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La dictadura del algoritmo y las marchas de noviembre

Fuentes: Rebelión

Acabo de escuchar y ver de nuevo el vídeo de testimonios-análisis: “La dictadura del Algoritmo”, y también algunos fragmentos clasificados y unidos por los temas más importantes. Tales fragmentos se han publicado después, en la red.

He repetido, con regocijo de aprendiz o de participante, la misma tarea de ver, escuchar y tomar notas. Cada vez que recorría este ciclo me aproximaba más al objetivo de catalogar los testimonios de los personajes reales y agrupar los distintos fragmentos de cada una de las personas, ordenándolos por temáticas, grupos de edad, grupos profesionales, y responsabilidades académicas y políticas en el campo al que se refiere el título de la obra sobre el algoritmo. Mientras hacía todo eso catalogaba también las imágenes, titulares, noticias falsas o manipuladas, silencios elocuentes de una traílla de “medios independientes” que reproducen fake news sobre Cuba y las reproducen en cuentas en la red. Los verdaderos influencer eran obviamente potenciados y convertidos en guías espirituales en las redes.

Se trataba y se trata de “la creación progresiva por los EEUU, sus países cómplices o cipayos -España entre los más activos-, de la disidencia pagada de Florida, y una minoritaria pero muy activa disidencia interna también pagada, pero con migajas. “Roma no paga a traidores”. La cuestión es -y ha sido siempre- la creación de un sentimiento parcial, concreto, extremadamente manipulado, presentado y normalizado en las redes sociales cubanas como opinión pública” y como disidencia contra el gobierno.

Sin embargo, las de la disidencia en Facebook son páginas personales, supuestamente colectivas, todas intercomunicadas, manipuladas y multiplicadas, cuyo objetivo es crear una “revolución de colores” promoviendo la Libertad la Democracia y el libre cambio tal como son entendidos por el Imperio y el Capitalismo. Los datos proporcionados por los usuarios permiten la dirección personalizada o por grupos y situación geográfica (calles o barrios), orientación, desorientación o indiferencia política, edad, los mensajes elaborados especialmente para ellos y los “lideres” fabricados para cada grupo. La selección es pormenorizada tanto para la propaganda y la captación como para el acoso o la persecución. La palabra clave es la de “oficialismo”, según nos cuentan los revolucionarios del vídeo La dictadura del algoritmo.

Lo más definitorio de la brutalidad del saqueo y del robo es que en nombre de los derechos humanos, los EEUU y sus comparsas han violado uno de ellos, el derecho a la información que como uno de los derechos humanos básicos había garantizado Cuba a sus ciudadanos con la posibilidad de acceso a Internet y redes sociales.

La idea era que la gente de Cuba viva y permanezca en un mundo entrelazado e intercomunicado. El trabajo de ocupación de las redes ha supuesto meter a muchos cubanos –especialmente los jóvenes- en un mundo cerrado y manipulado, muy violento –“un potrero”, dice Rosa Miriam Elizalde- en el limbo de las relaciones personales intermediadas y, de ahí, llevarlos poco a poco a las concreciones ideológicamente programadas de la revolución fracasada, de la contrarrevolución sin sentido y de la historia inexistente. Radio y Televisión Martí, multiplicadas y distribuidas en las redes sociales.

El delito de los EEUU es, en este caso, apropiarse con ayuda de la disidencia de uno de los servicios –las redes sociales, los móviles, que garantizan en Cuba un derecho básico a la comunicación

Todo ello tiene que ver con la guerra de la comunicación en un escenario específico, acelerada para aprovechar una coyuntura enormemente favorable para los EEUU, y que está determinada por cuatro factores interrelacionados:

-La crisis económica global y la crisis económica interna, que tiene en Cuba una profundidad crítica ajena al funcionamiento del sistema socialista, a sus esfuerzos para combatir la desigualdad y la pobreza, y los que tienen que ver con el suministro a la población de los bienes, derechos y servicios fundamentales: la vida, la salud, el trabajo, la protección de la infancia, la cultura, el ocio, la información, la comunicación social, la democracia y la participación política reales. El bloqueo, sostenido desde el comienzo de la revolución ha sido la causa de de la segunda.

-El embargo y el bloqueo económico total. Este bloqueo se ha convertido en un verdadero saqueo por la aplicación de medidas extraterritoriales que violan el derecho internacional y porque Washington lo está aplicando simultáneamente a todos los países amigos de Cuba y apoyándose los aliados de Washington. Este bloqueo y su embargo generan una escasez de alimentos, medicamentos e insumos industriales de todo tipo, con unas consecuencias sobre la población, que cabe catalogar de intento programado de hambrear a los hombres, mujeres y niños de Cuba. Es decir de genocidio.

-La amenaza de intervención militar por la presencia de una o varias flotas, una red de bases militares, unos códigos públicos para esa intervención: los sucesivos manuales que proclaman: “La nueva estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos”.

-La crisis del coronavirus y la desestabilización producida a través de gentes habituales –Pentágono y Secretarías de Estado, Comercio y varias más implicadas- que ejercen contra Cuba sus inmensos poderes para limitar el acceso a las materias primas o a los insumos industriales que impiden o limitan el desarrollo de las vacunas y su producción masiva.

Los ensayos y el ataque a fondo

En realidad las protestas del 11 de junio tuvieron un ensayo general en las acciones del llamado Movimiento San Isidro,[1] una protesta violenta operada en el humilde barrio habanero del mismo nombre que ha sido muy protegido por el gobierno revolucionario y muy maltratado por las cuatro causas que han generado la crisis que está sufriendo Cuba.

Tal alboroto, seguido de una supuesta huelga de hambre, utilizó medios físicos ya convencionales como las intervenciones violentas en lugares altamente sensibles (el propio barrio, centros de distribución de alimentos, encierro en una supuesta sede y la coordinación de declaraciones públicas como las de Luis Almagro, secretario General de la OEA, senadores como Marco Rubio, y funcionarios prominentes de la secretaría de Estado es decir: del Gobierno de los EEUU, incluido el propio Presidente Biden un alumno aventajado de Barack Obama. Todos ellos, sin el más mínimo decoro apoyaron las acciones de algunos de los influencer mejor fabricados según las normas de la guerra en las redes. El gobierno cubano desmontó fácilmente la trama en la que figuraban mercenarios conocidos y fabricados en las redes, y algunos delincuentes habituales que recogieron la ferocidad de las mismas y la trasladaron a la calle.

Los mensajes en las redes, de una tremenda ferocidad, llegaron a coaccionar a buena parte de los periodistas, profesores universitarios y personas asiduas de la información en la red, especialmente los jóvenes. Al lado de estos influencer en las redes,pero ya como figurones casi inservibles, aparecían las muy manoseadas por la contrarrevolución Damas de Blanco así como personajes muy oscuros de la vieja guardia de Florida.

En el estado español saltaron a la palestra Yoani Sánchez y su pequeña cohorte de recaudadores protegida en su fase gloriosa pero inevitablemente fracasada por Aznar, la FAES y todas aquellas fuerzas políticas y dirigentes políticos y sociales que se han incorporado a la ofensiva de su imperio contra Cuba.

La “rebelión interior previa a la intervención armada de los EEUU

La dictadura del algoritmo es una pieza maestra que señala cuál es la metodología del golpe continuo contra Cuba.

La teoría de la guerra de cuarta generación, la del golpe blando, asimétrica, tendría como base y punto de cohesión la guerra informativa en las redes que utilizaría todos los medios posibles hasta generar una situación propicia para la guerra sicológica, preparatoria de una intervención militar.

Esa es la conclusión y la alarma que insinúan las frases iniciales que encabezan la presentación del vídeo. El golpe suave o blando de Gene Sharp se ejecutó en Bolivia y se está realizando en Cuba entre otros países de América Latina y del resto del mundo.[2]

Marchas y provocaciones del 15 de noviembre

Después de un proceso en él que las algaradas callejeras fueron repetidas en varias localidades de Cuba, con distintos niveles de violencia, filmadas con la aparición obligada de variados “líderes” formados en las usinas de la CIA, el Departamento de Estado y las múltiples Fundaciones y Universidades del mundo (cursos de formación en Argentina y España: por ejemplo), el mando político en los EEUU decide que hay que pasar a una acción más seria.

El primero ha sido hacer converger la miríada de grupos del interior y del exterior en uno solo. Su nombre muy operacional es “El archipiélago”, aunque “piélago”, abismo, sería más adecuado. Eso facilita el control de los pagos y la centralización de los mismos y del mensaje. No sea que nadie se desmande o que el asunto resulte demasiado caro o demasiado evidente.

Sin embargo Cuba se ha adelantado para levantar la manta y descubrir los entresijos entre la gusanería tradicional y el Gobierno de los Estados Unidos. Otra vez, la inteligencia cubana se ha infiltrado entre en ese guiso de conspiradores y ha aportado pruebas directas [3]. El héroe es el doctor Vázquez González. Él y sus compañeros han descalabrado la estructura de Archipiélago, la coordinadora de la guerra “blanda contra Cuba”.

Notas:

[1] http://www.granma.cu/cuba/2020-11-24/quien-esta-detras-del-show-anticubano-en-san-isidro

[2] https://www.miliciaydemocracia.org/el-golpe-blando-bolivia/

[3] https://admin.cubainformacion.tv/contra-cuba/20211102/93920/93920-agente-desclasificado-acusa-a-yunior-garcia-de-tener-vinculos-con-ee-uu

Antonio Maira es miembro de la Coordinadora contra el bloqueo a Cuba de Cádiz

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.