Mientras estabas encerrado, enfermo de muerte, estuvimos en plazas y calles, acompañados por el sol del verano, contemplando albas y ocasos, esperando tu suelta y libertad, reivindicando tus derechos, exigiendo respeto al hombre. Tu mirada sonriente, en el atardecer de tu vida, desde la ventana del hospital Donostia ha sido recuerdo de otros enfermos y […]
Mientras estabas encerrado, enfermo de muerte, estuvimos en plazas y calles, acompañados por el sol del verano, contemplando albas y ocasos, esperando tu suelta y libertad, reivindicando tus derechos, exigiendo respeto al hombre.
Tu mirada sonriente, en el atardecer de tu vida, desde la ventana del hospital Donostia ha sido recuerdo de otros enfermos y compromiso de lucha.
Por eso eskerrik asko. Y hoy celebramos tu libertad arrancada. ¡Suerte!
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