¡Höre, Israel! (¡Escucha, Israel!) Als wir verfolgt wurden war ich einer von euch. Wie kann ich das bleiben Wenn ihr Verfolger werdet? Eine Sehnsucht war wie die anderen Völker zu werden, die euch mordeten. Nun seid ihr geworden wie Sie. Ihr habt überlebt Die zu euch grausam waren. Lebt ihre Graumsamkeit in euch jetzt weiter? […]
¡Höre, Israel!
(¡Escucha, Israel!)
Als wir verfolgt wurden
war ich einer von euch.
Wie kann ich das bleiben
Wenn ihr Verfolger werdet?
Eine Sehnsucht war
wie die anderen Völker zu werden,
die euch mordeten.
Nun seid ihr geworden wie Sie.
Ihr habt überlebt
Die zu euch grausam waren.
Lebt ihre Graumsamkeit
in euch jetzt weiter?
Cuando fuimos perseguidos
fui uno de vosotros,
¿cómo seguir siendo
cuando sois perseguidores?
Anhelo vuestro fue
ser como los pueblos
que os asesinaban.
¡Ya sois como ellos!
Habéis sobrevivido
a quienes os torturaban.
¿No pervive hoy
su tortura en vosotros?
Es el lamento del poeta judío alemán, Erich Fried, nacido en Viena en 1921, a quien se le concedió en 1973 el premio nacional austriaco de poesía y que, como judío que se sentía corresponsable de la agresión de su pueblo contra los árabes, destinó la mitad de la dotación para dos líderes de la Liga israelí de Derechos Humanos, y de la otra mitad una parte para pagar las costas de un abogado de Hamburgo en pro de unos palestinos juzgados en la República Federal de Alemania. Grito de este judío alemán, que hoy se hace más denuncia si cabe contra la inhumana masacre de Israel contra el pueblo palestino.
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rCR