El príncipe Guillermo de Inglaterra, segundo en la línea de sucesión a la Corona británica, se casará el próximo día 29 de abril con su novia Kate Middleton. ¿Y qué? , ¿y a mí qué? Aunque no es mi caso, estoy seguro de que habrá muchas personas a las que pueda interesar todo lo relacionado […]
El príncipe Guillermo de Inglaterra, segundo en la línea de sucesión a la Corona británica, se casará el próximo día 29 de abril con su novia Kate Middleton. ¿Y qué? , ¿y a mí qué?
Aunque no es mi caso, estoy seguro de que habrá muchas personas a las que pueda interesar todo lo relacionado con tal evento, pero también estoy seguro de que la cobertura informativa que se le está dando supera con creces lo que sería una correspondencia equilibrada con el interés real del público.
Desde que se hizo oficial el compromiso en noviembre de 2.010, la presencia mediática del evento ha ido en aumento, especialmente en estos últimos días, en los que no falta este ingrediente en ninguna ensalada informativa, llegando a convertirse en espacio destacado dentro de muchos informativos.
El evento de la boda real, en dura pugna con los cuatro «partidos del siglo» (Real Madrid-FC Barcelona), y con la guerra desatada contra Libia, ha conseguido ocupar el espacio informativo que antes ocupaba, por ejemplo, el desastre de Fukushima. ¿Se debe entender que los problemas derivados del desastre de la central japonesa se han resuelto satisfactoriamente? Nada parece indicar que así sea, antes al contrario. Rebuscando un poco en internet, se puede saber que » miles de personas se manifiestan en Tokio contra el uso de energía nuclear » [1] , o que «Tepco reduce el salario de su plantilla » [2] para contrarrestar el creciente coste derivado de los daños registrados en su planta nuclear, lo que vendría a confirmar por enésima vez, que los elevadísimos costes indirectos de la energía nuclear nunca corren por cuenta de quienes se embolsan los beneficios.
Entonces, ¿a qué obedece conceder tal prioridad informativa a la nauseabunda periferia [3] de la dichosa boda real inglesa antes que, por ejemplo, al desastre de Fukushima? Tal vez quienes están detrás de los medios, tienen más interés (o compromiso) en dar prioridad a una información que a otra.
Pero no quiero convertir esto en una cuestión bipolar Fukushima/boda real, se trata solo de un ejemplo de desplazamiento de un centro de interés informativo por otro que, muy probablemente, no tenga tanto interés para el público, como lo pueda tener para quienes «manejan» y «nos manejan» con la información.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que no por tanto acosarnos con la dichosa boda real, seremos invitados al banquete, ni por tanto dejar de lado el desastre de Fukushima, la contaminación nuclear deja de existir. Los unos se casarán y tendrán sus dos años sabáticos [4] y la otra no dejará de escupir contaminación nuclear a la atmósfera durante decenios.
Para quienes no puedan escapar de este banquete informativo con el plato único de la boda, aquí les dejo con un ingenioso invento: bolsas para vomitar ante el acoso informativo, eso sí, decoradas con un motivo de recuerdo de la propia boda [5] .
[2] http://www.europapress.es/
http://mx.noticias.yahoo.com/
[5] http://www.huffingtonpost.com/
Fuente: http://
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