El diario El País publica el pasado diez de abril las alabanzas de Juan Carlos de Borbón a su homólogo saudí, el rey Abdalá. Sucedió con motivo de la visita del rey español y su esposa a este país. Juan Carlos «destacó el papel que Arabia Saudí está jugando para estabilizar los mercados petroleros» e […]
El diario El País publica el pasado diez de abril las alabanzas de Juan Carlos de Borbón a su homólogo saudí, el rey Abdalá. Sucedió con motivo de la visita del rey español y su esposa a este país. Juan Carlos «destacó el papel que Arabia Saudí está jugando para estabilizar los mercados petroleros» e «invitó a intensificar los intercambios bilaterales». El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos anunció que el príncipe Al Faisal vendrá a Madrid, «probablemente el 16 y 17 de mayo». Juan Carlos de Borbón reiteró que Abdalá tendrá «todo el apoyo» de España para superar la lacra terrorista.
En cuanto a la reina, un breve texto de opinión del diario el día 13 destaca que «la reina Sofía decidió acometer el viaje a Arabia Saudí, un país islamista donde los haya, con su habitual y elegante indumentaria. En ningún momento se puso el velo, sino que mantuvo su discreta indumentaria, pero con los tobillos al aire». «En este importante y largo viaje de los Reyes -añade el diario-, la reina Sofia ha sido embajadora no ya de la moda occidental sino de la expresión de unos valores y de una reivindicación de igualdad entre sexos».
De la visita se informa el 10 de Abril en El Mundo con este título: «Los Reyes alientan «nuevas expectativas» para las mujeres y los jóvenes en Arabia». Comienza el texto afirmando que » El Rey por un lado y la Reina por otro, como mandan los cánones de conducta saudíes, se ocuparon ayer, cada a uno a su manera, de animar el proceso de reformas y apertura en el reino del desierto, el petróleo y las esencias del islam. Don Juan Carlos lo hizo con la palabra; Doña Sofía, con el ejemplo».
Se fundamenta en que, según el diario, «el Rey decidió imprimir a sus palabras, pronunciadas en la sede de Sagia, la alta autoridad financiera del país, un sutil tono de aliento al proceso de reformas». ¿Y qué palabras fueron esas? Según el diario, decir que «económicamente, el reino ha cambiado significativamente en el último año» gracias a nuevas medidas de liberalización que han creado, dijo, «confianza y optimismo». Y a continuación, aprovechó para apuntar a las «nuevas expectativas» que existen «para el sector privado, para la juventud y para las mujeres», como una de las claves que favorecen lo que él dio en llamar «nuevo clima». Y en cuanto a Sofía de Borbón, pues no fue menos, según el diario «dio ejemplo de elegancia, discreción y agudeza», porque ante un palacio que estaban restaurado dijo que era «una ventana del pasado, pero también una puerta hacia el futuro» y en el libro de honor escribió «espero regresar dentro de 15 años para ver el proceso de restauración terminado».
No les preocupó tanto que cuando pasen esos quince años, en Arabia Saudí se sigan cortando las manos de los ladrones, se ejecute y se castigue el adulterio con lapidación, las mujeres sigan teniendo prohibido conducir, salir solas a la calle, o deban ir completamente veladas y vistiendo de negro.
Ese mismo día, el 10 de abril, un teletipo de Efe dice que » La Unión Europea (UE) prohibió hoy la entrada a su territorio al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, y a 30 funcionarios, por cometer fraude en los comicios presidenciales del pasado 19 de marzo y reprimir a la oposición». El presidente comunista de Bielorrusia debe aprender de la democracia de los países del Golfo, como Arabia Saudí, para ser aceptado en Europa.