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La cuestión mapuche en Chile y Argentina

Fuentes: RFI/Azkintuwe

Uno de los temas abordados por Semana Latinoamericana de Radio Francia Internacional fue la densa problemática ligada a la tenencia de la tierra que viven las comunidades mapuches de Argentina y Chile. Un conflicto no resuelto por ambos estados y que, en mayor o menor medida, tiene como denominador común la falta de reconocimiento, la […]


Uno de los temas abordados por Semana Latinoamericana de Radio Francia Internacional fue la densa problemática ligada a la tenencia de la tierra que viven las comunidades mapuches de Argentina y Chile. Un conflicto no resuelto por ambos estados y que, en mayor o menor medida, tiene como denominador común la falta de reconocimiento, la apuesta de ambos países por un modelo de desarrollo económico depredador de los recursos naturales y níveles de represión inusitados en democracia.


 

 

 


Protesta mapuche en Chile.

 

Foto de Pablo Díaz



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El término mapuche, literalmente «el pueblo de la tierra», designa a las comunidades indígenas de la zona centro sur de Chile y de Argentina. Según el último censo oficial de 2002, los mapuches representan el 4% de la población chilena mientras que en la Argentina equivalen al 1% de la población. Hay otras estadísticas que hablan de un número mayor de población mapuche pero no existe en este tema ningún mecanismo de corroboración.

Los conflictos se van alargando en el tiempo y llevando a la gente a la desesperación. La gente sigue esperando, pero en medio de todo esto se organizan grupos mapuches que se desesperan y que promueven la acción directa. Eso ha llevado a que haya algunos atentados que nunca se saben exactamente si son hechos por activistas mapuches o si son provocaciones», señala Carlos Ruiz.




La organización de defensa de la prensa internacional, Reporteros Sin Fronteras, envió recientemente una carta abierta a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en la que resalta el caso de la cineasta Elena Varela encarcelada desde hace un mes en Chile cuando estaba realizando un documental dedicado a las reivindicaciones del Pueblo Mapuche por sus tierras. Este caso no es el único en que periodistas o documentalistas fueron detenidos por haberse acercado a los mapuches y sus reivindicaciones.

El término mapuche, literalmente «el pueblo de la tierra», designa a las comunidades indígenas de la zona centro sur de Chile y de Argentina. Según el último censo oficial de 2002, los mapuches representan el 4% de la población chilena mientras que en la Argentina equivalen al 1% de la población. Hay otras estadísticas que hablan de un número mayor de población mapuche pero no existe en este tema ningún mecanismo de corroboración.

La manera dura en que los Estados de Argentina y Chile actúan con los mapuches traduce una problemática de fondo que ha hecho de estas comunidades originarias una de la más despojadas y olvidadas de América Latina. Las razones están a la vez en la historia y en el presente. Como lo destacó a RFI Adrián Moyano, sociólogo y autor del ensayo Crónicas de la Resistencia Mapuche, las razones están a la vez en la historia y en el presente.

 «El problema que existe es el cercenamiento territorial, la usurpación territorial por parte del estado chileno y el estado argentino del territorio de un pueblo originario. Obviamente la invasión arrancó en tiempos de la Corona española en el siglo XVI pero los que terminaron de concretar la usurpación fueron ambos estados nacionales. El territorio originario del pueblo mapuche se extendía de lo que hoy es Chile, al oeste de la cordillera de los Andes, hasta prácticamente la provincia de Buenos Aires, en lo que hoy es Argentina», apunta Moyano.

 «La cuestión general -agrega- es que hay una situación de colonización de un pueblo que era libre hasta fines del siglo XIX por parte de dos estados. Ahora esto se manifiesta de distintas maneras, por ejemplo, la presencia de transnacionales en el lado chileno, sobre todo de empresas forestales que ocupan territorios de las comunidades. La manera que tiene Chile de insertarse al mercado globalizado es a través de las forestales, las salmoneras, las celulosas y eso en general es sobre territorio mapuche. Acá en el lado argentino la problemática tiene que ver con mineras, compañias petroleras y con grandes terratenientes que están en conflicto permanente con las distintas comunidades».

 Subraya Moyano que «hay elementos comunes y hay elementos particulares dependiendo de qué región nos estemos refiriendo. Hay una situación de criminalización de la protesta que es mayor del lado chileno que del lado argentino, porque están aplicando a las demandas del pueblo mapuche en Chile una ley antiterrorista que data de los tiempos de la última dictadura. Hay gente presa, hay presos políticos, periódicamente hay huelgas de hambre y situaciones de protesta relacionadas con la existencia de muchos procesamientos judiciales y detenciones, situaciones de represión».

 «En Argentina no es tan visible esa política y hay legalmente algunos avances más que del lado chileno, a partir del reconocimiento no solo para el pueblo mapuche, sino para los pueblos indígenas en general en la Constitución Nacional que se reformó el año 1994 y en la adhesión de un par de convenios internacionales, pero la situación de no reconocimiento político yo diria que es similar en ambos paises», finaliza Moyano.

 Estado policial

 En Chile la problemática es más áspera que en la Argentina. Allí, como lo detalló a RFI Pedro Cayuqueo, director del periodico mapuche Azkintuwe, los conflictos por la tierra son recurrentes y los arrestos moneda corriente.

 «Chile es uno de los estados de Latinomérica con los estandares más bajos de reconocimiento de los derechos indígenas. Eso hace que en Chile, por ejemplo, no exista un reconocimiento en la Constitución Política del Estado, no aparecen los pueblos indígenas reconocidos, tampoco existen aprobaciones de importantes instrumentos internacionales, uno de ellos el Convenio 169 de la OIT, y la legislación interna en la materia básicamente toma las demandas de los pueblos originarios como demandas sociales de sectores empobrecidos. No hay un reconocimiento especial a conflictos políticos que son de largo aliento acá en Chile», señala.

  ¿Y la problemática concreta, local que enfrentan las comunidades cuál es? 

 «Hay una problemática que hoy dia se siente con mayor fuerza y que está relacionada con la propiedad de la tierra. El caso mapuche, a diferencia de otros pueblos indígenas en Latinoamerica, es bastante especial, ya que no fue conquistado ni colonizado hace 500 años. El Pueblo Mapuche logró oponer resistencia al colonizador español y se firmaron tratados, Parlamentos se llamaban, con la Corona española, en la cual se reconocieron las tierras mapuches, se hablaba incluso en el siglo XIX de un País Mapuche que existia en la zona sur del continente americano«.

 Esa situación de independencia y libertad – agrega Cayuqueo – se termina cuando la república chilena, ya independiente, comienza a anexar territorios que a mediados del siglo XIX eran importantes para su sobrevivencia como estado. En ese marco se encuentra la ocupación del territorio mapuche. Desde dicha ocupación existieron muchas entregas de tierras, originalmente mapuches, a colonos chilenos y extranjeros, y también a lo largo del siglo XX existieron entregas de tierras que quedaron como fiscales, propiedad del estado, a manos de empresas transnacionales, principalmente forestales tras la dictadura«.

 «Ese punto del conflicto, que es una cara de muchas que tiene, es la que en los últimos años ha agudizado el enfrentamiento, porque hay comunidades que están recuperando tierras que les pertenecieron años atrás o en el siglo pasado y que hoy están en manos de transnacionales. Y el estado, con todo su aparato judicial, policial, avala absolutamente a las empresas, no reconociendo que exista una legitimidad en el reclamo territorial. Ese conflicto en particular con las forestales y otras empresas energéticas como Endesa España, empresas que trabajan el rubro de la celulosa y las salmoneras en los canales australes, son hoy día el foco mas fuerte de conflicto y lo que ha desencadenado la persecución, encarcelamiento y criminalización del pueblo mapuche en su conjunto«.

 «En el caso mapuche esta situación de represión es muy palpable – subraya Cayuqueo – porque hay una utilización incluso de herramientas legales que la dictadura chilena utilizó contra quienes hoy dia gobiernan y que hoy dia quienes gobiernan las usan contra el pueblo mapuche. En este caso me refiero a la Ley Antiterrorista que es una legislación que un sin fin de organismos internacionales han calificado como antidemocrática y que no se ajusta en absoluto a la realidad chilena y al contexto de la lucha social del pueblo mapuche por sus tierras usurpadas».

 Asegura Cayuqueo que en Chile «no han existido acciones terroristas por parte de las comunidades o de sus miembros, sin embargo las autoridades chilenas persisten en este escenario de represión y de control policial que hace que sea casi surrealista que hoy cineastas, documentalistas, estén en Chile encarcelados y que ciudadanos extranjeros que han estado de visita en la zona mapuche hayan sido expulsados del país, de manera complétamente arbitraria, acusados en algunos casos de estar detrás de la agudización del conflicto«.

 Factor cultural

 El conflicto territorial que surgió en la Argentina entre los mapuches y la firma italiana Benetton sacó del silencio los antagonismos y los conflictos que vivían los mapuches. En Chile, Carlos Ruiz, coordinador del Centro Mapuche de Estudios y Acción, constata hasta qué punto el conflicto por la tenencia de la tierra se incrementó en las últimas décadas.

 «Los últimos treinta años las grandes transnacionales talan bosques de pinos y eucaliptus en estos territorios que les están siendo arrebatados por diversos mecanismos legales e ilegales al pueblo mapuche. Además hay un asunto cultural. Hasta hace muy poco el estado no ha reconocido las características, las peculiaridades culturales del pueblo mapuche, por lo tanto ha existido un sistema educativo que ha favorecido la pérdida de la identidad de la cultura originaria. Ha existido mucha discriminación producto de los mecanismos ideológicos del estado para mostrar que los mapuches son flojos y borrados, cosa que no es asi, y justificar de esta forma que las tierras les sean quitadas y entregadas por el estado a otras personas», señala.

 «La mayor parte de la gente tiene demandas por tierras frente a usurpadores«, subraya Ruiz. «Esas demandas están en los tribunales y estos las demoran, no las resuelven. Desde 1993 existe una ley que regula algunos de los conflictos territoriales, crea una institucionalidad, un organismo del estado que se llama Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, que debería de alguna forma mediar en los conflictos y favorecer la consesión de proyectos, pero es tanta la necesidad de las comunidades que la CONADI no tiene presupuesto y no tiene un valor legal para abordar y solucionar los grandes problemas«.

 Esto, a su juicio, lleva a que se acreciente el descontento. «Los conflictos se van alargando en el tiempo y llevando a la gente a la desesperación. La gente sigue esperando, pero en medio de todo esto se organizan grupos mapuches que se desesperan y que promueven la acción directa. Eso ha llevado a que haya algunos atentados que nunca se saben exactamente si son hechos por activistas mapuches o si son provocaciones, montajes que crean las propias empresas para crear un clima de violencia y justificar una mayor represión. Nunca al fin se le devuelven tierras al pueblo mapuche«, finaliza Ruiz.