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La bajada de Longueira: «bajón» o «pataleta»?

Fuentes: Rebelión

El público supo de una repentina depresión del triunfador en las primarias de la Alianza a pocos, muy pocos días de haberle oído decir que 4 meses eran suficientes para darle la vuelta a la tendencia evidentemente ganadora de Michelle Bachelet. A riesgo de no escuchar o leer una explicación convincente de este repentino cambio […]

El público supo de una repentina depresión del triunfador en las primarias de la Alianza a pocos, muy pocos días de haberle oído decir que 4 meses eran suficientes para darle la vuelta a la tendencia evidentemente ganadora de Michelle Bachelet. A riesgo de no escuchar o leer una explicación convincente de este repentino cambio de ánimo, proponemos una que respete, al menos, el desarrollo de los acontecimientos.

1. A poco andar, la misma noche del triunfo de Longueira sobre Allamand, hubo un primer roce público que desencadenó una triste comparecencia de Lavín para disculparse por el descuido protocolar de la UDI hacia el candidato derrotado de RN.
2. Pocos días después, RN y la DC sorprendían a propios y ajenos con el anuncio de una propuesta de reforma al sistema binominal, que dejaba incluso en evidencia al mismo Piñera. La Moneda se apresuró para contrarrestar el golpe blando o bajo, juzgue el lector, enviando un proyecto que se diferenciara del primero.
3. El que todo esto ocurra en medio del silencio de Longueira no debe ser considerado un dato menor. La tarde del 17 de Julio, todo chileno televisivo supo que el vencedor de las primarias en la Alianza estaba de vacaciones… y que tenía un depresión médicamente diagnosticada. 
Estos son los datos, los porfiados hechos. Pero hay otros datos, que sirven de base a estos últimos.
El lector recordará, sin necesidad de profundizar mucho en ello, que el sistema electoral viene siendo la carta de sobrevivencia de una clase política en franco descrédito, cuyos privilegios indignan a la cuidadanía. Los protagonistas de esa indignación son aquellos ciudadanos que acumulan hastío, rabia y rebeldía: jóvenes, trabajadores y pobladores. Todos ellos viven a diario un sistema injusto y que ahonda en la desigualdad. Las familias, agobiadas por la explotación de que son objeto por parte de empleadores y entidades crediticias, solidarizan cada vez más con un movimiento social que ha sido capaz de hacer converger dos grandes problemas: la soberanía y los derechos ciudadanos.
La tremenda afluencia de votantes el 30 de Junio a expresar su apoyo a una Michelle Bachelet, que ratificó ente otras cosas un compromiso con la necesidad de una nueva Constitución Política, fue una derrota anticipada y en toda regla de las opciones de la Alianza de cara a las elecciones de Noviembre. Visto en perspectiva, esta es la situación con la que se encuentra la estrecha victoria del mejor representante posible de la UDI sobre el candidato de RN… y es el contexto que sirve de explicación al desarrollo de acontecimientos que reseñamos antes.
La noche del triunfo de Longueira confirmó en RN que sus posibilidades de obtener una buena representación en el Parlamento en noviembre iban a ser escasas, no por el triunfo del abanderado UDI, aunque posiblemente también, sino porque el riesgo de una serie de doblajes por parte de la Nueva Mayoría se hizo visible, casi un hecho. La DC, por su parte, constató su declive y su pérdida de arraigo en la masa de votantes. Un independiente liberal de apellido Velasco dio un claro aviso a ambos sectores para indicar que hay un espacio no cubierto por la centro derecha. No creemos que se nos considere exagerados si decimos que el miedo a una escasa representación en el Parlamento, cuna del reparto de prebendas y fuente de recursos para los partidos y sus más significativos próceres, está en la raíz de la reforma que plantearon la DC y RN antes del la depresión de Longueira y en medio de sus, a no dudarlo, merecidas vacaciones.
Esta propuesta sorprende a la UDI en plena celebración y cual balde de agua fría les pone en evidencia que sus socios no encajaron adecuadamente la derrota del 30 de junio y que el apoyo a la candidatura de la Alianza le iba a costar caro en materia de representación en le Parlamento: Allamand se postularía en Santiago Poniente, dando una clara señal de que disputarían cada nominación y que pondrían exigencias en distritos claves. La victoria adquirió caracteres pírricos. Y además RN dejaba claro que si la UDI no aceptaba sus exigencias no vacilaría en subir el listón y si la ocasión lo ameritaba patearía el tablero. Por si no lo habían visto, ahí está la DC esperando un socio que le ayude a sobrevivir en la Nueva Mayoría…cosas más raras se han visto en política.
Por si fuera poco, Piñera reacciona planteando otra reforma, con lo que confirma el pánico que la centro derecha empieza a sentir después de la arrasadora victoria de Bachelet y añade la evidencia de otra tembladera: el fin del binominal está a la vuelta de la esquina, solo falta que la hagan los comunistas o algún otro grupo de desalmados, que no encapuchados, con perdón…Es decir, mejor maquillemos el sistema antes que vengan otros y lo destruyan por completo.
Entonces, por fin, llegamos a Longueira y su bajón: en el mejor momento de sus vacaciones vienen unos y otros a decir por activa y por pasiva que la reforma al binominal verá la luz con o sin la UDI. Que a RN le da igual que la UDI no acepte sus exigencias en el reparto de candidatos en las listas ya que prta eso tiene a la DC, que no tiene nada que perder apoyando por debajo a los candidatos RN en aquellos distritos donde no compitan sus propios candidatos y lo hagan, por ejemplo, esos indeseables comunistas. En suma, que está solo, con sus incondicionales de la UDI y su familia. 
Pero esto es claramente insuficiente para mantener vivo el proyecto del gremialismo y mucho menos para garantizar una performance aceptable en noviembre. Sin RN, la victoria de la Nueva Mayoría sería total y no existen argumentos razonables para convencer a RN de volver al redil de la derecha más derecha…perdón por el juego de palabras.  
Así es que el guerrero de Longueira se deprime y le da bajón a su candidatura y de paso patea la mesa y le envía un último recado a RN. Si quieren llevar candidato, lleven a otro, yo no estoy disponible para este tipo de juegos de tronos. Sería de verdad lamentable una depresión, pero todo indica que Longueira sufre más una pataleta gatillada por la falta de apoyo de sus socios de RN, que un bajón provocado en uno de los momentos más dulces de su carrera política.
 
Pero no sería justo responsabilizar a una colectividad como RN de la fractura en la Alianza. Esto no haría justicia a los verdaderos protagonistas de esta historia. Los ciudadanos y ciudadanos son el alma de nuevas tendencias en la sociedad chilena que en los últimos años se caracterizan por una creciente movilización social que amenaza con desbordarse a sí misma y convertirse en movilización política. Si en noviembre estas tendencias se expresan apoyando algunas candidaturas cuyos programas ponen el centro en la recuperación de la soberanía y los derechos sociales y políticos, la debacle de la derecha estará servida y una nueva etapa se estará abriendo para felicidad de los que no hemos dejado de creer en la apertura de las anchas alamedas.
Patricio HItschfeld Ruiz.
Licenciado en HIstoria. UCV Chile

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.