En la noche del jueves, finalizó la campaña electoral en Ecuador, pero los actos de cierre no constituyen el punto final en la campaña sucia contra el gobierno que preside Rafael Correa. La derecha tiene el propósito de sepultar políticamente al sector comprometido con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América, ALBA. Los diarios […]
En la noche del jueves, finalizó la campaña electoral en Ecuador, pero los actos de cierre no constituyen el punto final en la campaña sucia contra el gobierno que preside Rafael Correa. La derecha tiene el propósito de sepultar políticamente al sector comprometido con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América, ALBA.
Los diarios comprometidos con el sistema, dado que no pueden negar que el candidato de Alianza País, Lenin Moreno, encabeza las encuestas, especulan sobre los resultados de una posible segunda vuelta. Es lo que pueden hacer a favor del banquero Guillermo Lasso, a quien los medios controlados por los grupos que le son afines no han podido situar a menos de 10 puntos de distancia de Moreno en la intención de voto.
Las crónicas de El Nuevo Herald, El País y otros diarios, confirman que tiene razón Rafael Correa cuando afirma que hay una campaña mediática en contra de su gestión y de la candidatura de Moreno.
Las acusaciones que contra los principales colaboradores de Correa ha emitido el ex ministro de Hidrocarburos Carlos Pareja Yannuzzelli, son utilizadas por ciertos cronistas para afirmar que Lenin Moreno no triunfará en la primera vuelta.
Yannuzzelli es prófugo de la Justicia, pero en los medios es presentado como un exitoso administrador víctima de persecución política en Ecuador. ¡No tienen reparo en citarlo a pesar de las graves acusaciones que pesan sobre él y de que está probado que no es inocente!
Es un burdo ejercicio de sensacionalismo, pero no tienen otros elementos a la mano.
La desaceleración económica de los últimos años no puede utilizarse como base para la propaganda contra Correa y contra Moreno, porque son conocidos a nivel mundial fenómenos como la baja en los precios del petróleo, los terremotos y la apreciación del dólar. De hacerlo, tendrían que explicar por qué ocurre lo mismo en la Argentina gobernada por Mauricio Macri, donde hay desaceleración y además una tasa de desempleo que supera en mucho la de Ecuador (poco más del 5 por ciento en Ecuador y mucho más del 8 por ciento en Argentina).
Admitiendo, por obligación, que Rafael Correa es muy bien valorado entre los ecuatorianos, destacan que no puede transmitir a Moreno su indiscutible carisma. Fingen desconocer que el candidato es conocido en Ecuador por su activismo a favor de los sectores más vulnerables, pues encabezó la formación de la Misión Manuela Espejo, a favor de los discapacitados y de las personas con enfermedades catastróficas.
Colaboran en materia de difusión presentando el montaje de Yannuzzelli, sin tomar posición a veces pero siempre apoyando en él sus proyecciones.
El Nuevo Herald, órgano controlado por los grupos contrarrevolucionarios radicados en Miami, publicó recientemente una crónica con la firma de Jim Wyss, en la cual se afirma que el alto número de votantes indecisos favorecerá a los candidatos de la oposición. En varios diarios españoles los analistas políticos han emitido pronósticos similares. No pueden explicar con cuáles herramientas cuentan para predecir la conducta de los reales o supuestos votantes indecisos.
Sencillamente, manipulan para presentar como perdedor al candidato de Alianza País, porque saben que la derecha se frota las manos ante la posibilidad de reconquistar a Ecuador.
Repiten la mentira con el propósito de convertirla en verdad.
Es el encargo que les han hecho (de manera directa en algunos casos y a través de representantes locales en otros casos) los representantes de la ultraderecha racista, xenófoba y saqueadora que se ha hecho representar en Estados Unidos por Donald Trump.
No solo contra Correa
Es indignante la manipulación mediática contra el avance político en Ecuador, pero no constituye una sorpresa. Forma parte de la ofensiva de la derecha contra los gobiernos progresistas en América Latina.
No es casual el reciente pronunciamiento del secretario de Estado Rex Tillerson, a favor de presionar a Cuba y de financiar en mayor medida a la oposición en Venezuela.
Tillerson fue, hasta su entrada al sector oficial, el principal ejecutivo de la multinacional petrolera Exxon Mobil, que ha sostenido durante años un conflicto con Venezuela debido a que en la segunda mitad de la década pasada Hugo Chávez renacionalizó el sector petrolero.
Si como ejecutivo de Exxon maniobró contra Chávez, como secretario de Estado y allegado a Condoleezza Rice y a otras figuras recalcitrantes del poder estadounidense, apoyará toda gestión contra Rafael Correa, quien sostiene la denuncia de que está en marcha una nueva versión del Plan Cóndor en el continente.
La ultraderecha que se sirve de Trump y de Tillerson y los ha colocado en los principales asientos oficiales de Estados Unidos, conspira en este momento y lo seguirá haciendo después de las elecciones… Quiere implantar en América gobiernos de derecha como los de Argentina y Colombia, para solo citar dos casos.
El proyecto es arrinconar a los grupos mayoritarios para flexibilizar todavía más las pisoteadas normas capitalistas en materia de explotación de la fuerza de trabajo. Es preciso encaminar esfuerzos contra su materialización. Los enemigos del avance político en América Latina y en el resto del mundo quieren ejercer, sin obstáculo, el saqueo y la sobreexplotación… El proceso electoral de Ecuador terminará en los próximos días, pero la lucha política continúa…
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.