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Inmigración: el plan es que no hay plan

Fuentes: Rebelión

Estados Unidos (EE.UU.) cuenta con la economía más grande del mundo; tiene capacidad para enviar naves no tripuladas al espacio capaces de pegarse a un asteroide y regresar a la Tierra con pedazos de asteroide; la vacuna contra el Covid-19 fue elaborada en menos de un año; la inteligencia artificial se está desarrollando a pasos muy acelerados y ya se debate sobre si algún día la inteligencia artificial podría “revelarse” contra la humanidad; las fuerzas armadas de los EEUU reciben más fondos que cualquier otras fuerzas armadas en el planeta y tienen bases militares prácticamente por todos los rincones del mundo… Ah, pero ordenar la inmigración, ¿eso les parece demasiado «complejo»?

EE.UU. por supuesto que tiene el poder, la imaginación y la capacidad, pero pareciera que aún no tiene ganas de reformar su sistema de inmigración. Y es que está claro que si EEUU quisiera arreglar el problema desde su raíz ya lo habría hecho, tanto como poner orden en el número de personas que desean llegar a su territorio, como en la regularización de los que ya se encuentran dentro de su territorio. Y en general contar con un sistema migratorio moderno y eficiente.

Basta con voltear a ver al poder legislativo bipartidista, a los demócratas y a los republicanos, que se la pasan “analizando” el problema por encimita, para darnos cuenta que, en verdad, no quieren reformar su sistema migratorio a profundidad como debería de ser. Los republicanos creen que el problema se arregla con un muro y los demócratas (con algunas excepciones) hoy le dan la razón a su contraparte.

Estar atrapados en un torbellino sin salida pareciera funcionar muy bien para quienes de una forma u otra se han beneficiado de este desorden. Y parece que no importa que se torture inmigrantes en los centros de detención, no importa tener gente estancada y amontonada en albergues temporales por diversas ciudades de los EEUU, no importa que mueran inmigrantes en la frontera.

De cara a las elecciones de 2024, el tema de la inmigración se ha visto reducido a solo dos opciones, ambas malas por cierto: 

1. Incompetencia pro inmigrante, opción que representa el partido demócrata. 

2. Crueldad antiinmigrante, opción que representa el partido republicano. 

¿Será que lo que importa es que ese viejo e inservible sistema deje ganancias? ¿Será posible que haya intereses muy poderosos que no quieren que las cosas cambien? ¿Será que a una minoría adinerada de EEUU le conviene que todo siga igual? 

Lo cierto es que progresistas y conservadores seguirán encabronados ya que, al momento, por parte de los encargados de hacer las leyes, en cuanto al tema de la inmigración, el plan es que no hay plan. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.