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La cruzada del integrismo contra «la píldora del día después»

Fuentes: Rebelión

Formado en la férrea ortodoxia Opus Dei, amigo y defensor de Pinochet, el abogado Bertelsen Repetto fue uno de los consultores que tuvo Jaime Guzmán para sentar las bases de la «famosa» Constitución del 80. Hoy, este personaje se destaca como uno de los opositores más tenaces a la distribución gratuita en sectores populares de […]


Formado en la férrea ortodoxia Opus Dei, amigo y defensor de Pinochet, el abogado Bertelsen Repetto fue uno de los consultores que tuvo Jaime Guzmán para sentar las bases de la «famosa» Constitución del 80.

Hoy, este personaje se destaca como uno de los opositores más tenaces a la distribución gratuita en sectores populares de la llamada «Píldora del día después«, que según acuciosos y serios estudios no es abortiva. Pero este conspicuo miembro del Tribunal Constitucional, desde hace años y no sólo en Chile, también en España donde residió, declara, enseña y escribe que el mencionado levonorgestrel sí lo es.

Pero hoy es bueno tener presente la «memoria histórica» que todo individuo y toda sociedad debe tener presente para no caer en interpretaciones unilaterales, alejadas de la realidad o, simplemente, intolerantes. Más aún cuando se tiene una responsabilidad tan alta como ser miembro del Tribunal Constitucional, el cual debe dar garantías creíbles no a tal o cual partido político o creencia religiosa, sino al país entero alejado de ideologías discutibles. En esto consiste el ejercicio plural de la verdadera democracia.

Pero resulta que nunca, el profesor Bertelsen Repetto levantó su voz para denunciar los gravísimos atentados a la dignidad humana que se cometieron durante los 17 años de dictadura en forma institucionalizada. Al contrario, este abogado, fue uno de los defensores en las sombras que tuvo Pinochet apenas se le detuvo en Londres, junto a otro amigo suyo; el inefable cardenal Jorge Medina. Ambos «defensores de la vida» nada han dicho ante una de las mayores atrocidades humanas cual es la tortura.

Respecto a la tortura, condenada totalmente por la Iglesia, cuando Raúl Bertelsen fue Rector de la Universidad Católica de Valparaíso entre los años 1983 y 1985 y, ya de regreso de la Universidad de Navarra, en varias oportunidades se le comentó sobre la detención y tortura de que fue víctima el Padre Miguel Woodward a bordo del buque escuela Esmeralda, nunca se pronunció ni se tomó la molestia de consultar sobre lo ocurrido a este sencillo religioso entre sus amigos de la alta oficialidad de la Armada. ¿Por qué este silencio perpetuo ante tan horrible atentado a la vida humana?

Entonces, la pregunta es ¿tiene o no competencia Raúl Bertelsen para emitir un juicio tan determinante para Chile como es la distribución y comercialización de la «píldora«? Por cierto que a la luz de su mentalidad ultra conservadora e integrista, no ofrece al país las garantías suficientes ante esta y otras delicadas materias que afectan la convivencia y el comportamiento de la ciudadanía. Lo que procede, en consecuencia y recta conciencia es que en este tema específico se inhabilite, tal como se discutió en su momento al interior del propio Tribunal Constitucional.

Para el integrismo que representa el profesor Bertelsen, de nada sirven las encuestas que diversos organismos e instituciones competentes han hecho para saber la percepción que tiene la población sobre los métodos anticonceptivos de emergencia. Estas muestras en su gran mayoría indican que entre las personas jóvenes, claramente, se percibe a la píldora como no abortiva. Y, en el ámbito popular, simplemente, como antiabortiva. Por eso y más, hoy son las mujeres, madres de familia las que defienden su derecho a decidir sobre estas materias de suyo propias por su capacidad y experiencia concreta.

Como cristianos hemos de tener presente las orientaciones que entregan nuestros obispos en estas delicadas materias. Pero en ningún caso en temas como la «píldora» se puede esgrimir la fe como un elemento de imposición. Una cosa es la creencia y otra bien distinta es la certeza. En este punto la teología moral está evolucionando mucho, aún teniendo en cuenta algunas encíclicas recientes. Pero de ahí a imponer un concepto con sustento sólo de doctrina católica a toda la población, simplemente no corresponde porque son materias discutibles y, además, existen otros credos y creencias respetables.

Es claro que Raúl Bertelsen Repetto en esta cruzada integrista e intolerante no está solo, tiene a la Obra toda a su lado, a casi toda la UDI y, como la prensa lo ha señalado, tiene a los obispos Juan Ignacio González de San Bernardo y Fernando Chomalí de Santiago como sus interlocutores al interior de la Iglesia. Es decir, la alianza Opus Dei – UDI de nuevo vuelve a la carga con renovados bríos. Veremos qué dice el Cardenal de Santiago cuando regrese de Roma, ya que él pidió a todos evitar las beligerancias de todo tipo.

– Jaime Escobar M. es editor de la revista Reflexión y Liberación.