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Entrevista con el economista argentino, Rolando Astarita

«La clase trabajadora pasa a ser sujeto cuando cuestiona revolucionariamente al Capital»

Fuentes: Rebelión

La agrupación de luchadores sociales «Plataforma de Intrusión» invitó a Chile al prestigioso economista y académico argentino, Rolando Astarita, para ofrecer dos contundentes charlas sobre la crisis capitalista mundial. Luego de su última conferencia en el Centro Social y Cultural «El Sindicato» -territorio libre del cascarón antiguo de Santiago- tuve la oportunidad de entrevistar, con […]

La agrupación de luchadores sociales «Plataforma de Intrusión» invitó a Chile al prestigioso economista y académico argentino, Rolando Astarita, para ofrecer dos contundentes charlas sobre la crisis capitalista mundial. Luego de su última conferencia en el Centro Social y Cultural «El Sindicato» -territorio libre del cascarón antiguo de Santiago- tuve la oportunidad de entrevistar, con café y fondo de música latinoamericana, al docente de la Universidad de Quilmes y de la UBA.

La prensa dominante nos bombardea a diario con noticias sobre la supuesta recuperación de la crisis…

Hay que subrayar que la crisis no está superada. Hay una mejora de los índices económicos, de la demanda, del comercio, subió la bolsa de valores; pero los problemas de fondo permanecen porque gran parte de esta recuperación se debe a la enorme masa de inyección fiscal. Y hasta que no se recupere realmente la inversión y el consumo no se puede decir que la crisis está superada. En general, se observa una recuperación extremadamente débil. A ello es preciso agregar los graves problemas que afectan a Grecia, España, Irlanda, Portugal. Además no se sabe cuántos activos tóxicos siguen en los bancos. Eso no se ha terminado de depurar. Incluso los bancos, hasta el 2012, tienen fuertes deudas de corto plazo. A su vez, no se sabe, por ejemplo, hasta qué punto bancos europeos están comprometidos con empresas medianas y pequeñas en créditos que pueden ser incobrables. En muchos sentidos, el fondo de la crisis aún no se ha tocado.

Tú hablas de la existencia de una «sobrecapacidad» del capitalismo…

Existe una enorme sobrecapacidad, muy por encima de lo que puede absorber el mercado. La industria automotriz lo grafica ejemplarmente. Ella puede producir 90 millones de unidades anuales, y en condiciones normales, el mercado puede consumir 60 millones. Es decir, 30 millones corresponden a capacidad de producción que no hay dónde meterla. Y por las presiones competitivas entre grupos corporativos, se sigue construyendo capacidad.

«MIENTRAS EXISTA CAPITALISMO, EXISTIRÁN LAS FINANZAS»

 ¿Y qué hay de los argumentos asociados a la especulación del capital financiero?

Aquí, efectivamente, hubo especulación y sobreespeculación. Pero existe una visión de que las finanzas han crecido como si fueran una esfera de la actividad económica que no tiene nada que ver con el sistema capitalista. Sin embargo, el crecimiento del crédito y de todos los instrumentos financieros es propio del funcionamiento del capitalismo. Ahora bien, para algunos sectores lo financiero es una mala palabra en sí. Entonces perecería que el problema es el capital financiero, y que si se elimina existiría un capitalismo perfecto. La verdad es que el capital financiero tiene una doble función. Sin crédito no hay desarrollo de las fuerzas productivas. Y las empresas, permanentemente, tienen fondos líquidos -capitales de amortización, capital de trabajo- que son volcados a los mercados financieros. Es decir, hay una permanente ida y vuelta entre el capital productivo y el financiero. Para Marx, el crédito es palanca de la acumulación y palanca de la sobreespeculación. En la medida en que se mundializó el capital, este fenómeno creció, agravando tremendamente las crisis. Y ahora, claro, pueden implementarse algunas regulaciones mínimas. Pero mientras exista capitalismo, existirán las finanzas; es inevitable. Entre el capital productivo y el financiero sólo hay diferencias en su unidad. La única manera de que el capital financiero, de conjunto, se valorice es que los activos en los que están invertidos generen plusvalía. Esto es, el capital financiero no puede desligarse de la realización del valor y del trabajo productivo. El capital financiero no puede valorarse de forma autónoma. No hay razones para pensar que Wall Mart, IBM o Toyota tengan sistemáticamente, a través de las décadas, tasas de ganancia más bajas que Bank of America o el Citi. Esto lo aclaro también, porque existe cierta tendencia a desplazar la centralidad de la contradicción capital / trabajo por la contradicción capital financiero / pueblos; capital bancario / capital productivo, etc.

«ESTA NO ES UNA CRISIS POR FALTA DE CONSUMO»

¿Qué piensas de la idea de que está crisis se debe a la caída del consumo de los trabajadores y los pueblos?

Hay interpretaciones que ofrecen sectores populistas nacionalistas que plantean que la crisis es de subconsumo, es decir, que la crisis se ha provocado por el bajo consumo de las clases populares. Entonces lo que habría que hacer es tomar medidas redistributivas para aumentar el poder de consumo de las clases populares. Sobre este relato yo creo que hay un error de diagnóstico. En EEUU, desde los 80 existe una baja en la participación de los salarios (mayor explotación), pero la participación del consumo en el PIB aumenta. Los salarios pueden bajar, sin embargo, los sectores medios y ricos consumen más. Asimismo, la proletarización del campesinado chino, por ejemplo, por poco que ganen como nuevos asalariados, consumen más que en el campo. Esta no es una crisis por falta de consumo. Y, por tanto, la salida de la crisis no se va a dar por un aumento de salarios. No tenemos que esperar un keynesianismo redistributivo progresivo. Lo que hay es un keynesianismo para el capital, para los de arriba. La desigualdad en la distribución del ingreso mundial empeoró desde los 90 hasta nuestros días, pero no hay ningún indicador que señale que esa tendencia vaya a cambiar. Por el contrario.

Es decir, no estamos frente a una crisis de demanda…

La demanda está compuesta por el consumo y la inversión. Y el consumo comienza a aumentar cuando las clases dominantes y medias comienzan a realizar consumos postergados. En las crisis lo primero que baja es el consumo de bienes durables. Por eso son esas las mercancías cuyos precios comienzan a subir junto a las recuperaciones económicas. Al mismo tiempo, las empresas comienzan a reponer existencias. La primera inversión de las empresas es en existencias. Todo esto, paulatinamente, reactiva la demanda y el empleo. Pero es producto de que está aumentando el gasto de plusvalía de los capitales. Los salarios se recuperan después. El gasto de los salarios de los trabajadores depende del gasto de la plusvalía, es decir, de los capitalistas.

EL ORDEN DE LAS COSAS

 Siempre manda el capital…

El sujeto determinante en el capitalismo es el capital. Él decide cuándo se contrata, qué se invierte, qué se hace con el dinero. El sujeto de la acumulación es el capital. Por eso cuando el capital deja de invertir por la tasa de rentabilidad, el consumo salarial cae.

¿Y cuándo empieza el protagonismo de los trabajadores?

La manera en que la clase trabajadora pase a ser sujeto es que cuestione revolucionariamente al capital. Hasta ese momento, el trabajador es un objeto alienado. Y la recuperación de las crisis capitalistas nunca se ha dado por aumentos salariales. Su movimiento de recuperación está ligado a que el capital se desvaloriza, se concentra, desaparecen los capitales más débiles, se desvaloriza la fuerza de trabajo, y sobre esa base, en determinado momento comienza a restablecerse la tasa de rentabilidad y el capital vuelve. El consumo de los trabajadores está subordinado al proceso anterior.

 CONSENSO DE WASHINGTON CON CIERTA INTERVENCIÓN ESTATAL

Aquí en Chile, hace poco la vieja derecha ganó las elecciones presidenciales frente a la Concertación…

Cuando gana, en cualquier parte, un gobierno supuestamente de «izquierda», yo no espero grandes cambios hacia la izquierda. Y cuando gana un gobierno de derecha, tampoco espero grandes cambios hacia la derecha. En la actualidad operan las leyes del capital en sentido bastante puro y están garantizadas. Por eso las polémicas entre los sectores llamados más o menos «progresistas», se baten en temas como el aborto y entre matices. Yo creo que la fórmula de gobernabilidad dominante es el Consenso de Washington con una cierta intervención estatal.

CAPITAL / TRABAJO

Una de tus características es sostener ciertas distancias críticas respecto de algunas izquierdas…

Tengo discrepancias. Hay una izquierda que diagnostica que la actual crisis económica es producto del estancamiento del sistema capitalista que ya dura 30 años. Entonces se dice que en las últimas décadas el capitalismo prácticamente no tuvo ninguna acumulación y la crisis no es más que la manifestación de ello. Por el contrario, yo creo que ha habido una expansión importante del capitalismo y sus fuerzas productivas, sino no es posible explicar la implosión de la Unión Soviética, la reconversión China, la propia historia de Chile. Entonces, yo estimo que, porque hubo un desarrollo de las fuerzas productivas, esta es una crisis de sobreacumulación y sobreproducción. Esto es importante porque el discurso de mucha izquierda no logra explicar la realidad. Otro asunto, es que otros sectores de la izquierda desplazan la contradicción central capital / trabajo por otro tipo de contradicciones: neoliberalismo / pueblos, capital financiero / capital productivo, capital financiero / pueblos. Todos esos desplazamientos provocan un diagnóstico inadecuado. Entonces para elaborar los programas políticos hay que concentrarse en la contradicción capital / trabajo. El rearme político de la izquierda tiene que pasar por reconocer esta centralidad.

«EL SOCIALISMO ES EMINENTEMENTE INTERNACIONALISTA»

Tú abjuras del nacionalismo…

  El capital se internacionalizó extraordinariamente en los últimos tiempos. Y una de las armas del capital ha sido el chantaje de la movilidad de las inversiones y la deslocalización. El capital ha tenido una estrategia internacional, mientras sectores de izquierda le han opuesto estrategias nacionalistas. Ello ha fracasado. Hay una izquierda latinoamericana muy nacionalista. La explotación en realidad es de clase. El socialismo es eminentemente internacionalista. La mundialización del capital impone a la izquierda, con mayor claridad que en la época del Manifiesto Comunista, el internacionalismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.