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La ciencia enajenada

Fuentes: Rebelión

Introducción Desde que comencé a estudiar marxismo, una idea he escuchado repetirse muchas veces: el método ha de hacer el recorrido concreto-abstracto-concreto, tomando como punto de partida el estudio de las condiciones concretas a través de la historia. Pareciera una verdad irrefutable. Si bien es cierto que el conocimiento del hombre como especie se empezó […]

Introducción

Desde que comencé a estudiar marxismo, una idea he escuchado repetirse muchas veces: el método ha de hacer el recorrido concreto-abstracto-concreto, tomando como punto de partida el estudio de las condiciones concretas a través de la historia. Pareciera una verdad irrefutable.

Si bien es cierto que el conocimiento del hombre como especie se empezó a gestar siempre de la mano de la práctica y partiendo de la experiencia concreta, ¿hasta qué punto es una tesis correcta esa metodología que se ha difundido dentro del marxismo? Aquí dejo algunas notas para reflexionar sobre la cuestión.

Lo primero para abordar esto, es advertir que la popularidad de dicha idea hasta cierto punto se le pueda asociar a Althusser y a toda la movida estructuralista del marxismo. Dada la aparente rivalidad entre dialéctica y el estructuralismo, valdría la pena revisar qué propone la dialéctica-una parte de ella- como correlato. Por eso la propuesta aquí sería, buscar qué puede pensarse desde la dialéctica al respecto.

Para contextualizar un poco, imagínese una investigación de ciencias sociales. Lo aceptado sería algo así como analizar diferentes elementos de tipo histórico-concreto. Luego de ahí, extraer una serie de determinaciones abstractas para construir una o varias generalizaciones (idealizaciones) que permitan mostrar lo más simple (lo esencial).

Una vez que esto se realiza se puede nuevamente regresar a lo superficial concreto, caótico, con una idea ya ordenada de la realidad y explicar esta de forma coherente, aplicándole esas generalizaciones y contrastándolas, llegando así a ese tercer momento definido como lo concreto ya pensado, explicado y entendido.

Esta es pequeña síntesis del método que cuestiono, y de esa manera es como ha enfocado una buena parte de la tradición de la economía política marxista y de la filosofía marxista clásica. Incluso, en el caso particular de El Capital, se dice que este está escrito de forma expositiva, es decir, el segundo momento, de lo abstracto a lo concreto; y que Marx, en su método investigativo, realizó el primer paso: de lo concreto a lo abstracto.

Con ese método parece sintetizarse la dicotomía empírea y racionalismo. Sobre esa idea, nos hemos acostumbrado a pensar muchos marxistas. Sé que sería complicado replantearse eso, pero como enseño El Moro, hay que poner todo en tela de juicio. Vayamos en busca de los sustentos de esa idea.

La enajenación en la ciencia

Una de las tesis que desarrolla Marx-a partir de Hegel- en sus manuscritos es la de la enajenación, y que es de tal trascendencia, que marcó toda una forma de pensar a Marx. Sobre la base de esa idea de enajenación-aplicada al hombre y su actividad en sus escritos-, y que es válida para toda actividad racional, se puede pensar la ciencia y el método que nos ocupa.

Hablar de algo enajenado, es pensarlo extraño a otro ente, por lo que implica respecto a algo, es decir, la existencia de un sistema referencial. Eso, como ya he mencionado en otro artículo, ese estar alejado de algo implica un saberse-o al menos situarse- en cierta posición. La idea de un pensamiento enajenado, lleva consigo un pensamiento que no se sabe como tal respecto a lo que lo está por la propia forma en que se ve (según interpretaciones a partir de Hegel).

De ahí el primer elemento que conduce a la sospecha que lleva a este artículo, si la idea cuestionada (el método marxista aceptado) es algo enajenado respecto a la realidad, ella misma no lo podría decir, habría que descubrirlo desde afuera. Siendo un poco hegeliano, romper la enajenación implicar trascender más allá de uno mismo, de un movimiento inercial del yo. Por lo que si el método marxista-aceptado- está enajenado, él mismo no lo dirá. Su revisión, es desde afuera.

Continuando con la enajenación, es necesario mirar los Manuscritos. En ellos se extrae una cosa básica, en cualquiera de las 3 formas de enajenación descritas, todas ellas versan sobre que la enajenación es un fenómeno de cómo el hombre se relaciona con la actividad social (la actividad que el mismo realiza, el producto de esta y el resto de la sociedad). De ahí deriva que la enajenación está dada por pensar la realidad tomando como punto de partida una idea, moral, religiosa etc, y no entenderla -saberla-tal y como es. Así, la religión, y cualquier expresión del pensamiento humano que se desarrolle sobre un movimiento que parta de una idea propia, verdades absolutas por ejemplo, son generadoras de enajenación, por tanto, actividad enajenada.

Así puede sentenciarse que cualquier pensamiento que parta de una idea previa para enfrentar la realidad, está enajenado. Ante esto, lo más normal es que la respuesta haya sido-por marxistas- tomar como punto de partida lo histórico-concreto ¿Acaso no es la historia-la que conocemos- un pensar enajenado?

La historia ofrece problemas básicos como ciencia. Lo primero es que está llena de las imparcialidades generadas por la lucha de clases, donde se omiten elementos que pueden aportar a un análisis. También está sujeta a tergiversaciones propias de los métodos de procesar la información como la misma estadística.

La historia no es algo neutral, sino que es la HISTORIA de un contenido, de uno no surgido propiamente de ella; tal y como crítica Marx, la historia suele ser la historia de grandes hechos o caudillos, y ese contenido se le impregnan los historiadores. Es decir, los historiadores al contar la evolución de doctrinas, religión o política, le pasan a la historia su enajenación; como actividad resultante de hombres enajenados, esa historia política-u otras formas- son ciencia enajenada.

También hay que tener en cuenta, que la primera abstracción que se hace con apostar por ver lo concreto de la realidad, es pensar la experiencia sensorial como neutral, es decir, el propio proceso en el cual lo sentidos captan, está siendo influida por la subjetividad del individuo, y por los límites propios del proceso de obtener la información del mundo. Hay que recordar que el empirismo es esa respuesta metafísica a la tradición racionalista. Por lo que la propia recogida de información del mundo concreto, nunca será completa, y el análisis histórico completo (con información perfecta) no existe, y siempre está influido de ideas que lo enajenan.

Volviendo a la historia, no es nada casual que Marx se cuestionara el movimiento de la historiografía y afirmara que la historia verdadera es solo la historia natural del hombre. ¿Acaso la historia concreta de la que se plantea partir Althusser ya es una historia que superó la enajenación y se convirtió en historia natural del hombre?

Valdría entonces aclarar que al tomar como punto de partida la historia, de qué historia se trata, de la enajenada o de la que propone Marx.
Si la historia es una ciencia enajenada-la mayoría de la historia-no se puede partir de ella, porque el resultado sería algo también enajenado.
Si hacemos la separación metafísica de lo lógico y lo histórico, El Capital comienza por lo lógico. Sin embargo, lo lógico, es algo enajenado también, porque la lógica como disciplina se termina por separar de la actividad que la engendró. Entonces, si lo concreto está permeado de distorsiones y lo abstracto es también enajenado, ¿cómo hacer ciencia? ¿Cómo hacer un pensamiento no enajenado? ¿Existe alguna forma de pensamiento que se escape de eso?

La propuesta

Asumiendo que Marx comprendió qué es la enajenación, es apropiado pensar que en su obra más madura-El Capital- supo hacer una ciencia no enajenada, entonces la muestra de una propuesta de cómo construir le pensamiento, se encuentra sin dudas ahí. A pesar de que tenga toda la lógica que este esté escrito sobre la segunda parte del recorrido concreto-abstracto-concreto, puede eso someterse a revisión y pensarse de la siguiente manera.

Cuando Marx habla de ciencias enajenadas, la economía política que él cuestiona -por ejemplo-, habla de cómo estas no están recogiendo la relación del hombre con la actividad social. Es decir, la lógica-como disciplina- es enajenada, porque como pensamiento se desprende de la actividad que la genera. Por lo que la forma de generar una ciencia no enajenada es elaborar una sobre la base de esa relación hombre-actividad social. Esto es, tal y como dice Hegel, un pensamiento que se desprende de la actividad que lo genera, para hacer de esta actividad su contenido.

Marx en El Capital intenta hacer ese aporte. Empieza por el valor de cambio- la forma- luego pasa al contenido- el valor-, y termina llegando a las categorías histórico concretas tales como división social del trabajo.

Con el valor de cambio, se está creando una lógica que hace de las condiciones que la generan su contenido- el contenido del valor de cambio-: el valor, y sintetiza la forma en que el hombre se va a relacionar con la actividad social; ya que a través de la categoría valor es que se explica cómo el hombre y el resto de la sociedad se van a reconocer-atribuir valor- y con esto lograr el intercambio. Las relaciones de reconocimiento del valor permiten a la sociedad interactuar, relacionarse. Las condiciones histórico concretas, solo las usa-generalmente- para contextualizar y mostrar concretamente dónde ocurren tales formas como la mercantil o la capitalista.

Así, si se piensa en aquella idea de la historia natural del hombre de Marx, se puede enlazar que en el valor se puede expresar esta, porque con él se ve ese movimiento natural del individuo en la lucha por el reconocimiento de su actividad- para obtener las condiciones de reproducción-. Puede decirse entonces que a través de la categoría valor se puede construir esa historia natural y verdadera del hombre.

Esa lógica usada por Marx, rompe la enajenación de las ciencias porque toma una concepción totalizadora que contiene una lógica de movimiento de un sujeto: el hombre en su reproducción como individuo en un contexto social, es decir, la lógica de la reproducción del sujeto en sociedad. En pocas palabras, hizo de ese movimiento (historia natural) de un hombre y la sociedad, su contenido.

Si bien Marx, incluso Hegel construyeron esa forma de razonamiento a partir del estudio de condiciones históricas, buscaban en ella obtener ese razonamiento no axiomático, ni aritmético, sino hermenéutico que permitiera explicar las relaciones del hombre. Esa lógica intenta plasmarla en El Capital. Así, se evitaba los problemas del racionalismo clásico-enajenado- y del empirismo, creando una lógica relacional, de cosmovisión que sirviera de punto de partida para hacer ciencia-al menos social-.

Concluyendo

La construcción de un pensamiento marxista se entiende como concreto-abstracto-concreto. De ahí, que se haya pensado que se debe comenzar a hacer ciencia social siempre desde lo concreto. Sin embargo, la obtención de información desde lo concreto ofrece deficiencias, lo cual podría debilidad las abstracciones posteriores, además de ser la historia-hasta ahora- una ciencia enajenada.

Por otro lado, solo queda la lógica como camino. Marx -seguidor de la dialéctica-, crea un esquema lógico que rompe la enajenación de ese pensamiento: algo que relacione al hombre con su medio social. Eso lo hace a partir de entender las relaciones conscientes entre los hombres. De ahí explica la forma de interacción social, el valor de cambio, llegando a su contenido, el valor, para poder llegar a la concepción del sujeto: el hombre concreto que produce esas relaciones.

Con eso se da paso a una nueva vía de pensar la historia, y una nueva lógica que hizo de esa actividad que lo generó su propio contenido: relación hombre-actividad social. Podría pensarse eso también como una nueva forma de entender la lógica como disciplina, ya que es diferente a todas las anteriores.

El caso es, que Marx cuando explica en El Capital, está dando muestra de una nueva forma de asumir lo lógico y lo histórico, donde estas no están separadas, sino que una se convierte en el contenido de la otra, algo que es muy diferente a como se ha difundido y que merece ser estudiado con profundidad. Ahí, la historia se convierte en el estudio de los movimientos de reproducción del hombre, y la lógica un pensamiento basado en el desenvolvimiento de ese movimiento histórico-natural.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.