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Eyzaguirre Ministro de «Educación»

Fuentes: Rebelión

Seamos francos, el programa de Michelle Bachelet sobre educación es sólo un volador de luces. Una nebulosa que además esconde un estilete bajo el poncho del nuevo ministro. Gatopardismo y maquiavelismo unidos jamás serán vencidos, parece ser el lema. Para llevar a cabo sus planteamientos -más que propuestas concretas, por cierto- en su programa de […]

Seamos francos, el programa de Michelle Bachelet sobre educación es sólo un volador de luces. Una nebulosa que además esconde un estilete bajo el poncho del nuevo ministro. Gatopardismo y maquiavelismo unidos jamás serán vencidos, parece ser el lema. Para llevar a cabo sus planteamientos -más que propuestas concretas, por cierto- en su programa de gobierno, la presidenta nombró como ministro de Educación a Nicolás Eyzaguirre, ex ministro de Hacienda del gobierno neoliberal de Ricardo Lagos Escobar, cargo desde el cual impulsó el CAE (Crédito con Aval del Estado) para los estudiantes y que todos sabemos sus nefastas consecuencias; ex presidente del directorio de Canal 13, controlado por el empresario neoliberal Andrónico Luksic; ex asesor y consultor del Fondo Monetario Internacional entre 1983 y 1984; es decir, mientras en Chile quemaban las papas. Al FMI regresó en 2008. En política es un ex Democracia Cristiana, ex Izquierda Cristiana y ex comunista; o sea, un converso en el peor sentido de la palabra. Postura que, obviamente, lo ha enriquecido económicamente gracias a sus suculentos sueldos financiados por la explotación de los trabajadores a los cuales exprime el sistema neoliberal que él defiende con pasión. ¡Era que no!

La visión económica e ideológica de Eyzaguirre, acerca de la educación y la sociedad, es absolutamente opuesta a la del movimiento estudiantil y sus dirigentes, lo que evidentemente traerá problemas desde el inicio del gobierno de Bachelet, a menos que los estudiantes se dejen desmovilizar tal cual logró desmovilizarlos el ex ministro Bulnes en el período anterior. Los medios de comunicación neoliberales, encabezados por El Mercurio, La Tercera y la televisión, han celebrado ladinamente el nombramiento de Eyzaguirre e incluso el Partido Comunista se muestra sonriente de que haya un ministro de educación que alguna vez cantó la canción «El cautivo de Til-Til» con el puño en alto. La misión de Eyzaguirre es llevar a cabo el no-programa de Bachelet en educación contra viento y marea. La pregunta es porqué la presidenta escogió a este personaje para tal cargo. ¿Pensará Bachelet que al poner en el ministerio de Educación a un ex comunista, que además se las da choro, progre y juvenil, podrá engatusar a los estudiantes tal como engatusó a los Pingüinos el 2006? Yo creo que verdaderamente así lo piensa la presidenta.

Ahora, fíjense en los movimientos de Eyzaguirre y en los nombres de los colaboradores o asesores que nombró, y no olvidemos que también tendrá la ayuda del PC y sus diputados como apoyo para sus maniobras. El ministro nombró como asesores a Rodrigo Rocco, ex presidente comunista de la FECH y a Miguel Crispi, ex coordinador de Revolución Democrática, conglomerado al que pertenece el ex dirigente estudiantil Giorgio Jackson, hoy diputado. ¿Por qué si quería mostrarse amplio y realmente le interesan los cambios estructurales de fondo el ministro no nombró como asesor a algún dirigente del Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR) o algún militante libertario? Esa si que sería una señal potente de que no habrá engaño nuevamente. Pero no seamos ingenuos, lo que busca Eyzaguirre con estos nombramientos es intentar blindarse ante el movimiento estudiantil. En todo caso, de Rodrigo Rocco tengo la mejor impresión -es una persona correcta-, lo que no significa que comparta que sea asesor de un tipo como Eyzaguirre. Por otro lado, como a este ministro le gusta dárselas de choriflai, nombró en su equipo directo a Paulina Araneda, socia de Claudia Peirano en ATE «Grupo Educativo». ¿Para qué? ¿Para tantear como viene la mano? Nadie ha reclamado por Paulina Aravena, que también debería renunciar. Entonces vendría bien la mano.

Para que haya una verdadera reforma educacional, debe existir una nueva Constitución nacida de una asamblea constituyente, sin eso no habrá nada. Sólo excusas anti dialécticas; es decir, chanchullos, maquillajes, farandulismo. La AC es lo primero. No se puede poner la carreta delante de los bueyes. Finalmente, dos preguntas ¿Qué pasa con los contenidos en la educación? ¿Qué pasa con la educación impartida en las escuelas militares?

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