoy piensa que Chile podría tener un rol más protagónico en la recientemente creada Comunidad Sudamericana. Asimismo piensa que la visita de Lagos a Bolivia, con motivo de la asunción de Evo Morales, abrió la puerta para que ambos países discutan sus problemas pendientes.

Señaló que Chile, «miembro asociado del Mercusor, y ojalá pudiera ser miembro pleno», es «un país admirado por su estabilidad política y tiene que ser un actor importante de la comunidad sudamericana». Añadió que «en este proyecto de hacer una nación poderosa no puede estar ausente Chile; por eso, soy optimista: se está creando un ambiente que facilita el diálogo; tomará tiempo, habrá dificultades, pero está comenzando un gobierno en Chile, otro en Bolivia y habrá uno nuevo en Perú. El candado [de la mediterraneidad de Bolivia] lo tiene Chile y la llave la tiene Perú, por los tratados internacionales».

«Halcones» devorando «palomas»

El embajador Delgado sostiene que la CIA elaboró una «matriz de opinión» contra Chávez para implantarla en los medios de comunicación que influyen a la opinión pública latinoamericana:

1 Chávez apoya a grupos terroristas de la región

2 Chávez es un factor perturbador en América Latina

3 Chávez no tiene legitimidad

Dijo que las variables de la matriz tropezaron con los múltiples acuerdos energéticos suscritos por Venezuela con Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Colombia y Mercosur. Destacó también la superación del conato de conflicto de su país con Colombia, la presencia regional de PetroCaribe y la posibilidad del gasoducto sudamericano de PetroAmérica, cuya primera etapa -ya en construcción- unirá al puerto venezolano de aguas profundas de Paria con Manaos, en la amazonía brasilera. «Bueno, todo esto ha sido más que suficiente para neutralizar la campaña organizada por la CIA y donde los lacayos tipo Alejandro Pla tienen que cumplir su trabajo: para eso les pagan», dijo.

En la campaña anti-Chávez de EEUU se observa cómo el Pentágono adquiere cada vez más protagonismo en la conducción de la política exterior de Washington, dejando en segundo plano al departamento de Estado. El portavoz más activo de la política exterior regional no es Thomas Shannon, el subsecretario de Estado adjunto para América Latina -quien raramente abre la boca-, sino el agresivo John Dimitri Negroponte, que posee un historial negro como violador de derechos humanos en Centro América.

Autor de feroces ataques contra Venezuela, Negroponte no pertenece al departamento de Estado sino más bien responde al Pentágono y a su jefe, Donald Rumsfeld. Adquirió un protagonismo mayor desde que Bush lo ungió súper-zar de la red de servicios de inteligencia que incluye nuevas agencias de espionaje doméstico y oficinas de propaganda política interna y externa para el control de la prensa.

En ese esquema, la «paloma» Condoleezza Rice perdería su puesto si se queda a la zaga. Una tesis de Rumsfeld, por ejemplo, es que Bolivia simplemente cometió un error al elegir a un hombre como Morales… y no a un miembro de la elite. Y ya este lunes se supo que el Pentágono le retiró su asistencia antidroga al Ejército boliviano, cuantificada en unos 300 mil dólares anuales.

Para recuperar sus propios espacios, Rice repite sin cesar que Chávez es el peor problema de Estados Unidos en la región y que junto a Fidel Castro y Evo Morales integra «el eje del mal» en América Latina. Ningún moderado puede tener cabida en la dictadura extremista de Bush, cuyos halcones destriparon a todas las palomas.

Control del Pentágono

El vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, llamó la atención sobre el desplazamiento observado en la conducción de la política exterior de EEUU para América Latina desde el departamento de Estado al Pentágono y sus organismos de inteligencia. El rol de Condoleezza Rice cada vez aparece más débil.

Según Rangel, se trata de un «hecho que, aparte de demostrar un evidente desplazamiento, refleja una victoria para los halcones en la política norteamericana, un endurecimiento de las posiciones belicistas que repercute, incluso, internamente en los EEUU».

«Es ésa una política con signo fascista que está avanzando en Norteamérica y contra ella se están manifestando altas personalidades de la política, del sector intelectual, organizaciones religiosas, comunidades organizadas, sindicatos y artistas, ya que se observan serias limitaciones a los derechos civiles y a las libertades democráticas. Hay un renacer del macartysmo con la excusa ahora de la lucha contra el terrorismo», añadió Rangel.

Rangel hizo notar que el decomiso de drogas en Venezuela se incrementó en 40% desde que se fue la DEA. Dijo que el narcotráfico reside en EEUU, no en América Latina, y que, además, altos personeros del gobierno de Bush están vinculados al negocio. «Desde el punto de vista práctico, han fracasado estrepitosamente en materia de lucha contra el narcotráfico y actualmente lo utilizan como bandera política, no obstante que los narcotraficantes están en Estados Unidos», dijo.