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Fernández León y Hurtado Vicuña, los amos del negocio inmobiliario

Fuentes: Rebelión

El mundo financiero chileno de hoy cabe en un pañuelo. Casi todos se conocen entre sí, juntos hacen negocios e incluso establecen vínculos de parentesco. Son una gran familia. Por eso varios grupos económicos están siendo observados por los fiscales que investigan el caso Penta y sus aristas, incluida la de SQM y su controlador, […]

El mundo financiero chileno de hoy cabe en un pañuelo. Casi todos se conocen entre sí, juntos hacen negocios e incluso establecen vínculos de parentesco. Son una gran familia. Por eso varios grupos económicos están siendo observados por los fiscales que investigan el caso Penta y sus aristas, incluida la de SQM y su controlador, Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet.

Dos de esos grupos son los conocidos como Hurtado Vicuña y Fernández León. El primero lo integran los hermanos Juan José, Pedro José, José Ignacio, José Nicolás, María Mercedes y María Victoria Hurtado Vicuña. Todos los hombres se llaman José porque su madre, María Gabriela Vicuña Larraín, era devota del santo. El padre, Ignacio Hurtado Echenique, en tanto, era primo hermano de San Alberto Hurtado Cruchaga.

Los seis hermanos se casaron muy bien. Juan, con Sara Cruzat Larraín; Pedro, con Constanza Burr Fabres; Ignacio, con Isabel Méndez Ross; Nicolás, con Ximena Cruzat Amunátegui; Mercedes, con Ricardo Rivadeneira Monreal y Victoria, con Carlos Larraín Peña. En total tuvieron 37 hijos y una impresionante progenie de nietos.

El conglomerado Hurtado Vicuña controla, entre otras empresas, Entel, Pucobre, Almendral y Pacífico V Región, que en conjunto representan cerca de seis mil millones de dólares. También dirige el holding Consorcio, que administra activos por otros cinco mil millones de dólares. A ello se suma el proyecto inmobiliario Praderas, una ciudad que está naciendo en la zona poniente de Santiago. Costará unos dos mil millones de dólares y los Hurtado la construyen con su viejo amigo y socio Manuel Cruzat Infante.

 

CABEZA DEL GRUPO

Juan Hurtado ha sido la cabeza del grupo. Estudió en el Saint George y luego ingeniería civil en la Universidad de Chile. Ingresó al Ministerio de Economía en los primeros años de la dictadura militar. Fue él quien presentó ante Sergio de Castro, ministro de Hacienda en 1975, a uno de sus mejores amigos y compañero de curso en la Facultad, que venía recién llegando de Estados Unidos: Hernán Büchi Buc.

Una de las primeras tareas que cumplió Juan Hurtado para el régimen militar fue un estudio financiero de las empresas en poder de Corfo que se iban a privatizar. En esa labor conoció a Julio Ponce Lerou, quien años después lo invitaría a incorporarse al directorio de Soquimich.

A fines de los 70, Juan Hurtado se integró como socio de Manuel Cruzat, en Forestal S.A. Entró con 200 mil dólares y poco después vendió su parte -cerca de un 10 por ciento- en cuatro millones de dólares, justo antes de la crisis de los 80 que cambió el mapa empresarial chileno. Ese fue el punto de partida de los Hurtado Vicuña en su carrera a las grandes ligas de las finanzas criollas. Partieron desarrollando un puñado de empresas: Pesquera Quellón, Inmobiliaria Los Pajaritos, Refractarios Lota Green, Compañía Nacional de Cueros, Alitec, Proyectos e Inversiones Longovilo S.A. y Muebles Andes, entre otras.

En 1989, Eduardo Fernández León tomó el control de Chilquinta -Chilectra Quinta Región- e invitó a participar a los hermanos Hurtado Vicuña, a los Lecaros Menéndez y a los uruguayos Gianolli Gainza. En los años siguientes la eléctrica extendió sus negocios al Perú y Argentina.

 

A LA SOMBRA DE LA DICTADURA

Paralelamente, los dos conglomerados Fernández y Hurtado empezaron a comprar acciones de Copec, Entel y Pucobre. En diciembre de 1996, Juan Hurtado adquirió en 200 millones de dólares el 57% de Cruz Blanca Previsión y Seguros, el patrimonio más valioso que aún mantenía el conglomerado Cruzat Larraín, y puso en la presidencia del directorio a Hernán Büchi. Más tarde, en otras de sus empresas haría lo mismo con Richard y Marcos Büchi, hermanos del ex ministro de Hacienda de Pinochet.

Los Hurtado y sus socios vendieron en 1999 Chilquinta y su parte de Entel en 1.300 millones de dólares. Por Chilquinta recibieron 16 veces lo que habían invertido; por Entel, la italiana Telecom les pagó 12 mil pesos por acción, que un año antes estaban a 900 pesos.

A mediados de 1997 adquirieron el 50% del Consorcio Nacional de Seguros Vida, al Bankers Trust, en 218 millones de dólares. Un año después compraron el otro 50 % en 153 millones de dólares.

Así, los Hurtado Vicuña se quedaron con el 50% del ahora Consorcio Financiero, Fernández León con el 25% y José Antonio Garcés con otro 25%. El paso siguiente fue llamar a Juan Bilbao y Patricio Parodi, quienes habían manejado el Consorcio para el Bankers, y ponerlos al frente de su conducción. También convocaron a Marcos Büchi a la gerencia general del Consorcio Nacional de Seguros.

En enero de 2005, Juan Hurtado y sus socios recuperaron el control de Entel, la segunda operadora de telecomunicaciones del país, en ese momento con más de 3,5 millones de clientes. A través de la sociedad de inversiones Almendral, pagaron 934 millones de dólares a la italiana Telecom.

Los seis hermanos Hurtado Vicuña tienen igual participación en la sociedad de inversiones Huildad, mediante la cual realizan gran parte de sus negocios y controlan Almendral, con un 10,64% de la propiedad, seguidos por Fernández León, con el 9,53% a través de Inversiones Teval.

Los cuatro varones Hurtado se han especializado en ámbitos distintos: Ignacio es el más vinculado a Entel después de Juan Hurtado; Pedro se ha concentrado en las inversiones agrícolas y acuícolas, dirige el haras Paso Nevado, la curtiembre Cueros Conac y la salmonera Pacific Star, en la Décima Región; Nicolás está a cargo de la Fundación Oftalmológica Los Andes, de la constructora Ignacio Hurtado y ha adquirido prestigio como constructor de canchas de golf.

Las últimas aventuras de los Hurtado Vicuña son la adquisición de la Universidad Santo Tomás, el ingreso al mercado del cemento, al rubro viñatero y al negocio inmobiliario, a través de la construcción de pequeñas ciudades en la zona poniente de Santiago, proyectos que desarrollan junto a Manuel Cruzat. Uno de ellos -denominado Praderas- pretende construir 30 mil viviendas para 120 mil habitantes.

Los Hurtado Vicuña tienen en su familia, además, a dos ex presidentes de Renovación Nacional: Ricardo Rivadeneira, fallecido, y Carlos Larraín Peña. Uno de los ocho hijos del primero, Ignacio Rivadeneira Hurtado, fue jefe de contenidos y principal consejero del ex presidente Sebastián Piñera.

 

«EL NEGRO» FERNANDEZ

A Eduardo Fernández León, a los 77 años, sus amigos siguen llamándolo «El Negro». Hijo de Luis Alberto Fernández Larraín, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura a comienzos de la década del 70, es sobrino de Sergio Fernández Larraín, ex senador del Partido Conservador y coautor de la Ley de Defensa de la Democracia, que proscribió a los comunistas en la década del 50.

Los Fernández León son ocho hermanos, tan bien casados como los Hurtado Vicuña. Luis Alberto, con Eliana Riesco Zañartu; Sonia, con Luis Eugenio Valdivieso Errázuriz; Antonio, con Paulina Correa Campos; Loreto, con Gonzalo Barros Amunategui; Eduardo, con Valerie Mac Auliffe Granello; Arturo, con María Magdalena Silva Valdés y, María del Pilar, con Hernán Eyzaguirre Sánchez.

El padre de los Fernández León explotaba los fundos San Diego, en Puangue; La Leonera, en Graneros y Las Brisas, en Llolleo, con un total cercano a cinco mil hectáreas. En los años 60 vendió unos terrenos y en parte de pago recibió 30 hectáreas frente a la Clínica Alemana, en Vitacura. Ese fue el comienzo del grupo económico que maneja Eduardo Fernández León. El fundo de Llolleo, adquirido por el padre en los años 30 y heredado a sus hijos, se transformó a comienzos de la década de 1990 en Las Brisas de Santo Domingo, principal proyecto inmobiliario de segunda vivienda en Chile durante 1993 y 1994.

Eduardo Fernández León posee paquetes accionarios en Entel (5,12%), Banmédica (28,5%) y Pucobre (24,8%), valorados en cerca de mil millones de dólares. Participa también en Consorcio y en Desarrollos Inmobiliarios FFV, el rubro que más le gusta y donde se transformó en el principal gestor del actual barrio El Golf, poblado de grandes edificios que ha levantado con el arquitecto Borja Huidobro, cercano amigo del ex presidente Ricardo Lagos.

Fernández León es hombre de hablar campechano, miembro del Opus Dei y colaborador de los Legionarios de Cristo. Casi siempre hace negocios con los mismos socios: Juan Hurtado Vicuña, José Antonio Garcés, los hermanos Izquierdo Menéndez, la familia uruguaya Gianoli y los Matte, con quienes comparte propiedad en Entel. Sus dos hijos, Eduardo, de 42 años, y Tomás, de 41, trabajan con él.

Sabe al dedillo cuántas casas se han vendido en Las Brisas de Santo Domingo o en Las Brisas de Chicureo, o en Argentina -en los condominios Ayres de Pilar, Ayres de Villa, Ayres Norte y San Sebastián, que posee a través de su holding FFV-.

El barrio El Golf lleva su sello con los edificios en Presidente Riesco, diseñados por el arquitecto Borja Huidobro, dos frente a la Iglesia Nuestra Señora de los Angeles, uno de los cuales compró Anacleto Angelini. Levantó también los edificios de Banmédica y los del grupo Matte, en Apoquindo.

 

VINCULOS CON EL GRUPO PENTA

Y AGUSTIN EDWARDS

Eduardo Fernández León estudió en el Colegio San Ignacio de Alonso Ovalle e ingeniería comercial en la Universidad Católica. En ambos lugares fue compañero y amigo de Manuel Cruzat Infante.

En 1999, los Fernández y los Hurtado se unieron al grupo Penta, fusionando las matrices de Banmédica y Vida Tres y acumulando el 25% de los servicios de salud privados. Con ellos también se aliaron para conseguir el control del Banco de Chile y llevar adelante el proyecto inmobiliario Las Brisas de Chicureo.

Durante muchos años su mano derecha en los negocios fue Gonzalo Ibáñez Langlois, hermano del sacerdote José Miguel, destacada figura del Opus Dei. En 1976 entró al grupo Cruzat, como gerente general de CCU. Allí trabajo con Jonny Kulka, más tarde gerente general de El Mercurio , y con Arturo Mackenna, luego gerente general de la CMPC.

A comienzos de 2000, Fernández León se asoció con Agustín Edwards para construir el condominio Santa María Polo Golf, a un costado de la iglesia San Francisco de Sales, en Vitacura, que consta de nueve edificios con departamentos que costaban entre 300 y 500 millones de pesos. Las torres se alzan en plena Avenida Santa María. Sus balcones miran al cerro Manquehue y al Club de Polo y Golf San Cristóbal.

En junio de 2007, Fernández León contrató a Rodrigo Pérez Mackenna como asesor financiero. Dos años después, el ejecutivo fue designado ministro de la Vivienda del gobierno de Piñera.

En 2008 las familias Hurtado y Fernández se asociaron para el megaproyecto Alto Lampa, que contempla la construcción de 7.900 viviendas. Con un plazo de ejecución de 10 a 15 años y una inversión de 350 millones de dólares, albergará 31.600 habitantes.

En 2011, construyó seis nuevos edificios en Apoquindo, entre las calles Alcántara y Rosario Norte, que sumaron otros 146 mil metros de oficinas con una inversión de 130 millones de dólares. Tres de ellos, de 22 pisos cada uno, se levantaron en los terrenos de la ex Scuola Italiana.

En noviembre de 2014, ante los problemas que afectaban a Leonidas Vial y a la corredora LarraínVial, multados por la Superintendencia de Valores y Seguros (ver PF N° 823), los Hurtado Vicuña y Fernández León acordaron respaldar desde Consorcio a su viejo socio y amigo y salir «al rescate» de la corredora. Fernández León y Vial son socios desde 1996, cuando concurrieron a la creación de la inmobiliaria FFV. Los Hurtado, en tanto, desde siempre han sido cercanos a Vial: comparten actividades en el ámbito financiero y también vínculos familiares y sociales.

El último gran desafío de Eduardo Fernández es el Parque Tricao, cerca de Las Brisas de Santo Domingo: en 600 hectáreas pretende construir un hotel de cinco estrellas, rodeado de escuelas de surf, skate, slackline; clases de pesca, caballos, kayaks, escalada, canopy y paintball, entre otros. Este año ese lugar será sede del Mundial de Enduro. Vecino al parque, con una inversión de 550 millones de dólares, el proyecto Bahía Tricao, asentado en otras 300 hectáreas, incluye en su plan maestro la puesta en marcha de cinco mil viviendas, entre departamentos y sitios, con cancha de golf de 18 hoyos y dos lagunas al estilo de la existente en San Alfonso del Mar, en Algarrobo: una a nivel de la playa, de siete hectáreas, y otra aledaña a los futuros edificios, de 12,5 hectáreas, el equivalente a unas nueve mil piscinas familiares. Todo al más puro estilo ABC1 chileno

Publicado en «Punto Final», edición Nº 824, 20 de marzo, 2015

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