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Hacia un panorama más amplio de la «crisis andina»

Fuentes: Rebelión

La crisis desatada por el gobierno colombiano está muy lejos de haberse resuelto; probablemente estemos viviendo apenas el desenlace de una maquinación con perfiles geopolíticos múltiples y que involucra a muchos más actores que lo que quisiera hacer parecer un conflicto fronterizo. Los «acuerdos» de la OEA la «salida» de la Cumbre de Río, pura […]

La crisis desatada por el gobierno colombiano está muy lejos de haberse resuelto; probablemente estemos viviendo apenas el desenlace de una maquinación con perfiles geopolíticos múltiples y que involucra a muchos más actores que lo que quisiera hacer parecer un conflicto fronterizo. Los «acuerdos» de la OEA la «salida» de la Cumbre de Río, pura simulación, sólo sirvieron para que los presidentes latinoamericanos vendieran la imagen de que esos foros tienen sentido y utilidad más allá de las fotos, y que los políticos convencionales que supuestamente gobiernan son capaces de alcanzar resultados que la sociedad demanda, estos «magnos eventos» a la larga sentaron las bases para que Estados Unidos saltara a la palestra a mostrar lo que realmente desea como «solución» para la crisis regional. Las declaraciones de Condi Rice, las andanadas del canciller colombiano, las acusaciones en México contra la máxima casa de estudio, La UNAM, desatadas por sectores de la derecha empresarial y política y el silencio cómplice del gobierno, las alevosas implicaciones de que la UNAM cobija «guerrilleros» y «terroristas», que apuntan sin el mas mínimo atisbo de duda razonable posible a la privatización de la educación superior, a la expropiación, en rigor hurto descarado, de la infraestructura y conocimientos acumulados durante décadas en la mejor universidad de habla hispana del mundo para ponerlo al servicio del capital privado (de moral entre otras cosas), el marco de privatización velada que pretende imponer el gobierno con la complicidad del PRI-PAN, el partido de clase de los propietarios en México y sus amos transnacionales; el hecho de que el repliegue de las tropas venezolanas y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia no son vistos con agrado por los sectores más recalcitrantes de América Latina y Estados Unidos. Hay una variedad de factores implicados que deben ser captados en imágenes simultáneas y paralelas para entender la dinámica geopolítica que se ha gestado en la región. Por supuesto, que imponer el Plan Colombia y el Plan Mérida, como avanzada militarista de los frustrados TLC parecerían ser el telón de fondo de la presente crisis. Veamos:

1. Aislar a Venezuela para preparar su invasión.

La Secretaria de Estado de EE. UU. declaró en Brasil, que si se «comprueba» que Venezuela tiene lazos con las FARC -cosa en la que el régimen colombiano insiste tenazmente- EE. UU. «actuará en consecuencia», agregando que «los estados responsables deben garantizar que los terroristas no actúen libremente». Hay dos supuestos muy discutibles de partida en esta declaración: las FARC son terroristas, y el gobierno venezolano la cobija; como la acusación la extiende la «diplomacia» del Estado paranarco al gobierno ecuatoriano el presidente Correa ha elevado el tono de sus protestas involucrando a la dupla gestora de la conspiración contra la paz y la integración en la región: Estados Unidos y Colombia, el Estado esquirol de América Latina.

Por supuesto, que la acuciosa investigación que realiza la inteligencia imperial tiene como fundamento los datos de la súper computadora que presuntamente pertenecía a Reyes y que supuestamente fue hallada en la ilegal incursión del ejército colombiano, así como en la valiosa y muy objetiva información que le «comparten» los paranarcos colombianos. En cuyo caso, no es difícil imaginar cuál será el «resultado» y por lo tanto las «consecuencias» a las que se refería Rice. Una pantomima para que los medios puedan hacer el trabajo de ablandamiento de cerebros y conciencias respecto de un potencial ataque sobre Venezuela y Ecuador. La base militar de Manta (Ecuador), el mal ejemplo de la dupla Correa-Chávez, la liquidación definitiva de los esfuerzos alternativos de integración latinoamericana, la reserva petrolera del Orinoco y por qué no la que halló a fines del año pasado Brasil en el gigantesco campo de Tupí -que elevará la reserva de crudo de Brasil a 80 mil millones de barriles, colocándolo entre los mayores productores el mundo-, entre otros «graves retos» para el gobierno Bush, en fase Terminal, estarían en juego.

El gobierno ecuatoriano anunció que investigará la posible participación de aviones estadounidenses que despegaron desde la base de Manta, pero ante la demanda de que se esclarezca la intervención de Estados Unidos en la violación de su territorio por militares colombianos, la respuesta del Secretario General de la OEA es sinuosa, las investigaciones parecen enrumbarse ahora por el lado que exige el yanki: investigar los vínculos de Correa, Chávez y el gobierno cubano con las FARC.

La caída de Hugo Chávez es una condición fundamental para la estrategia estadounidense hacia América Latina, por tratarse de un gobierno dispuesto a ejercer su soberanía, que cuenta con ingentes recursos provenientes del petróleo, que a pesar de lo que declaren, saben muy bien que sus precios no se revertirán en el futuro próximo de manera natural, aunque sí se podría provocar el desplome por la vía financiera. Aunque, esta es una carta bajo la manga que la composición actual del grupo en el poder en Estados Unidos no permite usar fácilmente y que la debilidad del sistema financiero estadounidense no aconsejaría. Chávez lo sabe y lo está aprovechando para consolidar un bloque latinoamericano independiente.

2. Las andanadas, mentiras y bravatas del régimen paranarco se proponen desestabilizar al gobierno ecuatoriano
 
Para sentar las bases para imponer un régimen títere que abandone la decisión soberana del Congreso ecuatoriano de prohibir el establecimiento de bases militares extranjeras en su territorio y no renovar el permiso a la base militar estadounidense de Manta en 2009, y que involucre a esa nación en al Plan Colombia. El juego es tan artero y descarado que los gobiernos colombiano y estadounidense con el aplicado concurso de la llamada prensa libre occidental se han dado a la tarea de encontrar la «conexión cubana». No es ninguna novedad cómo Estados Unidos usa el «argumento antiterrorista» en el marco de su estrategia de ataque preventivo, que debería, además, ser puesto en el contexto de la profunda crisis económica que se le avecina. Mi hipótesis es que el imperio unilateral lejos de considerar posibles soluciones cooperativas y multilaterales ante la profunda inestabilidad financiera abría optado ya por la estrategia del caos como mecanismo de distribución de los costos de la crisis. En esas condiciones el bombardeo colombiano abría buscado, además de abortar la entrega de Ingrid Betancourt por las FARC y el intercambio humanitario como preámbulo para la pacificación de Colombia, generar las condiciones para un cambio de régimen en Ecuador y Venezuela, poniendo al mismo tiempo a Cuba en la mira. Una de los mayores temores y frustraciones de las derechas latinoamericanas es la consolidación de un bloque alternativo de poder en la región, en el que de momento se encuentran Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, al que bien se podría intentar integrar a Brasil. De allí la beligerancia de las derechas argentina y brasileña contra Hugo Chávez, el ALBA y su oposición a que Venezuela integre el MERCOSUR, a pesar de las enormes posibilidades que ello abriría en términos de autonomía energética para el bloque de naciones sudamericanas. El factor Petrobrás -como empresa privada crecientemente en manos de capital extranjero- rival de PDVSA, debería ser tenido en cuenta.

3. El asesinato de universitarios mexicanos en el bombardeo del campamento de las FARC en Sucumbíos
 
Buscaría atraer a México de forma activa al conflicto. Un antecedente que no deberíamos de perder de vista para entender cómo se fabrican escenarios nos lo da el periplo de Fujimori de Japón a la frontera sur del Perú en 2006.

Cuando el prófugo peruano Alberto Fujimori viajó de Japón a Chile, lo hizo en el contexto de una elección que la derecha peruana tenía perdida y cuando se agigantaba la figura de Ollanta Humala (el «Chávez peruano», como Andrés Manuel López Obrador -AMLO- fue el «Chávez mexicano»).

En el gobierno de Fujimori las empresas chilenas fueron ampliamente beneficiadas y posteriormente en el gobierno de Toledo, el Primer ministro y Ministro de Economía, el banquero nacionalizado estadounidense Pedro Pablo Kucksisnky, no sólo dio enormes facilidades para la penetración del capital chileno, sino que lo consideró una bendición para los peruanos. En ese contexto un posible regreso «salvador» de Fujimori no hubiera sido en absoluto del desagrado del capital chileno y su gobierno «socialista». De allí que la «prensa libre» en ambos lados de la frontera enfatizaban el «antichilenismo» de Humala. Al final la derecha a la orden del escribiente Mario Vargas Llosa cerró filas en torno a Alan García quien ahora favorece una salida airosa de Fujimori en los juicios que encara y echa mano del expediente chovinista en la frontera sur peruana.

La ruta del «retorno» no debería de sorprender a nadie si se tiene en cuenta que:

a. El vuelo se llevó a cabo en una aeronave propiedad de empresarios chilenos volando vía Estados Unidos y México hasta Santiago.

b. Estados Unidos, México y Chile son los únicos países del continente que no respondieron al pedido de captura de INTERPOL sobre el ex dictador.

c. Fujimori que había sido acogido en Japón como ciudadano japonés, y estaba requerido por la justicia peruana pudo obtener pasaporte y DNI peruano en el Consulado de Perú en Tokio. El Consulado como se sabe es considerado territorio nacional, sin embargo no sólo no fue aprehendido, sino que se le permitió regresar a recoger los documentos con los que pretendía regresar al Perú a ejercer sus derechos políticos según ladraba en su página de Internet. El prófugo de la justicia pretendía ser candidato a la presidencia o al menos mantener unidos a sus seguidores.

Se trató a todas luces de una maquinación para incrustar el factor Fujimori en la elección peruana de 2006, en la que participaron los gobiernos estadounidense, mexicano, peruano y chileno. ¿Por qué habrían de desear el regreso de Fujimori estos gobiernos? En ese momento, Ollanta Humala se perfilaba como ganador de las elecciones a pesar de la nauseabunda aplanadora mediática que se tejió en torno a su candidatura. México, Colombia, Ecuador, Perú y Chile habían ofrecido un sólido frente pro ALCA y pro estadounidense en el flanco Pacífico latinoamericano, en tanto del lado Atlántico Cuba, Venezuela, Brasil y Argentina establecían acuerdos de inversión y comercio con los chinos, en tanto los sudamericanos impulsaban el MERCOSUR, y a instancias de Venezuela una serie de programas conjuntos como Telesur, el Banco del Sur, el lanzamiento de una aerolínea Sudamericana, así como proyectos energéticos conjuntos y la construcción oleoductos y gasoductos que permitirían una auténtica integración energética. Parecería lógico cuestionarse por qué no iniciaba China su acercamiento comercial por el Pacífico en lugar de hacerlo por el Atlántico. La razón es que Estados Unidos, interesado como está en evitar la diversificación comercial china, había construido una auténtica muralla geopolítica con gobiernos afines.

México estaría activando su participación en el bloque del Pacífico, del que salió Ecuador con la llegada de Correa, tras varias décadas de diplomacia de espaldas a América Latina. La muerte de estudiantes mexicanos y los fugaces señalamientos sobre su calidad de rehenes de las FARC, para posteriormente cambiarlos por la supuesta calidad de guerrilleros o terroristas, pone al descubierto el plan colombiano para involucrar más activamente al gobierno mexicano en el conflicto, como correspondería al interés de unificar estratégicamente los planes Mérida y Colombia, el Comando Norte y las bases militares sudamericanas.

Una cosa es no dejarse arrastrar por teorías de la conspiración, otra es no querer ver las conspiraciones cuando estás existen. Mi hipótesis es que en el actual conflicto se están confabulando las derechas de la región desde el eje del Pacífico para echar a andar los planes geopolíticos estadounidenses.

4. Petrobras y PEMEX.

Otro componente de importancia fundamental en el escenario actual es la discusión que tiene lugar en México sobre el futuro de empresa petrolera estatal. Una costosa campaña de medios se ha desatado para promover su privatización. La sociedad mexicana mayoritariamente no considera que se esté planeando privatizar PEMEX, porque la consideran patrimonio nacional indiscutible. Los estrategas de la campaña mediática han tenido el cuidado de no utilizar la palabra privatización y presentan la discusión existente como parte de la vocación protagónica de AMLO. En cambio se hace referencia a las enormes reservas de petróleo que posee en el Golfo de México en una zona de mar compartida con Estados Unidos y Cuba y se recurre al pueril argumento de la falta de capital y tecnología para aprovechar ese tesoro, por lo que habría que «asociarse» al capital privado (no se menciona explícitamente al extranjero, aunque es obvio que si en largas décadas México no fue capaz de desarrollar la tecnología apropiada para extraer petróleo de las profundidades marinas, difícilmente el capital nativo estaría en condiciones de suplir la carencia ante la «urgencia» de explotar esa riqueza natural). Durante el gobierno de Vicente Fox, el gobierno desarrolló la estrategia de intentar mostrar a la opinión pública que las reservas de petróleo se estarían agotando rápidamente (se mencionaba que en 9 años México se quedaría sin petróleo), paralelamente los gobiernos de los últimos 30 años por lo menos han expoliado la riqueza petrolera no invirtiendo las enormes utilidades de la paraestatal en infraestructura, investigación y desarrollo de tecnologías. Por el contrario desde el advenimiento de los regímenes neoliberales se llevó a cabo la «despetrolización» de la economía mexicana, que en rigor fue parte del abandono de la estrategia de industrialización del país. Se trataba de crear la sensación de que sería altamente conveniente vender la empresa antes de que su enorme costo dejara al país encadenado a una abrumadora deuda.

El aumento de los precios del petróleo a consecuencia del fin de la era del petróleo barato, obligó a modificar la estrategia entreguista, sometiendo a la empresa a un régimen fiscal destinado a usufructuar de los recursos financieros que genera para quebrarla. El gobierno sustrae de PEMEX por concepto de impuestos recursos que superan sus utilidades descapitalizándola, otorgándole un presupuesto destinado al gasto corriente y obligándola a endeudarse (los títulos de deuda que emite PEMEX brindan nuevas oportunidades de especulación al sector privado nativo y extranjero) y transformándola en plataforma para negocios privados en sus diferentes procesos: extracción y producción de petróleo y gas natural; refinación de petróleo y procesamiento del gas natural; operación de oleoductos y poliductos; petroquímica, en el marco de una amplia reforma que involucraría derechos de propiedad, las regulaciones de los operadores independientes, la arquitectura del mercado y los arreglos financieros entre la empresa y los operadores independientes, con la intensión de provocar su desmantelamiento progresivo1.

Fernando Siqueira, Director de la Asociación de Ingenieros de Petrobrás, un severo crítico de la privatización de Petrobrás llevada a cabo por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y continuada por el gobierno de Inacio Lula da Silva, se ha referido a la urgente necesidades de Estados Unidos por hacerse del control del petróleo de América Latina:2

a. «Estados Unidos paga hoy 300 dólares por barril de petróleo: 100 dólares por el costo del crudo en el mercado y otros 200 derivados de los gastos en el aparato militar en Oriente Medio para garantizar el suministro desde esos yacimientos».

b. Con una reserva de 28 mil millones de barriles, consume 8 mil millones de barriles por año para suministro interno y otros 7 mil millones de barriles para su aparato militar «por lo que si no garantiza un suministro confiable en dos años puede colapsar», lo que agravaría la recesión que está dando inicio y que se espera se prolongue al menos por todo 2009 en los pronósticos más optimistas.

c. Una de sus principales fuentes de abasto es el Oriente Medio, sin embargo, debido a su estrategia unilateral e imperialista para acceder a los hidrocarburos ha montado un costoso aparato militar y se ha embarcado en largas, costosos y desgastantes guerras, por lo que «se encuentra en una situación difícil de abasto de petróleo y para ellos es más fácil tratar de garantizar ese suministro en América Latina que invertir en Medio Oriente»

d. El debilitamiento de Petrobrás fue resultado de una política deliberada que acarreó una importante pérdida de renta petrolera por el Estado: mientras en Brasil las trasnacionales deben entregar una participación al Estado que va del 10% al 40% de sus ventas en impuestos, la media internacional de esa transferencia es de 84%.

e. El lote más costoso que ha vendido el Estado brasilero luego de la privatización se cotizó en 300 millones de dólares, mientras que la firma que se lo adjudicó extraerá crudo por 8 mil millones de dólares de ese yacimiento.

f. Petrobrás fue obligado a comprar petróleo a 25 dólares el barril para venderlo en el mercado interno a 14 dólares desde finales de los años setenta.

g. Sin embargo, Petrobrás había destinado 1% de sus ventas para invertir en investigación y desarrollo, logrando generar una capacidad autónoma de generación de tecnología que le permite extraer petróleo en aguas profundas, considerando que el petróleo brasileño se encuentra en el mar a profundidad y que la tecnología disponible se encuentra concentrada en unas cuantas empresas. En México este argumento se usa para acelerar la privatización, en tanto en Brasil, el desarrollo tecnológico fue resultado de una política deliberada3. Al momento de ser privatizada se entregó ese conocimiento al capital extranjero.

h. FHC dejó al país al final de su gobierno con una deuda interna de 60 mil millones de dólares, aun cuando vendió activos del Estado (privatizaciones) por 160 mil millones de dólares.

i. Fue tal la vocación entreguista del neoliberal Cardoso que cuando el BNDES, el principal banco de desarrollo del país, al constatar que la participación extranjera se tornaba mayoritaria comenzó a comprar acciones en la bolsa, le prohibió ir más halladle 10% del total de las acciones, cesando a los directivos del banco que promovieron la acción.

j. Para dar paso a la privatización, se levo a cabo una campaña mediática «sustentada en mentiras» en la que Shell invirtió 100 millones de dólares «para que especialistas y profesores escribieran artículos y aparecieran en los medios de comunicación para hablar a favor de la privatización. ‘Les daban espacios para defender la privatización, compraron conciencias de periodistas y académicos que después se volvieron célebres en los medios brasileños». No es de extrañar que las transnacionales y el imperio utilicen intelectuales para sus fines. El escribiente Mario Vargas Llosa ha puesto la habilidad de su pluma al servicio de Estados Unidos -cada vez creo menos que por auténtica convicción, debido a la sinuosidad de sus argumentos- y el Grupo Prisa le provee la plataforma de lanzamiento desde la que se reproduce internacionalmente su columna quincenal «Piedra de Toque».

No hay ningún argumento razonable para no integrar en el marco de referencia de la crisis operada por Colombia las necesidades de petróleo de Estados Unidos y habría que ser ciego para no ver el vínculo entre las bases militares, el Plan Colombia, el Plan Mérida y los TLC que promueve con la atención de estas necesidades. Estados Unidos ya alcanzó su cenit petrolero a principios de los años setenta del siglo pasado, según geólogos estadounidense. Eso podría explicar buena parte de la historia de la diplomacia de dólar.

5. La UNAM y la privatización de la educación superior, el Banco Mundial entra en escena.

Tras la constatación de que en el grupo de mexicanos que fue asesinado por el ejército colombiano había varios estudiantes de la UNAM, y que Lucía Moret la joven sobreviviente del ataque, una inmejorable testigo, es estudiante de esa casa de estudios, se ha lanzado una campaña de descalificación plagada de insidias y envidias, prejuicios y tópicos característicos del quienes creen que fuera de la llamada iniciativa privada todo es vano e inútil. No es nuevo el fenómeno. El año pasado cuando se discutía el Presupuesto Público para 2008 en el Congreso mexicano se destilaron varios «argumentos» para recortarle la partida a la UNAM. Diputados de derecha egresados de escuelas privadas tuvieron la ligereza de referirse a la UNAM como una loza muy pesada que produce profesionales mediocres, en el mejor de los casos, cuando no se recurría a la patética monserga de que es cuna de inconformes y resentidos sociales buenos para nada. Lo paradójico fue que en tanto la UNAM se encuentra en el 59 de universidades en el mundo por sus páginas Web, uno de los vociferantes diputados panistas estudió en el Instituto Tecnológico de Monterrey que ocupa el lugar 421; por su parte el mayor centro de formación de la rupestre tecnocracia nativa, el ITAM, no aparece entre las primeras 800. A título de comparación, habría que notar que la mejor institución española es la Complutense de Madrid, ubicada en el lugar 173 del planeta.4 Medido por su calidad general, la UNAM ocupa el lugar 188 mundial, como la mejor universidad de habla hispana. En el ranking de las mejores universidades de México, entre las mejores 15 se encuentran 8 universidades públicas, la UNAM, claro está es la número 1. 5

En ese contexto, habría que valorar los dichos de un tal Carlos Mota que se dedica a los sesudos y profundos «estudios de mercado»: «¿Qué perspectivas profesionales tiene un joven que estudie en la Facultad de Filosofía y Letras o en la de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM? ¿Podría ser contratado en empresas como Unilever, Nokia, Sony o Cemex? ¿Querría? ¿Está preparado para agregar valor económico o para generar empleos?» No hace falta comentar, porque el pobre personaje se entrega en bandeja al ridículo con sus «argumentos» y lo que piadosamente llama «reflexiones serias», baste con seguirlo leyendo:

«El problema está en la intención profesional con la que egresan varios jóvenes de esas facultades. Quieren romper el mundo, no construirlo. Uno, que está en el mundo de los negocios, se puede topar con un dentista transformado en publirrelacionsta (SIC) teniendo éxito, prosperando, aunque no fue en lo que originalmente estudió. Pero no es común hallar un filósofo de la UNAM inserto en el mundo de los negocios. ¿Por qué será?

«En Estados Unidos es numeroso el grupo de filósofos o egresados de escuelas de arte que luego estudian un MBA. ¿Su propósito? Hacer negocios. Prosperar. Aquí, sin embargo, los exportamos a los campamentos guerrilleros latinoamericanos. ¿Por qué es ese su destino?» 6

Podría bastar una sonrisa sarcástica, pero esas insidias forman parte de un proyecto que lidera el Banco Mundial para promover la privatización de la enseñanza y su vinculación con el quehacer del sector privado. 7

La muerte de ciudadanos mexicanos provocada por una incursión militar colombiana en territorio ecuatoriano hubiera sido una inmejorable ocasión para que el gobierno de Felipe Calderón condenara la agresión y el costo en vidas de connacionales. Sin embargo, el gobierno ha optado por el silencio en tanto la derecha ha pasado a la ofensiva mediática convirtiendo perversamente a las víctimas en victimarios. La acusación de terroristas que se ha lanzado contra los estudiantes es en sí misma ominosa, pero lo que encierra de grave es que pretende convertirse en plataforma para que el gobierno mexicano interactúe más cercanamente con el eje por estadounidense.