El presidente Lenín Moreno acaba de hacer público su plan de gobierno. De esta manera nos sentimos fijados sobre las orientaciones que van a tomar las palabras, actividades y leyes que surgirán del Poder Ejecutivo. Se nos dice que se sustenta en dos pilares fundamentales: la sustentabilidad ambiental, es decir, el respeto al medio ambiente; […]
El presidente Lenín Moreno acaba de hacer público su plan de gobierno. De esta manera nos sentimos fijados sobre las orientaciones que van a tomar las palabras, actividades y leyes que surgirán del Poder Ejecutivo. Se nos dice que se sustenta en dos pilares fundamentales: la sustentabilidad ambiental, es decir, el respeto al medio ambiente; y el desarrollo territorial, es decir, el crecimiento tanto de la producción como de la población en general. Luego se nos explica que este plan se organiza en tres ejes principales con nueve objetivos nacionales, o sea tres objetivos para cada uno de los tres ejes.
El primer eje compromete al Estado a «garantizar los derechos para todos durante toda la vida». Nos alegra ver que se pone en el primer puesto al ser humano porque «es sujeto de derechos» y nadie debe sufrir discriminación. Es importante esta afirmación, ya que se va a buscar primero no un desarrollo financiero sino el crecimiento de las personas y este estará al servicio de ellas. Los objetivos de este primer eje apuntan, por una parte, a «garantizar una vida digna con iguales oportunidades para todas las personas», por otra, a trabajar por «la interculturalidad y plurinacionalidad, revalorizando las identidades de las diversas nacionalidades» y, en fin, a respetar y hacer respetar «los derechos de la naturaleza para las actuales y las futuras generaciones».
El segundo eje propone orientar «la economía al servicio de la sociedad» para lograr la vigencia de los derechos humanos. Los tres objetivos que apuntan a ello, primero, buscando implantar «un sistema económico social y solidario» en el marco de la dolarización, luego, impulsando la productividad para el crecimiento económico sustentable y redistributivo, y, en fin, desarrollando las capacidades productivas para lograr la satisfacción de las necesidades alimentarias y del desarrollo rural integral. Aquí notamos que se quiere dar prioridad al campo, tanto en crecimiento productivo como en su desarrollo humano. Pues es grande la brecha entre la ciudad y el campo, en particular en el mundo indígena.
El tercer eje apunta hacia «más sociedad y mejor Estado», o sea, que vayamos constituyéndonos en una nación más integrada y relacionada, gracias a «un Estado cercano a la ciudadanía que brinda servicios públicos de calidad y con calidez. Para lograrlo, los objetivos propuestos son, primero, «una sociedad activa y participativa» motivada por el mismo Estado, luego, «la transparencia y la corresponsabilidad para una nueva ética social», y, en fin, la soberanía, la paz y la integración latinoamericana y mundial.
Termina la presentación de este plan de gobierno con un llamado a «la participación ciudadana» para que aportemos nuestra colaboración. Se la facilitará mediante la organización de «doce foros ciudadanos, en todo el país, abierto para discutir sobre las temáticas del plan, cuyas propuestas se incluirán en el documento». Eso nos da a entender que a partir de los diálogos llevados a cabo por el Gobierno y sus diversas instituciones: «llegar a acuerdos sostenibles y duraderos y proyectar al país hacia el Buen Vivir».
Con este plan podremos demandar a nuestros gobernantes, a condición de cumplir con nuestra parte, la organización activa y propositiva. «Ayúdate y el Gobierno te ayudará».
Fuente: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/hoja-de-ruta-del-gobierno