Único redactor vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, miembro de la Resistencia francesa y superviviente de Buchenwald. A sus 93 años el diplomático y activista Stéphane Hessel publica un mensaje que anima a los jóvenes a no sucumbir a los dictámenes de los mercados y de los medios de comunicación […]
Único redactor vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, miembro de la Resistencia francesa y superviviente de Buchenwald. A sus 93 años el diplomático y activista Stéphane Hessel publica un mensaje que anima a los jóvenes a no sucumbir a los dictámenes de los mercados y de los medios de comunicación de masas.
Bajo el título de «¡Indignaos!», Hessel, berlinés de padre judío y madre francesa, se estableció en Paris donde la Segunda Guerra Mundial le sorprendió y fue llamado a filas. Hoy, con más de nueve décadas a sus espaldas, el diplomático de Naciones Unidas publica un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica tan de actualidad, por ejemplo, con la movilización contra los gobiernos en países árabes como Túnez, Egipto, Libia o Marruecos, entre otros.
El poder del dinero
«El poder del dinero nunca había sido tan grande, insolente, egoísta con todos, desde sus propios siervos hasta las más altas esferas del Estado. Los bancos, privatizados, se preocupan en primer lugar de sus dividendos y de los altísimos sueldos de sus dirigentes, pero no del interés general», escribe Hessel en la obra que sale hoy a la venta bajo la editorial Destino. «Nunca había sido tan importante la distancia entre los pobres y los más ricos, ni tan alentada la competitividad y carrera por el dinero».
Mención especial para Gaza
Defensor de la causa palestina, ha viajado varias veces en los últimos años a Gaza. En su obra hay un capítulo especial para el conflicto palestino-israelí, en donde se hace eco de la «prisión a cielo abierto» en la cual viven los palestinos y donde reflexiona sobre los crímenes de Israel. «Que los propios judíos puedan perpetrar crímenes de guerra es insoportable».
Stéphane Hessel, en consecuencia, hace una llamada a la insurrección pacífica, a la indignación, a la movilización de las clases bajas y sobre todo de los jóvenes en quienes pone la esperanza del cambio político, económico y en el ámbito de las comunicaciones.