Aumenta sin cesar el número de los misioneros de los mensajes divinos y de los poseedores de la verdad absoluta para burlarse del siglo de las ciencias y de los focos. El último en llegar, Geert Wilders, diputado holandés de extrema derecha, del pelo teñido ultra rubio y creador de «Fitna» (tentación al mal), una […]
Aumenta sin cesar el número de los misioneros de los mensajes divinos y de los poseedores de la verdad absoluta para burlarse del siglo de las ciencias y de los focos. El último en llegar, Geert Wilders, diputado holandés de extrema derecha, del pelo teñido ultra rubio y creador de «Fitna» (tentación al mal), una amalgama de imágenes y sonidos para, según él, «impulsar una critica sobre el Islam entre sus fieles». Si afirmar que «el Corán es un manual del terrorismo y los musulmanes son fascistas» es una critica constrictiva, ¿en qué queda la manipulación y la demagogia? ¡Identifica impunemente los 1200 millones de personas de 54 países diferentes con pequeños grupos fanáticos y violentos!. ¿Macabra o falsa ignorancia?. ¿Su verdadero objetivo? Fama, convertirse en un mártir viviente de la causa de la Libertad y provocar a grupos intolerantes para luego decir «¿Veis cómo yo tenía razón?»
¿Qué pasaría si los 23 millones de víctimas iraquíes de la sinrazón del «Eje del Bien» hicieran una película sobre el «plan divino» del «cristiano» G. Bush, en destruir sus vidas, con escenas de los horrores de la prisión de Abu Garaib, recitando los versículos de la Biblia que incitan al terror, la violencia, y a la Guerra sacra? ¿O los palestinos reprodujeran los genocidios de Sabra y Shatila, de Jenin o de Gaza, con el sonido de los pasajes del Antiguo Testamento que inducen a la venganza, la matanza de pueblos enteros, sacrificios incluso humanos en nombre de dios?. Ojo por ojo, y todos ciegos. Religión, raza, tierra, ideología al servicio de intereses oscuros de unos cuantos, que se retroalimentan para entretener al resto, y nadan sin mojarse la ropa.
Nunca aprendemos. Fue ayer cuando los nazis -nacidos en el seno de un pueblo culto y civilizado-, consiguieron convertir a los judíos en su chivo expiatorio para destruir la democracia y la libertad.
Es deber también de los líderes del Islam para que tomen la iniciativa en criticar a los fanáticos en su seno y debatan temas hasta ahora tabús. Al fin y al cabo y como afirma el dicho persa «Hacer respetar el santuario es la responsabilidad de su celador».