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Francisco Vidal: vicepresidente de la República de Chile y pinochetista encubierto

Fuentes: Granvalparaiso.cl

A mediados de septiembre, investido de la calidad de Vicepresidente de la República, Francisco Vidal dio una nueva muestra de que a mayor poder, más descriterio y más intensa regresión a su pasado pinochetista, al hacer arrestar al candidato presidencial de la Izquierda, Tomás Hirsch, quien protestaba pacíficamente contra la pretensión de impunidad que el […]

A mediados de septiembre, investido de la calidad de Vicepresidente de la República, Francisco Vidal dio una nueva muestra de que a mayor poder, más descriterio y más intensa regresión a su pasado pinochetista, al hacer arrestar al candidato presidencial de la Izquierda, Tomás Hirsch, quien protestaba pacíficamente contra la pretensión de impunidad que el Gobierno de Lagos impulsa en favor de violadores de derechos humanos bajo la dictadura. Vidal mandó a reprimir a los protestantes y los humilló haciéndolos mojar por el guanaco. ¿Cuándo el PPD se decidirá a expulsar a este pinochetista encubierto? ¡Urge ponerle camisa de fuerza al Ministro!

LA EXPLICACIÓN QUE el Ministro del Interior Francisco Vidal entregó acerca del arresto arbitrario de un grupo de dirigentes sociales y ambientalistas, a las puertas de La Moneda, a mediados de junio, fue semejante a la que podría haber entregado cualquier antecesor suyo durante los tiempos de la dictadura.

Como se sabe, un grupo de manifestantes, entre los cuales figuraba el senador radical, es decir integrante de la alianza oficialista, Nelson Avila, y conocidos dirigentes de organizaciones ambientalistas, se reunieron en las puertas de la casa de Gobierno bajo intensa lluvia, portando, no piedras sino cisnes de juguete, para entregar una carta al Ministro Secretario General de Gobierno en la que protestaban contra la empresa Celco y el trato en exceso deferente que las autoridades le hab dispensado.

Se trataba de personas de figuración pública que llegaban en forma pacífica ante la puertas de La Moneda, que supuestamente fueron abiertas a todos los ciudadanos con el consentimiento del Presidente Ricardo Lagos, en una publicitada medida a comienzos de su sexenio. Sin embargo, en lugar de ser respetados en su derecho a manifestarse de manera pacífica, esta veintena de dirigentes y representantes ciudadanos, entre ellos un senador, fueron rodeados por la fuerza policial y detenidos en forma arbitraria, sin faltar por supuesto los empellones y golpes.

La orden provino directamente del señor Ministro del Interior Francisco Vidal, cuya incontinencia verbal en ese cargo se torna cada vez más manifiesta. Parece que el ex cadete de la Escuela Naval y otrora militante de partidos derechistas en los tiempos de la Unidad Popular, no se ha percatado de que dejó de ser el portavoz oficial de Gobierno y que su locuacidad no es adecuada en el cargo de Ministro del Interior o de Vicepresidente de la República, que le corresponde servir ahora durante los constantes viajes de Ricardo Lagos al exterior.

La explicación que el personero ensayó ante los periodistas fue que el derecho a manifestarse de manera pacífica tenía que ser conjugado con el derecho de los demás ciudadanos a no ser importunados. Vidal no aceptó preguntas después de esta pieza que demuestra su enorme valía intelectual y la profundidad de sus conocimientos y cultura. Pero uno no puede menos que preguntarse, porque no es un yanacona mental, qué daño podían causar esa veintena de dirigentes sociales bajo la lluvia, que no estaban entorpeciendo el tráfico ni el paso de las personas frente al Palacio de la Moneda, con un cisne de juguete en una mano y el paraguas en la otra. ¿Estaban molestando a la lluvia? ¿Estaban molestando el paso del aire, más limpio en Santiago en un día de precipitaciones?

Con el argumento utilizado por el señor Ministro del Interior no va a ser posible manifestación pacífica alguna, porque la autoridad podría determinar que se trata de un acto que provoca alguna incomodidad o molestia a otras personas. ¡Pobres evangélicos que suelen predicar en las calles, causando con sus pequeños altoparlantes o sus imprecaciones alguna incomodidad a los transeúntes o a los vecinos! No, francamente lo que esto quiere decir es que el Gobierno está dispuesto a aplastar cualquier manifestación que le resulte desagradable. Esto significa, simplemente, el retorno a los tiempos del General Pinochet.

PELIGRO DE REGRESIÓN

Hay personas que a medida que ascienden en su carrera política parecen sufrir una regresión intelectual o ideológica. Podría ser el caso del señor Ministro del Interior, que en años mozos profesó una clara simpatía por modelos autoritarios y quien, merced a su exitoso trabajo como operador político al interior de PPD, se siente cada vez más satisfecho y engreído. Pero si este personaje comienza a exhibir, ahora que dispone de mayores cuotas de poder, visos de autoritarismo, el partido que lo ha encumbrado tan alto y que ha dejado de lado a personas con mayor valía intelectual e ideológica para favorecerla, debiera tomar algunos recaudos.

No es posible que la colectividad que quiso ser el icono del pluralismo y de la libertad, esté prestando sustento político a un personaje que da muestra de carecer de valores y de convicciones democráticas y que puede desprestigiar fuertemente al PPD y al gobierno del Presidente Lagos.

Se dirá que estamos exagerando la nota y que probablemente se trata de un simple incidente sin mayor significación, toda vez que los detenidos fueron puestos a las pocas horas en libertad; sin embargo, la prepotencia es siempre repudiable, sea cual fuere la envergadura del acto en que ella se manifieste.

Las huellas digitales de la autoridad quedan marcadas en cada acto que ella define; y cuando se utiliza a Carabineros, que están para proteger la integridad física y los derechos de los ciudadanos, con el objeto de reprimir arbitrariamente a manifestantes pacíficos y respetables, se está delatando el señor Ministro del Interior como un personaje peligroso para la convivencia nacional. En consecuencia, los actos de este personaje deben ser sometidos a permanente escrutinio por los ciudadanos y por su partido, para que no se le vayan los humos a la cabeza y delate, quizás, su verdadera contextura ideológica y mental.

Así pues, este acto de represión a los ambientalistas reviste enorme gravedad y no debiera ser olvidado por quienes profesan valores libertarios y democráticos por los cuales expusieron hasta sus vidas desde los primeros días de la dictadura de Pinochet, conducta que seguramente el Ministro Vidal no podría reivindicar.

Raúl Gutiérrez V. es editor del Granvalparaiso.cl