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A 50 años del golpe de Estado

Familiares de ejecutados políticos por la dictadura rechazan a Patricio Fernández Chadwick como encargado de Boric para conmemorar golpe de Estado

Fuentes: Rebelión

Es una muy mala señal que Patricio Fernández Chadwick no condene el golpe de Estado y relativice ese acto fundacional de la criminalidad más brutal desencadenada el mismo 11 de septiembre de 1973. La condena del Golpe Militar y de la dictadura militar a la que dio origen no admiten neutralidad ni vacilaciones.

La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, ante las palabras o los silencios del encargado por el presidente Boric de los actos conmemorativos del Golpe Militar, han provocado una profunda decepción y una sentimiento de impunidad, en los familiares de víctimas y a la víctimas, que aún no tienen justicia en los crímenes sufrido por 17 años, el Señor Fernández de manera muy evidente ha eludido condenar, como se debe condenar, un acción de fuerza encabezada por los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y el Director General de Carabineros como fue el golpe de Estado que puso fin a la institucionalidad democrática del país el 11 de septiembre de 1973.

La ilegitimidad originaria de la dictadura militar no se puede desconocer ni soslayar, porque una Junta Militar con los civiles cómplices se salió de los cauces constitucionales, configurando un acto de usurpación del poder, para asumir el mando supremo de la nación. Las violaciones de los derechos humanos le otorgaron la ilegitimidad en el ejercicio del poder porque esa Junta Militar instaló una dictadura militar y se puso al servicio del crimen.

Todo ello tiene el mismo punto de partida, el golpe militar dirigido por militares con el apoyo de importantes representantes de la sociedad civil cuyas responsabilidades, hasta el día de hoy, permanecen en la más absoluta impunidad y siguen sosteniendo el andamiaje institucional y económico construido bajo los cimientos de los detenidos desaparecidos, de los ejecutados políticos, de los torturados y de las miles de víctimas de los crímenes de lesa humanidad ejecutados por los agentes del Estado como parte de un ataque sistemático y generalizado contra la población civil desde el mismo 11 de septiembre de 1973, arrasando con la institucionalidad democrática y desatando una política criminal de una brutalidad e inhumanidad nunca antes vista. Golpe militar y dictadura militar son expresiones inseparables por su carácter antidemocrático y su vinculación con crímenes de lesa humanidad.

Patricio Fernández Chadwick el encargado de la conmemoración de estos alevosos hechos, no condena el golpe de Estado, restándole valor y desconociendo una simple relación de causa efecto entre el golpe de Estado y las violaciones a los derechos humanos, las que solo son explicables por el golpe militar que contó con el apoyo de civiles financiados por el imperialismo norteamericano, como expresión de un acto de intervencionismo y subordinación a intereses económicos y políticos foráneos.

Es una muy mala señal que Patricio Fernández Chadwick no condene el golpe de Estado y relativice ese acto fundacional de la criminalidad más brutal desencadenada el mismo 11 de septiembre de 1973. La condena del Golpe Militar y de la dictadura militar a la que dio origen no admiten neutralidad ni vacilaciones.

El bombardeo al Palacio de La Moneda, la detención de miles de personas posteriormente ejecutados, hechos desaparecer y torturadas, no se puede escindir del hecho mismo del golpe de Estado, están indisolublemente ligados.

El golpe militar fue el medio para terminar con la democracia e imponer una institucionalidad al servicio de los intereses y privilegios del mismo sector social y económico que hoy reivindica como estadista a Pinochet. Repudiamos la mirada que ha quedado al descubierto con el silencio condenatorio del golpe militar del encargado gubernamental de conmemorar los 50 años del Golpe de Estado, el nunca más no tiene significado si no se condena el golpe militar y la secuela de hechos criminales que se desarrollaron durante los 17 años de dictadura, separar las crímenes de lesa humanidad del golpe de Estado es relativizar hechos que constituyen un agravio a la democracia, a la vida, la libertad y la dignidad humana. No solo es una posición ética y moralmente repudiable, es una actitud jurídicamente reprochable porque se pone al margen del derecho internacional de los derechos humanos, porque su respeto, promoción y defensa constituyen un límite al ejercicio de la soberanía y Patricio Fernández Chadwick compromete al Estado de Chile porque con sus declaraciones se pone al margen de los
derechos humanos.

Por la Verdad, Justicia, Memoria y Garantías de no Repetición

Agrupación de Familiares de Ejecutadas y Ejecutados Políticos