La científica cubana Concepción Campa, que con su poderoso equipo de colaboradores ha salvado de la muerte por meningistis a millares de niños en el mundo, está contra la linealidad de pensamiento. Campa (La Habana, 1951) también aboga contra los efectos negativos de la fragmentación del orbe en disciplinas y subdisciplinas y frente al secuestro […]
La científica cubana Concepción Campa, que con su poderoso equipo de colaboradores ha salvado de la muerte por meningistis a millares de niños en el mundo, está contra la linealidad de pensamiento.
Campa (La Habana, 1951) también aboga contra los efectos negativos de la fragmentación del orbe en disciplinas y subdisciplinas y frente al secuestro de la ciencia por las empresas monopólicas y la falta de amor.
Miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, es la directora del Instituto Carlos J. Finlay, que ha escrito una perdurable página de solidaridad y humanismo con sus hallazgos científicos reconocidos internacionalmente.
Ella y sus colegas de trabajo son también los creadores de la vacuna antimeningocócica y ahora trabajan denodadamente en curar todas las formas de hepatitis.
Desde hoy, cuando se abrieron las sesiones del Seminario Internacional Complejidad 2006, con la participación de 300 delegados de 21 países, para discutir la interacción de toda la intelectualidad con el fin de salvar al mundo, ella está en el centro de esos actos.
Al final de su intervención especial accedió gustosa a responder las preguntas de Prensa Latina.
– ¿Por qué Complejidad 2006?
-Es nuestra tercera reunión de carácter bienal. Su objetivo es responder inquietudes, debatir y ponderar desde esa transdisciplinariedad que religa lo que está tejido (auténtico significado de complejidad).
También articula un amplio ámbito de problemáticas de nuestra contemporaneidad.
– ¿Es muy difícil el mundo de hoy?
-Mientras más lo estudiamos más complejidad le encontramos, con el emerger de nuevas realidades naturales, técnicas, humanas y sociales, tanto deseadas como no deseadas, pero todas demandantes de atención y comprensión, con frecuencia de gran urgencia y relevancia.
– ¿Quiénes asisten a la reunión?
-Estamos reunidos, si tiene paciencia, científicos, productores, empresarios, políticos, filósofos, gente de negocios, analistas, juristas, ecólogos, salubristas, economistas, educadores, docentes, físicos, matemáticos, ambientalistas, nutricionistas, escritores, farmacéuticos… Todos convocados por la transdisciplinariedad del pensamiento de la Complejidad.
– ¿Qué abordará Complejidad?
-Acercarnos desde la perspectiva de nuestro hemisferio occidental a muchos fenómenos complejos que han desafiado -y desafían- las estrategias de indagación de la ciencia moderna en que todos hemos sido formados.
Fenómenos tradicionales para el Occidente y su ciencia como las guerras y las crisis sociales, los terremotos y los huracanes, las crisis de la subjetividad humana, las turbulencias, la coevolución de la naturaleza y la sociedad, la dirección y gerencia creativas de grupos, organizaciones sociales y sociedades enteras.
De igual modo queremos acercarnos a fenómenos no tradicionales para el pensamiento y la praxis occidentales como la medicina verde, la acupuntura, la terapia floral, las formaciones cristalinas en el agua, la curación con las manos, la homeopatía, la reflexología, la macrobiótica, por mencionar algunas vinculadas con la salud humana.
– ¿Qué supone para usted toda esta preocupación?
-Que el pensamiento y la ciencia tradicionales no nos son ya suficientes para comprender tan complejas realidades, porque han ido derivando hasta quedar atrapados en reduccionismos lógicos, epistemológicos y metodológicos que han dicotomizado el saber acerca del mundo.
La dicotomización consiste en concepciones y estrategias de dirección y gerencia que remiten solo a organizar, delegar y controlar de arriba para abajo, que ya no nos sirven.
A ello se une el hecho de que la ciencia ha quedado atrapada en economías egoístas que no tiene en cuenta lo intangible y lo no contable; un mundo dividido en ricos y pobres, una cultura hegemonizante, una alimentación contaminada, gobiernos que roban y odian y el no respeto a las creencias religiosas.
– ¿Esas son las fuentes de esta reunión?
-Sí. No queremos ser cómplices de esa búsqueda lejos de lo que está cerca, creemos que con la economía se puede hacer poesía y no guerra y que la educación puede llevarnos a ser mejores y a vivir la parte poética de nuestras vidas. Por eso estamos aquí.
– ¿Algo más?
-Sí. Queremos volver a entender algo que los antiguos taoístas, sabios egipcios y filósofos presocráticos entendían muy bien: el amor a la sabiduría.
Este seminario está contra la linealidad del pensamiento y la fragmentación del mundo, contra el secuestro de la ciencia y su esclavización por el consumo.
Noticia original:
http://www.cubadebate.cu/index.php?tpl=especiales-show¬iciaid=6067¬iciafecha=2006-01-10