Hay que seguir insistiendo en lo que nos une y poner de lado los pelos en la sopa porque ahora es el momento de empezar a impulsar esa cacareada UNIDAD. Cuando hablo de izquierda no estoy refiriéndome solamente a los grupitos de tres gatos con una enorme sigla que puedan existir, sino también […]
Hay que seguir insistiendo en lo que nos une y poner de lado los pelos en la sopa porque ahora es el momento de empezar a impulsar esa cacareada UNIDAD.
Cuando hablo de izquierda no estoy refiriéndome solamente a los grupitos de tres gatos con una enorme sigla que puedan existir, sino también a la enorme cantidad de personas no organizadas con un pensamiento y actitud verdaderamente progresista, patriótico y democrático. A la cantidad de sindicatos grandes y pequeños, a los movimientos sociales, las asociaciones de religiosos, en fin habría casi que reproducir aquel poema de Ernesto Cardenal cuando hacía un llamado a la unidad para enfrentar a Somoza, vengan los panaderos, los campesinos, las putas, …..
Hasta ahora todos estamos de acuerdo que los tres partidos que han dominado la política dominicana no han logrado resolver los problemas básicos que permitan al dominicano vivir decentemente. Sin embargo, esto no necesariamente se ve de manera extensa y a nivel de pueblo por los empleítos tapapacho creados. Por eso no creo que existan las condiciones como para que una gran fuerza de izquierda emerja y sustituya a los tres en estos momentos. No hay que crearse ilusiones ni creárselas a nadie. No podemos seguir con los mismos métodos de engaño que usan esos tres partidos diciendo siempre que son ellos los que ganarán las elecciones o que harán maravillas una vez en el poder.
Pertenecemos a un movimiento, hasta ahora casi fantasma, formado por gente organizada y no organizada que ayer contó con tres gatos, hoy con cuatro y mañana con cinco pero que no estamos dispuestos a que nos sigan usando como pendejos en sus sucias políticas. Que estamos dispuesto a avanzar y sumar hasta tomar el poder y cambiar las reglas del juego para que República Dominicana no tenga que rendirle cuenta a los gringos, para que caminemos hacia la unidad de todos, para que no tengamos que seguir escapándonos en yolas en busca de un trabajito allende el mar, para crear la verdadera democracia.
El que no existan esas condiciones actuales no quita que se hagan todos los esfuerzo con fines de UNIDAD sin tener que esperar necesariamente las coyunturas electorales.
Me parece que los tiempos de los grandes líderes ha terminado, que llegó el momento de motivar a la gente hacia los cambios necesarios mediante propuestas realistas, programas posibles sin caer en los paraísos testigosjeohvaistas.
Por ejemplo, apoyamos casi siempre las luchas de Greenpeace contra la polución, contra las masacres de ballenas, etc. pero no estamos votando ni apoyando a Fulano de tal , líder de esa organización. Nos identificamos con ellos por lo justo de sus causas. Ellos están dirigidos por colectivos administrativos que planifican y preparan todas las actividades.
En la izquierda debiera darse un fenómeno parecido para eliminar tantas ambiciones y ego que no nos han permitido avanzar ni media cuadra. Por otro lado, y hay que decirlo, muchos de esos grupitos han sido creados para coger los milloncitos que reparte la Junta Central Electoral con motivo de sus participaciones legales en la mascarada electoral.
No podemos pasarnos la vida entera, aunque no renunciemos a la denuncia, hablando de la podredumbre de los tres y nada mas. Si en la playa hay 2 frituras y casi todo el mundo prefiere los pescados de Doña Rosa en vez de los Doña Carmen, es porque el pecao de Rosa es mas sabroso. Nadie hablará del mal sazón de Carmen; pero si desbordará en elogios sobre los de Rosa.
Todo lo que ha hecho Hipólito fue corrupción, todo lo que hace Leonel es corrupción; pero nosotros ¿qué ofrecemos ? ¿Qué tipo de pescado vendemos ? ¿Sazonado con qué ? Podemos ofrecer honestidad cuando no somos capaces de publicar a lo interno de nuestras organizaciones boletines de contabilidad con los pocos cheles que se consiguen explicando donde los conseguimos y en qué los gastamos ? Recuerdo como hoy, entre los papeles de Patricia dejado por su padre José Rafael Minaya, caído en la guerrilla con Manolo, una hoja amarillenta escrita en una maquinilla Underwood y a cinco columnas un informe de un mes de las economías modestas del 1J4 de Santiago. En las columnas: fecha, asunto, debe, haber y balance. Detallándose así el mínimo centavo recabado y usado por ellos.
Ningún militante de izquierda, después de la muerte de Manolo, supo nunca cuánto dinero entró desde la URSS, ni desde China, ni desde Albania, ni Checoslovaquia en aras, claro está, del clandestinaje y la compartimentación. Nadie supo cuánto envió Enver Hosha a los camarados del patio. Si no podemos ser transparentes, no podemos exigir transparencias. En esos cheques estuvo siempre el veneno de la desunión, en las nominillas de los cuadros, muchos de ellos de comedia. En los cheques de hoy para financiar partiduchos y sindicaduchos sigue ese veneno de cuyo sabor nadie se quiere desprender. Pero el ser humano, y peor en la categoría que lo definió Marx de pequeño-burgués, aflora con fuerza la necesidad de destacarse como dirigente, el prestigio vanidoso de querer mandar aunque tenga escasa capacidad. En las reuniones uno los ve levantando las manos y diciendo cualquier disparate. No es sólo el motivo económico el que lleva a la creación de parcelas, es también ese orgullo sin sentido que nos infla y nos convierte en elementos sectarios, intolerantes y prepotentes, en fin, estorbos para concretizar políticas unitarias.
Por supuesto que hay gente humilde y con mucho carisma, que no fueron fabricados como líderes sino que surgieron como las erupciones de un volcán, fruto de sus propias fuerzas y sus propios principios. Como surgió Chavez, como surgió Evo….
Me parece también que no debemos recoger supuestos lideres de esos de medio uso y ranciamente de derecha que han sido derrotados en sus filas y que para seguir alimentando egos buscan cualquier grupo que los coloque en la cabeza para continuar una vigencia ficticia.
Se debe elaborar un programa sencillo donde se recojan las aspiraciones del pueblo mas inmediata y con el que se esté de común acuerdo. No hay que incluir en este programa las maravillas que no podrán ser ofrecidas ni realizadas ni con 50 años de cambios, ni con la legión de superhéroes.
Para solidificar esta unidad, se necesita un órgano de difusión de ideas. Podría ser un pequeño periódico que pueda ser vocero de todos los integrantes en vez de que cada grupo tenga su propia cartilla. En este periódico podría haber una página de cada grupo y espacios donde los independientes se puedan expresar. Espacio de educación, espacios de comunicación de actividades, espacios culturales. El hecho de difundir las ideas de todos los grupos significaría promover una unidad real. Sin este órgano indispensable continuaremos dispersos y promoviéndonos a nosotros mismos como grupúsculo sin ninguna posibilidad de eco entre la gente. Este mismo órgano podría convertirse en un periódico digital al mismo tiempo. Uno solo, de todos, contundente, dinámico, alegre, real, motivante, pedagógico, constante, puntual, creativo, atractivo, coleccionable.
Dejemos a Marx tranquilo, que ningún dirigente nuestro leyó mas que simple citas tomadas al azar y fuera de todo contexto (salvo algunas excepciones raras). No solamente no leyeron a Marx, sino que no podían leerlo por las limitaciones culturales. Para entender a Marx había que entender a Gustave Courbet, había que entender de música clásica, había que entender la historia de Francia, Inglaterra, Alemania etc. cuando nosotros ni siquiera sabíamos distinguir los Bolos de los Rabuses en nuestra propia historia. Hablemos de justeza y llegaremos a Marx sin darnos cuenta. No se trata, de negar la teoría, sino abrazar aquella que podamos alcanzar.
Son muchos los camaradas que se jartaron de las pasadas pendejadas nuestras en la izquierda. Muchos que se desilusionaron por nuestras interminables pugnas. Muchos que se hastiaron de leer tantos documentos salvadores que en el fondo no significaban absolutamente nada por ser copiados del MIR chileno, o de alguna revista francesa. Fueron muchas las promesas de algunos dirigentes a compañeros pobres con la misma habilidad verbal y clientelista que hoy vemos en los tres partidos oficiales. Fueron muchos los »reclutados» que se acercaron a la izquierda en busca de trabajitos en las oficinas ONG creadas. Por supuesto que no entran aqui aquellos »líderes» que ayer incendiaban en sus discursos y que hoy se colocan al lado de Hipolito. O aquellos marxistas guión leninistas metidos hoy Leonelistas guión chequecito.
Los tiempos exigen cambios en nosotros, no solo de contenido , sino de forma. Hay que echar a un lado esa actitud pacoreda de atacarlo todo, de pensar que siempre tenemos razón, esa cerrazón y rigidez que nos convierte en casi mesías portadores de la tierra prometida, esa actitud de monjes puritanos. Hay que releer aquellos trabajos de Don Juan Isidro sobre la falsa izquierda, estudiarlos, rectificar los errores y avanzar. Trabajemos alegre a sabienda de lo justo de nuestra lucha, sin esa cara agria y desagradable que hace que tanta gente coja miedo y se aleje de nosotros confundiéndonos con sectas diabólicas. Nuestra lucha es también , y sobretodo, una lucha de amor aunque llevemos enormes cicatrices. Podemos bailar, podemos beber ron, podemos leer novelitas de vaqueros y hasta ver telenovelas y partidos de pelota. Dejemos fumar al que quiera hacerlo. Respetemos las orientaciones sexuales que cada quien elige. No todos tenemos las mismas hormonas ni los mismos gustos.
Porque cierto, las elecciones se acercan, hay que aprovechar la coyuntura ; pero sin lanzarse a una carrera ciega y loca, desesperada y sin contar con las bases necesarias para solidificar y proponer los cambios necesarios del país. No contamos ahora con los recursos ni humanos ni materiales como para competir con Leonel, Maldonado o Amable, por ejemplo, pero eso no quiere decir que haya que apoyar al menos malo de los tres. En eso caimos con Jorge Blanco y sabemos los resultados. Podemos oponernos a los tres con altura y civilidad sin caer en vulgaridades que nos aleje de la gente. Si, porque hay que contar incluso con esa gente que hoy simpatiza con los tres, porque esa es la población casi completa del pais. No se puede tampoco descartar a dirigentes de esos partidos que hayan dado muestra de honestidad en la sociedad. Hay dirigentes que estan ahi por razones diferentes a la de conseguir privilegios personales. Gente que piensa que es desde ahi donde podran hacerse los cambios que incluso nosotros mismos pensamos como necesarios.
Avanzar con la certeza de los cambios necesarios que impulsamos aunque sean nuestros nietos los que lleguen a realizarlo.
Hay que rescatar antiguos camaradas, enamorar con el proyecto a otros que incluso puedan estar favoreciendo a los tres de manera confusa, pero sobre todo hay que emanar radiaciones positivas hacia los jóvenes, hacia todos los que saben que ni Leonel, ni Maldonado ni mucho menos Amable, harán nada por este país, por definición.